Argentina, la
lucha continua....
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Argentina: Falsas soluciones y profundizaci�n del modelo
GRR
A ra�z del proyecto de ley propuesto por la presidenta Cristina Fern�ndez, titulado "Protecci�n al dominio nacional sobre la propiedad, posesi�n o tenencia de las tierras rurales",proponemos llamar la atenci�n sobre el proceso que ha seguido nuestro pa�s en los �ltimos a�os en relaci�n a la tierra y el territorio, agregando algunos datos y reflexiones, que no deber�an dejar de considerarse a la hora de discutir con amplitud un tema tan sensible para los argentinos, tal como lo es el control y manejo por parte de extranjeros de nuestra tierra.
Como GRR, entendemos que lo primero que debe quedar en claro a la hora de hablar de "extranjerizaci�n de tierras rurales", es que las variables que deben ser consideradas en la discusi�n no pueden centrarse �nicamente sobre la propiedad de la tierra, en la medida que al hacerlo caer�amos en un reduccionismo malicioso que nos enarbola tras un supuesto nacionalismo confuso, porque limita el problema a la discusi�n sobre los nombres que deben figurar en los registros de tierras (due�os argentinos), mientras permite que el manejo y control de las tierras puedan seguir en poder de los grandes capitales.
Cuando hablamos de luchas contra la "extranjerizaci�n de tierras", la propiedad no es el �nico punto a considerar. El uso de esas tierras, la producci�n, la vida misma sobre ellas, su manejo y control, son aspectos tanto o m�s importantes que la propiedad de las mismas. Basta recordar que desde el Censo Nacional Agropecuario (CNA) del 2002 se se�alaba la disminuci�n de la cantidad de hect�reas explotadas por sus propietarios (que entonces era -8,4 millones de hect�reas) y el crecimiento de la superficie explotada bajo distintos tipos de contrato, especialmente, el arrendamiento. En estas condiciones, la participaci�n de asociaciones de hecho como los "pooles de siembra" ha sido preponderante. Hoy en d�a tenemos menor cantidad de productores pero con mayores extensiones de tierra y nivel de capitalizaci�n.
En ese contexto, que los extranjeros no puedan tener la propiedad de las tierras, pero s� el uso, explotaci�n y control de ellas, parece una disposici�n absurda o al menos una contradicci�n in situ.
�Por qu� deber�amos aceptar que la discusi�n sobre la tierra y el territorio, que no es otra cosa que discutir nuestra Soberan�a, se limite de esta manera a una tenencia de pasaporte? �No nos merecemos al menos la posibilidad de que se introduzca en el debate el QU�, EL C�MO, CON QUI�N y sobre todo PARA QU� y para QUI�N estar�n a disposici�n las tierras argentinas? �Tendremos que conformarnos con que en la Argentina actual las tierras "rurales" contin�en figurando en los registros de propiedad a nombre de argentinos, mientras en la realidad cotidiana ser�n otros quienes las controlen y dispongan de ellas?
No nos confundamos, este tipo de simulacros de defensa de lo Nacional, adormecen nuestra conciencia popular, al enga�arnos con textos de leyes que parecen proteger nuestros bienes naturales en salvaguarda de la Soberan�a, pero que, en realidad, resultan ser meras distracciones o cortinas de humo, mientras se profundiza la entrega del control y manejo de nuestras tierras.
El caso de los acuerdos firmados por el Gobernador de la provincia de R�o Negro, Miguel Angel Saiz con la empresa estatal china de la provincia de Heilongjian, es un claro ejemplo de c�mo se puede avanzar sobre el control de vastas extensiones de territorio argentino (m�s de 320.000 hect�reas) por parte de potencias extranjeras, sin que dicha entrega y sometimiento se vea aunque sea m�nimamente afectado por los proyectos de regulaci�n a la extranjerizaci�n de las tierras rurales. Los chinos no tienen oposici�n al proyecto de Cristina Fern�ndez de Kirchner, m�s bien nos cabr�a pensar que celebran este tipo de leyes porque calman con enga�os el clamor de nuestro pueblo, mientras ellos contin�an con los negociados espurios que les permiten hacerse del control de las tierras argentinas.
A pesar del vocer�o contra la extranjerizaci�n de tierras, China pasar� a controlar la producci�n de 330.000 hect�reas en los valles rionegrinas, sobre un total de tierras aptas para agricultura de 500.000, a lo sumo 800.000 con un sistema de riego muy eficiente. Es decir que China controlar�, en el mejor de los casos, casi la mitad de las tierras agr�colas de toda la provincia de R�o Negro, en el peor, controlar� m�s del 65% de las tierras aptas para agricultura de la provincia de R�o Negro. El agua y los nutrientes contenidos en los alimentos que se desean llevar, tampoco figuran en la contabilidad economicista. Las consecuencias sociales y ambientales de su peculiar modo de producci�n tampoco.
No tendr� China la propiedad de la tierra, pero s� el total control de las mismas. Pero a�n en el caso que el proyecto de acaparamiento se propusiera la compra de esas tierras, la asociaci�n de que disponen con la empresa CRESUD de Eduardo Elsztain o con las empresas de Marcelo Mindlin, publicitadas como supuestamente nacionales, les permitir�a sortear los triviales obst�culos que le impondr�a la Ley contra la extranjerizaci�n de tierras en debate.
Lo mismo suceder� en la provincia del Chaco, donde el Gobernador Capitanich ha firmado acuerdos con la empresa proveniente de Arabia Saudita del Sheik Al-Khorayef (Alkhorayef Group) para que dicha empresa pueda producir m�s de 220.000 hect�reas de patrimonio de los Chaque�os.
Es claro que, a partir de estos acuerdos, estas provincias quedar�n sometidas a las necesidades y designios de los capitales extranjeros, con la consecuente violaci�n a la Soberan�a Nacional, implicada en la violaci�n a las Soberan�as Provinciales por parte de potencias extranjeras. Nos preguntamos �Habr� sido esa, la fragmentaci�n del poder pol�tico, una de las razones para derogar la Constituci�n Nacional de 1949?
Volviendo a la discusi�n sobre la propiedad, uso y control de la tierra, viene bien recordar los dichos de Gustavo Grobocopatel, quien muchas veces se ha calificado a s� mismo como un "sin tierra" jugando con el paralelismo del MST de Brasil, a pesar de ser uno de los grandes empresarios del agro que tiene la argentina. El hecho de que pueda convivir esta contradicci�n en nuestro pa�s, debiera al menos llamar nuestra atenci�n sobre lo que implica la propiedad de la tierra y la poca importancia que tiene hoy para el modelo econ�mico productivo agroexportador. De la totalidad de las tierras que controla y maneja Grobocopatel, menos del 20% son de su propiedad.
Al igual que Grobocopatel, los pooles de siembra argentinos e internacionales, los chinos en R�o Negro y muy probablemente los Saud�es en el Chaco, podr�n decir que ellos en la Argentina son "sin tierras", puesto que ninguno pretende tener la propiedad de la tierra, si no que buscan controlarlas, explotarlas y manejar a su arbitrio lo cosechado.
Por otro lado, la vaguedad y ambig�edad de los conceptos que se encuentran en el proyecto de ley introducido en el Congreso por la presidenta, aporta a la generalizada confusi�n que envuelve la discusi�n sobre la extranjerizaci�n de las tierras argentinas.
La ley indica que debe ser aplicada a todas las personas que posean "tierras con destino rural", que es un concepto que la ley no define o al menos no lo define con claridad. Tambi�n habla de "tierras rurales" y que es "todo predio ubicado fuera del ejido urbano, independientemente de su localizaci�n o destino" lo que nos remite nuevamente a la discusi�n que venimos sosteniendo en el marco de las llamadas "zonas libres de agrot�xicos" que muchos ambientalistas realizan… �Qu� es ejido urbano, donde est� definido, determinado, demarcado? �Los ejidos urbanos definidos por las cartas org�nicas de los Municipios se encuentran realmente actualizados, o son los mismos que se establecer�an en las actas fundacionales? Entonces, �Desde donde habr� de contarse las tierras rurales o las tierras urbanas?
Otro punto que debe sostenerse es que si bien el proyecto tiene como objeto "a) Determinar la titularidad, catastral y dominial, situaci�n de posesi�n o tenencia, bajo cualquier t�tulo o situaci�n de hecho de las tierras rurales, y establecer las obligaciones comunes y particulares que nacen del dominio, posesi�n o tenencia de dichas tierras, conforme las previsiones de la presente ley", luego s�lo habla de los l�mites a la titularidad de dichas tierras (punto b) del Art. 2), dejando de lado la posesi�n y/o la tenencia de las mismas.
En fin, irregularidades jur�dicas podr�amos sostener m�s, pero la vaguedad y ambig�edad del proyecto de la presidenta, debe ser al menos una alarma m�s a tener en cuenta, aunque m�s no sea en la corta discusi�n sobre los registros dominiales de las tierras, que seguir� siendo siempre poco a la hora de hablar sobre extranjerizaci�n de tierras.
No deja de llamarnos la atenci�n el triste proceso mediante el cual llegamos a discutir sobre registros y titularidades dominiales, dejando de lado la discusi�n sobre el poder y control de las tierras argentinas.
Las pol�ticas p�blicas orientadas hacia el desarrollo de las zonas rurales han estado largamente ausentes, o mejor dicho, esa es en realidad la pol�tica p�blica imperante de los �ltimos a�os: el abandono de un desarrollo rural que incluya en su seno la vida en esa misma ruralidad y el trabajo de los argentinos en la tierra y echando sus ra�ces en ella. El modelo actual de Agronegocios, nos impone nuevos debates y mayores consideraciones sobre la tierra y sobre nuestro territorio, que simplemente la discusi�n sobre la mera titularidad dominial, Entre la enormidad de secuelas provocadas por el modelo de uso y acaparamiento del suelo para la agro exportaci�n, deber�a considerarse la presi�n inmobiliaria y especulativa sobre todas las nacientes de agua a lo largo de toda la cordillera de los Andes, lo cu�l significa un mayor �xodo rural.
Hoy finalmente muchos son los que comprenden que el modelo expuesto en el marco del PEAA, por la Presidenta de la Naci�n, refiere al crecimiento de una agricultura sin agricultores. Es de esperar que pueda comprenderse tambi�n, que proyectos de ley como el del Poder Ejecutivo, hayan sido elaborados para profundizar dicho incremento del despoblamiento, de modo tal, que habremos de sumarle el ep�teto "con propiedad de la tierra", pero sin poder disponer de ella. Que mencionen en el Proyecto de Ley que se elabora, la palabra "participativo" ofende, pues quienes sumaron su "voto calificado", por ejemplo en las universidades, son c�mplices del modelo extractivo o dependientes de los subsidios acad�micos que esos respaldos posibilitan.
El agronegocio sigue sumando consignas, a la de "las semillas patentadas – sin derecho al uso propio", se le agrega hoy "la tierra escriturada – sin usufructo propio". Un modelo de agricultura sin agricultores, con propiedad de la tierra, pero sin poder disponer de ella el pa�s de los argentinos. La situaci�n que denunciamos en R�o Negro y en el Chaco, y que creemos que debe considerarse en las discusiones sobre la tierra y el territorio, se enmarca a nivel internacional en las discusiones del land grabbing o sea el acaparamiento de tierras. Con el land grabbing se extranjerizan las tierras, con los acuerdos como los que se implementan en las provincias de R�o Negro y del Chaco tambi�n, aunque no impliquen la propiedad de las tierras.