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Argentina, la lucha continua....

Salario m�nimo y fragmentaci�n en el mundo del trabajo

Eduardo Lucita

Tanto por el momento en que se calcula como por la ausencia de una base de c�lculo objetiva, termina siendo funcional a la fragmentaci�n existente entre los trabajadores.

Si algo caracteriza en estos tiempos el mundo del trabajo es su heterogeneidad. Es un proceso cuyos or�genes remiten a los a�os de la dictadura militar, cuando el capital siguiendo las tendencias mundiales dio inicio, como paso previo a su reestructuraci�n productiva y de servicios, a una fuerte ofensiva sobre el trabajo. Ofensiva que con mayor o menor intensidad se mantuvo durante m�s de tres d�cadas.

Heterog�neo y fragmentado

El resultado m�s general de esta reestructuraci�n y ofensiva capitalista ha sido la desconcentraci�n obrera -fuerte reducci�n del tama�o medio de los establecimientos- y la descentralizaci�n geogr�fica -relocalizaci�n de establecimientos fabriles hacia zonas sin experiencia ni tradici�n obrera y sindical-; nuevas formas de gesti�n de la fuerza de trabajo -flexibilizaci�n, polivalencia funcional y horaria, contratos a tiempo parcial, tercerizaci�n, trabajo en negro- desocupaci�n y dispersi�n salarial. La innovaci�n tecnol�gica jug� un papel importante en este proceso. El conjunto ha contribuido a una p�rdida de homogeneidad de la clase trabajadora, a su mayor heterogeneidad y fragmentaci�n.

No se trata solo de la divisi�n entre trabajadores ocupados y desocupados o subocupados; de los trabajadores registrados (en blanco) con los no registrados (en negro); de los que revisten en planta permanente y los que est�n contratados a tiempo parcial o son tercerizados.

En esta fragmentaci�n juega un papel no menor la dispersi�n salarial. En un extremo hay un mill�n de trabajadores que ganan m�s de 10.000 pesos mensuales (los que trabajan en ramas de mayor productividad o ligados a la exportaci�n), estos integran el mill�n y medio de trabajadores que pagan impuesto a las ganancias (sueldos de m�s de 5.783 al mes para los solteros y de m�s de 7.998 para los casados). En el otro extremo alrededor del 50 por ciento de los trabajadores (formales e informales) ganan un promedio de 1.900 pesos, obviamente menos del salario m�nimo legal

Esta dispersi�n es resultante de las asimetr�as entre las diferentes ramas de la econom�a, tanto por sus productividades medias como por el diferente poder de negociaci�n de los trabajadores y sus organizaciones sindicales. Esto es mayor a�n cuando cada se privilegian las negociaciones por empresas. Pesan tambi�n las asimetr�as regionales (interprovinciales) en la distribuci�n del ingreso, y se muestra tanto entre los trabajadores del sector privado como del p�blico.

Salario M�nimo

La Ley de Contratos de Trabajo (LCT) define el salario m�nimo como "...la menor remuneraci�n que debe percibir el trabajador en su jornada legal que le asegure alimentaci�n adecuada, vivienda digna, vestir, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones..."

Para la Sociedad de Estudios Laborales, SEL Consultores, "la racionalidad del salario m�nimo, como pol�tica activa de ingresos, es establecer un piso en la estructura salarial para proteger a las categor�as m�s vulnerable de trabajadores". Mientras que el Departamento Jur�dico de la CTA va m�s all�: para este organismo el SMVyM "...se ha transformado, en funci�n de las caracter�sticas actuales de la estructura ocupacional en nuestro pa�s, en una herramienta que posibilita no s�lo mejorar el piso salarial a partir del cual se desarrollan las negociaciones colectivas, sino que permite cuestionar los l�mites estructurales que posee el actual patr�n de crecimiento."

En la actualidad y tal como est� pensado no tiene impacto sobre los trabajadores que no est�n registrados, tampoco para los que tienen fijados sus salarios por convenio o para los empleados p�blicos provinciales y municipales, los trabajadores rurales y los empleados dom�sticos. S� tiene efectos para aquellos trabajadores que est�n registrados en relaci�n de dependencia bajo los t�rminos de la LCT. En la actualidad algo m�s de 300.000 mil trabajadores. En la medida que la tasa de actividad de la econom�a favorezca la creaci�n de empleo, y por lo tanto una baja en la desocupaci�n, el salario m�nimo puede en esas circunstancias arrastrar al alza el salario de los trabajadores no registrados.

Descongelamiento

Luego de estar congelado en la d�cada de los ’90 el SMVyM volvi� a recobrar dinamismo a partir del 2003. Con el ajuste de la semana pasada, que llev� su monto a 2.300 pesos, se cumple el 9no. a�o consecutivo de incrementos.

Esta pol�tica de ajustes sucesivos ha mejorado sustancialmente la relaci�n del salario m�nimo respecto del salario promedio de la econom�a Si en la d�cada de los ’90 representaba aproximadamente el 25 por ciento de ese promedio, hoy esta relaci�n es levemente superior al 50 por ciento, tomando como base un salario promedio para los trabajadores registrados de 4.400 pesos.

Sin embargo debe se�alarse que no obstante estos avances respecto del 2003 hay insuficiencias notorias que no son neutras. Ya sea por el momento en que anualmente se calcula o por la ausencia de una base de c�lculo objetiva el salario m�nimo no juega el papel de ordenador y articulador de la sociedad salarial en nuestro pa�s.

Veamos: de acuerdo a su configuraci�n original el Consejo del Salario, organismo conformado por el Estado, empresarios y sindicalistas, debiera fijar los nuevos montos con anterioridad a las Convenciones Colectivas. Sin embargo el procedimiento seguido todos estos a�os ha sido inverso, el gobierno nacional ha convocado a�o tras a�o al Consejo una vez concluidas las negociaciones colectivas. Por otra parte, el Consejo no cumple con lo que le impone la ley, esto es calcular la Canasta B�sica, entendida como la que satisface las necesidades del trabajador y su familia para una vida digna. Esta canasta es la que debiera ser la referencia obligada para el c�lculo del nuevo salario m�nimo.

Canasta y n�meros

Como es f�cil de comprender la canasta debe satisfacer las necesidades para un vida digna, esas necesidades no son otras que las que establece la LCT cuando define el m�nimo salarial que debe percibir el trabajador para cubrirlas.

Distintos c�lculos estiman que la canasta b�sica actual es del orden de los 5.700 pesos. La CTA ha calculado que el salario promedio ha sido hist�ricamente del orden del 80 por ciento de esa canasta, mientras que el salario m�nimo debe alcanzar, como m�nimo valga la redundancia, el 60 por ciento de ese salario promedio. Esto dar�a entonces un salario m�nimo actualizado de 2.750 pesos. Sin embargo CGT y CTA acordaron pedir un 41 por ciento de aumento que lo elevar�a as� a 2.600 pesos, mientras que los empresarios ofrec�an un magro 18 por ciento. Lo acordado el viernes pasado es apenas de 2300 pesos, un 25 por ciento de incremento.

De esta forma el SMVyM se mantiene lejos de la Canasta B�sica, s�lo alcanza a cubrir el 40 por ciento de la misma. No es operativo para los trabajadores en las discusiones paritarias, porque estas ya se cerraron. Por el contrario si le sirve a los patrones para fijar una referencia para las paritarias del a�o que viene. Aunque en realidad su impacto es m�s que limitado, porque como sabemos la mayor�a de los m�nimos de convenio est�n por arriba del salario m�nimo.

Por lo dem�s el Consejo dej� para el mes entrante el tratamiento del Salario Familiar y la Asignaci�n Universal por Hijo. No se trata solo de ajustar el monto sino en el caso del SF elevar el l�mite de 4.800 pesos a partir del cual se deja de percibir el ingreso y eliminar la gradualidad, que asigna determinados montos seg�n el nivel del salario.

As� la negociaci�n ha dejado por un lado representantes del capital satisfechos (los empresarios) y dirigentes que no pueden mostrar m�s que una foto (los sindicalistas), por el otro una fuerte presencia de la figura presidencial y del Estado que hicieron pesar su capacidad de laudar con un sesgo favorable al capital. El SMVyM sigue siendo una muestra m�s de la fragmentaci�n existente y nuevamente se ha dejado de lado su potencialidad de articulador de la sociedad salarial.

* Integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda.

Fuente: lafogata.org

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