Masacre de Avellaneda: Carlos Soria murió sin condena
RED ECO - ACTA
El gobernador de Río Negro, que falleció en la madrugada del 1º de enero de un
disparo en la cara bajo circunstancia que aún la justicia investiga, había sido
designado por Cristina Fernández como candidato en representación del Frente
para la Victoria, pero en junio de 2002 estaba al frente de la SIDE durante la
denominada Masacre de Avellaneda.
Allí, como resultado de un plan represivo planificado por el gobierno de Eduardo
Duhalde fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. En todos estos
años, Soria nunca fue investigado, cuando existen sobradas pruebas que lo
involucran en la existencia de un plan represivo con reuniones previas,
directivas y complicidades necesarias, una autoría ideológica y responsables
políticos del asesinato de Darío y Maxi.
¿Cuál era la responsabilidad de Soria en la Masacre de Avellaneda?
El 26 de junio de 2002, mientras miles de trabajadoras y trabajadores
desocupados salían a las calles a exigir trabajo, justicia y dignidad, el
entonces presidente dio la orden de reprimir a los manifestantes en el Puente
Pueyrredón. Dos jóvenes muertos y más de 30 heridos con balas de plomo fue el
saldo de lo que se conoce como la Masacre de Avellaneda. El objetivo político
aparecía claro: desarticular al movimiento popular que había protagonizando
jornadas históricas como las de diciembre del 2001.
El 26 la SIDE, liderada por Soria y Oscar Rodríguez, operó como nexo entre las
decisiones gubernamentales y las fuerzas de seguridad que las ejecutaron.
Durante la represión y en las horas posteriores, el comisario Fanchiotti estuvo
en contacto directo con la Sede Billinghurst de esta dependencia. Tanto el 26
como al día siguiente, el gobierno apeló a la lógica de las ´balas piqueteras´
para explicar las muertes, justificar la represión y dar cuerpo a la causa legal
levantada contra los movimientos. Soria fue quien aportó los elementos
necesarios para sostener esta versión con una serie de informes producidos a
partir de la infiltración de sus agentes en encuentros públicos y organizaciones
populares.
En ellos se sostenía la existencia de grupos radicalizados decididos a tomar las
armas y atentar contra las instituciones democráticas, teoría que debía
sustentar la Causa Complot y que Álvarez y Matzkin asumieron en las conferencias
dadas el 26 y 27. El 26 ´los piqueteros se habían matado entre ellos´ y no se
trataba de un hecho aislado sino de un exponente de esta ´nueva amenaza
subversiva´.
Estrategia que el gobierno debió abandonar rápidamente, luego de que las
verdaderas responsabilidades materiales de la masacre salieran a la luz.
A pesar de haber sido una de las figuras cuestionadas en aquel momento, esto no
supuso ningún tipo de investigación sobre la responsabilidad de Carlos Soria, ni
impidió que continuara su carrera política hasta llegar a ser gobernador por el
FPV en Río Negro.
¿Quién era Carlos Soria?
Soria fue tres veces diputado por el PJ hasta llegar a ser titular de la SIDE.
Luego de su renuncia tras la Masacre, se postuló por el PJ para gobernador, pero
sin éxito. Enquistado en el PJ de Río Negro, hasta fines de los ’90 se desempeñó
como diputado a partir de sucesivas reelecciones. Pasó buena parte de su carrera
a la sombra de José Luis Manzano, estrechando así su relación con Duhalde, quien
en el ’99 lo nombra ministro de Seguridad Bonaerense luego de la masacre de
Ramallo, en pleno contexto de ´guerra contra la delincuencia´ y ´reforma
policial´.
Tras la llegada de Duhalde a la presidencia dos años más tarde, lo designa al
frente de la SIDE, una estructura que se encarga del espionaje y la
identificación de las organizaciones populares y sus militantes. Para ello
recibe, por día, 2 millones de pesos de presupuesto estatal. Amparada en el
"secreto" de su misión, tiene vía libre para el uso indiscriminado de estos
fondos, sin auditorías ni ningún tipo de control. La SIDE jugó un rol
fundamental en la trama de la masacre de Avellaneda.