Santa Cruz debe recurrir a un cruento ajuste a través de una ley sacada de apuro
y que recorta el amarrete bienestar con que vive la mayoría de los argentinos.
A fin de año aparecen las leyes de apuro, las normas que recortan el amarrete
bienestar conque vive la mayoría de los argentinos y, ahora, nuevamente, las
reacciones populares contra dichos rebanes, que sirven a los ricos y a sus
delegativos gobernantes poniendo a la vista de todos, la contradicción creciente
entre la democracia representativa y la participativa. Este es el gran debate
con que las crisis financiera y económica de los Estados europeos terminan por
arribar. Este es otro gran debate que nos debemos los argentinos.
Pensemos en un reino, dotado con grandes riquezas que gratuitamente recibió de
Dios o de la Naturaleza (se extraen, no se producen), que no llegan a los
súbditos, sino a la clase monárquica y a sus socios extranjeros, que, como Santa
Cruz y varias provincias argentinas, tiene oro, petróleo, gas y pesca (y
negocios financieros, sin duda), pero que no, no es verdad que los tiene porque
todo se va por el mar (recursos y renta), como diría el ingeniero Mosconi.
Del oro apenas queda en el reino provincial solo un 7,5%, del petróleo y el gas
una misérrima parte que no alcanza al 12% por los descuentos, de la pesca un
pobrísimo canon que mejor no acordarse. Mientras tanto, sus gobernantes manejan
cifras, estadísticas y cuentas que solo existen el mundo ideal de la narración
y, cada vez, con el pasar del tiempo, más alejado del real. Es el logro del
Reino de la Nada: todos los recursos naturales y sus rentas para las
multinacionales extranjeras, nada para el reino.
Pero hay algo más: en Santa Cruz no se cultiva soja pero las provincias sojeras
le dan, como a todas las provincias, participación en el impuesto a la
exportación de la soja, ya tiene energía eléctrica compartida con el resto de
las provincias pero sigue cobrando un 6xmil de las ventas de electricidad (¿por
qué las demás provincias no reciben participación de la renta aurífera,
petrolera y gasífera de las provincias que la tienen). Pero por qué el reino no
da participación a las demás comarcas no petroleras ni gasíferas -14 distritos
con la capital federal- de la poca la renta petrolera y minera que recibe de lo
poco que queda en el país.
Pensemos en la historia bíblica de los siete años de vacas gordas de Egipto pero
nuestro Reino de la Nada no supo prepararse para los siete años de vacas flacas
que ya comenzaron (la renta sojapetrominera y la financiera fueron extraídas del
país de tal modo que ni siguiera se hicieron fondos financieros anticíclicos).
Ahora, con el viento de proa, el rey y la familia real no saben que hacer y
recurren a castigar al pueblo, porque el verdadero poder que los gobierna no les
permite que lo restrinja.
Entonces, como siempre más allá de las palabras, viene el ajuste de los
trabajadores con trabajo, a los que no lo consiguen, y a los que ya trabajaron.
Santa Cruz, igual que las 10 provincias petroleras, de las cuales 8 están en
déficit fiscal y endeudamiento con el gobierno nacional, debe recurrir a un
cruento ajuste a través de una ley que eufemísticamente titulan para el relato
"Superación de la situación económica y reordenamiento del Estado".