Nuestro Planeta
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Hubert Reeves, astrofísico
"La pérdida de biodiversidad es una amenaza a corto plazo"
Emmanuel Angleys
Gara
La Organización de Naciones Unidas ha proclamado 2010 como Año Internacional de
la Biodiversidad. La situación en este ámbito es trágica y las llamadas de
alerta se suceden en boca de los principales expertos. Uno de ellos es, sin
duda, Hubert Reeves, que en el transcurso de una entrevista con la agencia
France-Presse pone en guardia sobre la desaparición acelerada de la vida animal
y vegetal en todo el planeta, una pérdida que, en su opinión, supone una
«amenaza a corto plazo para la humanidad». Reeves habla de una escala mínima en
términos temporales: «La amenaza se cierne sobre nosotros en una escala de
algunos decenios como máximo».
Este astrónomo quebequés de 77 años de edad, barba blanca y aspecto y actitud
amables, es un reputado defensor del medio ambiente. «Hoy -afirma en esta
entrevista- vemos ya que la esterilización de las tierras prosigue a un ritmo
muy rápido a causa de los pesticidas y de los tratamientos excesivos que
eliminan, por ejemplo, a los insectos, las lombrices de tierra, las abejas...».
Y, además, estamos a punto de vaciar los océanos. Si no se hace nada, «de aquí a
diez, veinte o treinta años como máximo, tendremos que empezar a preguntarnos
qué vamos a comer esta noche», advierte Hubert Reeves.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el
organismo de referencia para la diversidad biológica, la mitad de todas las
especies de mamíferos están en declive y una cuarta parte están amenazadas de
extinción.
«Tengo hijos y nietos; estoy muy preocupado por ellos; ¿en qué mundo van a
vivir?», se pregunta este científico. Insiste en que está «muy preocupado» por
el porvenir: «Nadie puede decir cómo será este planeta dentro de 30 años, pero
podría ser verdaderamente lamentable. Depende de las decisiones que se adopten
ahora».
Porque, hasta hoy, las palabras priman sobre los actos. En la Cumbre de la
Tierra de Johannesburgo, en 2002, los líderes mundiales se comprometieron a
«disminuir de manera significativa, para 2010, la erosión de la biodiversidad».
«Los últimos datos muestran que no sólo no se detuvo, sino que está
deteriorándose aún más rápidamente», asegura. Y añade que ya es hora de invertir
la tendencia. «Estamos todos en el mismo barco, un barco que amenaza con
hundirse, y es preciso reaccionar a una escala global», declara Reeves.
Con un ligero punto de optimismo, evoca que la toma de conciencia a nivel
planetario comienza a ser palpable y espera que este mismo año se ponga en
marcha un mecanismo internacional a instancias del Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre la Evolución del Clima.
Respecto a la reciente Cumbre de Copenhague, opina que fue «un éxito parcial
(...), un paso importante como lo fue en su día la de Río para la toma de
conciencia general de la amenaza que pende sobre todos nosotros».
«Los científicos están muy alarmados por la erosión de la biodiversidad
-agrega-. Hay que extender este mensaje de urgencia». Y se pregunta si la
superpoblación es una de las causas de esta pérdida de biodiversidad. Afirma que
el control de la natalidad es «irreal», pero advierte de que «reducir el gasto
de energía es esencial».
¿Y a nivel individual?, le preguntamos. «Podríamos reducir el consumo de carne,
puesto que su producción devora mucha más energía», concluye.