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En los primeros días de diciembre de aquel año 1965, como relataba en la nota anterior, decidimos que John William Cooke realizara una visita a Santa Fe y Paraná donde organizaríamos sendas charlas para denunciar las avanzadas negociaciones de la burocracia sindical con la cúpula militar y reiterar nuestra campaña dirigida a lograr que el General abandonara su exilio en Madrid y se radicara en La Habana.

En la ciudad del "puente colgante" la conferencia se llevó a cabo en la Facultad de Derecho.

Juan Penckasky, el compañero mas respetado de la Juventud Universitaria `Peronista en la que había sido mi Facultad, coordinó la conferencia.

John hizo una profunda reflexión sobre los contenidos y los conflictos de clase dentro del Movimiento, señalando que en el "primer peronismo"-1946-1955- la clase trabajadora había adquirido "conciencia en sí", pero no había dado el salto siguiente que era el de adquirir "conciencia para sí", a los efectos de disputar el poder.

Denuncio, asimismo, el vínculo entre el "vandorismo" y el sector de los "azules" en el Ejército liderado por Juan Carlos Onganía, reiterando su caracterización del Gobierno de Arturo Umberto Illia, inmerso en profundas contradicciones, presionado por los Estados Unidos que habían logrado que en la OEA votara a favor de la Fuerza Interamericana de Paz que "legitimó" la invasión a la Republica Dominicana, pero que, a su vez, intentaba ponerle coto a las multinacionales de medicamentos, con la Ley Oñativia.

Luego nos trasladamos a una casa de estudiantes donde nuestros compañeros de la JUP harían un asado para conversar, mano a mano, con el Bebe.

Había varios compañeros del Centro de Estudiantes de Derecho radicales, socialistas y comunistas, entre los que estaban Miguel Cullen y Horacio Ramón.

La charla fue abierta y franca y todos quedaron entusiasmados con nuestro compañero y se sumaron a la campaña para que Perón se trasladara a Cuba. La relación de John con el Che estuvo presente en todo momento.

En mi ciudad la charla la hicimos en el Sindicato de Panaderos cuyo Secretario General Sixto Ortiz, formaba parte del Partido Comunista, y con el que teníamos fuertes coincidencias.

Lo alojamos en el Hotel Paraná, frente a la Plaza de Mayo, y cuándo lo fui a buscar estaba conversando en el bar con Oscar Bidegain, que años mas tarde sería Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y que tenía una relación estrecha con Alicia y John.

Compañeros de diferentes barrios de la ciudad, militantes de base peronistas, concurrieron al encuentro en el que nuestro compañero explicó lo que había planteado en Santa Fe, pero con un lenguaje sencillo, sin perder profundidad.

Al día siguiente lo invité a almorzar en casa.

Mi madre, pese a que no simpatizaba con el peronismo, quedó impresionada por los conocimientos que tenía nuestro amigo de los museos más importantes de Europa, y de la historia del arte.

Un dato de color -John fue la primera persona que conocí que comía fumando al mismo tiempo-.

Nos despedimos sabiendo que pasarían varias semanas que no nos volveríamos a encontrar ya que en los últimos días de diciembre viajaba a Cuba para participar en la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, Africa y América Latina -denominada, comúnmente, como "La Tricontinental"-.

Esta se inició el 3 de enero de 1966, participaron 483 representantes de 87 países, entre ellos 27 latinoamericanos.

John era el delegado oficial de la Argentina. Presidió el evento Salvador Allende, que ocupara la presidencia de Chile en 1970.

En el discurso de clausura, el 15 de enero, Fidel Castro señaló… En muchas naciones de América Latina se dan las condiciones para la lucha armada revolucionaria. Nosotros creemos que en este Continente en casi todos los pueblos, la lucha asumirá las formas mas violentas. Y cuando se sabe eso, lo único correcto es prepararse para cuándo esa lucha llegue…"

Al mismo tiempo que el Tercer Mundo vibraba con las palabras del Comandante en nuestro país aumentaban los rumores de un inminente golpe de estado.

La dirigencia sindical burocrática lanzaba un nuevo plan de lucha, los diarios del "establishment" insistían con la imagen del gobierno como una tortuga y la dirigencia política parecía como que no tomaba nota de que esta interrupción del orden constitucional iba dirigida a establecer un nuevo modelo económico que se había empezado a perfilar en 1955.

Como siguieron los acontecimientos que desembocarían en el golpe de junio de ese año, y cual fue la reacción de nuestro pueblo, serán algunos de los temas que abordaremos en nuestra próxima nota.

Manuel Justo Gaggero es abogado, ex Director del Diario "El Mundo" y de las revistas "Nuevo Hombre" y "Diciembre 20".