Latinoamérica
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¿Linchamientos justificados?
Andrés Soliz Rada
Rebelión
El profesor de la Universidad de Lille (Francia), Jean-Pierre Lavaud, en nota titulada "Por una sociología de los linchamientos en Bolivia. El caso de Achacachi", ("Nueva Crónica", del 01 al 15-II-11), manifiesta su preocupación por la tendencia del sacerdote y antropólogo Xavier Albó y del Viceministro Esteban Ticona a justificar lo sucedido en la población aymara, el 17-XI-08. Lavaud recuerda que ese día, los habitantes de la región, al celebrar la fiesta de "San Cristóbal", capturaron una banda de ladrones (seis hombres y cinco mujeres), los que fueron golpeados y llevados a un estadio, en el que los desnudaron, apalearon, chicotearon, rociados con gasolina y quemados vivos, en presencia de varios centenares de personas.
Dos murieron por las heridas y los otros sufrieron contusiones y quemaduras. Al día siguiente, los sobrevivientes fueron entregados a la policía, no sin antes atravesar una multitud, en la que había niños, que les propinó golpes y patadas. El analista rememora que días después, la Ministra de Justicia, Célima Torrico, fue recibida con una pancarta que decía: "Somos la cuna de la justicia". En la oportunidad, declaró: "La comunidad de Achacachi es solidaria y respetuosa de los derechos humanos".
Albó, luego de sumarse a quienes consideran, con razón, que la justicia boliviana es corrupta o inexistente en zonas del agro, puntualiza que la historia que vivieron esos pobladores los ha hecho agresivos. Anota que a fines del Siglo XIX, se les quitaron sus tierras y detestables políticos y militares los enfrentaron entre ellos, en décadas pasadas. El sacerdote y antropólogo puntualiza que los autores del linchamiento no adhirieron a una causa común susceptible de orientarlos y que "estaban ebrios". Sin embargo, ¿por qué este argumento sería válido sólo para Achacachi?¿Muchos de sus habitantes no fueron movilizados en meses previos a las ciudades de Sucre, Oruro y La Paz, en defensa de Evo Morales? ¿No hay ebrios, en toda Bolivia, sin que las fiestas deriven en linchamientos?, se pregunta Lavaud.
Quienes explican y justifican estos sucesos, destaca el catedrático francés, nunca hacen mención a los autores de los linchamientos, torturas y asesinatos. Parecería que los responsables no son seres humanos de carne y hueso. Tampoco se pone de relieve que no se permitió el ingreso de policías y fiscales al lugar de los hechos, en tanto la invocación a los derechos humanos y el mal ejemplo a niños y jóvenes, que observan que se puede delinquir impunemente, es otra fuente de sus preocupaciones.
Evo y Alvaro García Linera, anota Lavaud, visitaron Achacachi el 23-01-07, acompañados por el Embajador de Cuba, en cuya oportunidad el Presidente dijo que "las Fuerzas Armadas, con sus armas, junto a nuestros ‘ponchos rojos’ (grupo de choque del lugar) ’,con sus chicotes, defenderán la integridad del territorio nacional". Añade luego esta consideración: "De alguna manera, se prepara así el terreno para la puesta en acto del castigo de los ladrones por los actores locales, que se sienten autorizados para ello en cuanto están oficialmente investidos por las más altas autoridades del Estado, de una suerte de poder policiaco".
Como conclusión anota que "las seudo explicaciones no pueden sino llegar a la des-responsabilización de los linchadores. ¿Cómo podrían ser condenados por un tribunal si su mala conducta es imputable a la sociedad, a la naturaleza, al pasado o al alcohol? Los sucesos de Achacachi, junto a casos similares, se produjeron, aclaramos nosotros, en un contexto de ultra indigenismo, que tuvo su punto más alto en la aprobación de la Constitución de enero de 2009, la que, felizmente, por decisión de Evo y Alvaro, quedó, en su mayor parte, como simple enunciado, lo que ha permitido una drástica disminución de los linchamientos en el país.
Fuente: lafogata.org