Argentina, la
lucha continua....
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¿Quién pagará por los santafesinos enfermos por las fumigaciones?
RENACELa media sanción de la reforma a la Ley de Fitosanitarios permitiría alejar
las fumigaciones con glifosato de las comunidades, reduciendo los riesgos para
la salud de la población y del ambiente. Mientras se trata el tema en la Cámara
Alta, el Ejecutivo no define qué hará hasta que se aprueben las modificaciones a
dicha ley.
La reciente publicación científica del informe Carrasco termina por confirmar
que el glifosato -puro o formulado- usado en dosis 5.000 veces menores a las que
habitualmente se fumigan en los cultivos, produce malformaciones de todo tipo en
embriones de pollos y anfibios que hacen imposible su supervivencia; dicha
conclusión es aplicable a la especie humana, lo que concuerda en líneas
generales con los estudios del Dr. Lucero en el Chaco y, a otro nivel, con los
del Dr. Di Maio en Misiones, Gianfelice en Entre Ríos y Oliva en Rosario, así
como los realizados en el ámbito de las Universidades Nacionales del Litoral y
de Rosario sobre el impacto a la biodiversidad y al ambiente en general.
Carrasco, uno de los 10 científicos más importantes del país, adelantó hace un
año las conclusiones de su trabajo, motivo por el cual fue perseguido y
denostado por sus superiores del CONICET. Justamente, y por indicación de la
Presidencia de la Nación, ese sector científico había publicado un informe
supuestamente concluyente sobre el impacto del glifosato que concluía
manifestando la falta de más pruebas al respecto. Y las pruebas llegaron: el
trabajo de Carrasco acaba de ser publicado en una de las publicaciones
especializadas más importantes del mundo, luego de atravesar rigurosos
arbitrajes de sus pares, sin ninguna observación al respecto.
La confirmación de que el glifosato -el herbicida más usado- es un veneno que
produce malformaciones aún en ínfimas dosis debería, al menos, acelerar el
proceso de aprobación de la reforma a la Ley de Fitosanitarios. Sin embargo, los
senadores aún discuten qué hacer y el Ejecutivo sigue encerrado en su propio
laberinto, mientras avanza la campaña de siembra y los teléfonos comienzan a
ponerse al rojo vivo con las denuncias de los vecinos fumigados de todo el
territorio provincial.
Ante esta indefinición, que sólo causará más dolor y más enfermedades a las
familias santafesinas, el Centro de Protección a la Naturaleza propone que hasta
que los senadores se pongan de acuerdo y aplicando el Principio de Precaución,
(puesto que se tiran más 200 millones de litros de glifosato en los campos
argentinos impactando sobre la salud de la población) , que el Sr. Gobernador
decrete -en forma provisoria y para todas las localidades del territorio
provincial - la aplicación del área de seguridad impuesta por la Justicia en el
barrio Urquiza de San Jorge, prohibiendo las fumigaciones terrestres y aéreas a
800 y 1.500 metros respectivamente. Más de 12.000 santafesinos avalan esta
propuesta y así consta en las firmas que obran en nuestro poder y que el
Ejecutivo no ha querido recibir, a pesar de los dos pedidos de audiencia que
hemos solicitado.
Para una vasta comunidad científica, el veneno más usado en el agro argentino
daña la salud. Los datos son irrefutables y contundentes. Prolongar la discusión
sobre algo que ya es cosa juzgada significaría o ignorancia supina o un
comportamiento perverso. Mientras los casos de malformaciones, abortos
espontáneos, leucemias y otras enfermedades terminales se multiplican y el
Estado observa sólo como se engrosan las arcas públicas con el Fondo Sojero sin
realizar los correspondientes estudios epidemiológicos, los ciudadanos se
preguntan qué hacen sus gobernantes y sus representantes con el mandato
otorgado. Toda demora significa la aparición de nuevos casos. Urge tomar una
decisión y la misma está en las manos del gobernador. Toda demora injustificada
sin bases sólidas, significará cargar las consecuencias sobre las espaldas de la
población.