Argentina, la
lucha continua....
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El gobierno y los fallos judiciales
¿Qué será de la Ley de Medios?
Daniel Satur
La Ley de Medios se votó el 10 de Octubre de 2009. Fue entonces cuando el
Gobierno y los multimedios (sobre todo Clarín) llegaron a niveles de
confrontación nunca antes vistos. Su aprobación hizo que muchos progresistas
vieran una posibilidad histórica de avanzar contra los monopolios. Pero en estos
cinco meses corrió mucho agua debajo de los puentes.
Entre otras cosas, cambió el Congreso, donde la oposición patronal (producto de
las elecciones del 28 de Junio) se hizo de las mayorías en diputados y senadores
y de casi todas las comisiones de las cámaras. El nuevo parlamento posiblemente
tenga en carpeta modificar parte de la letra de la Ley.
Pero también hubo una serie de fallos judiciales, casi todos a pedido de los
multimedios y de legisladores de la oposición, que dejaron en un verdadero stand
by a la Ley de Medios. El último fallo se dio en Salta el martes 9 cuando el
juez federal Miguel Medina dictó una medida que prohíbe aplicar en su totalidad
la nueva norma. Ya son 5 las resoluciones que frenan, total o parcialmente, la
Ley promovida por el Gobierno de Cristina.
Mientras el poder ejecutivo anuncia que apelará a cada uno de esos fallos
adversos, trata de ir aplicando a cuentagotas y en secreto algunos de los
artículos de la nueva Ley. La nueva Autoridad de Aplicación puso en marcha un
"censo" de radios y canales de TV de todo el país, para demarcar un estado de
situación de las comunicaciones. A su vez prohíbe o regula algunas
adjudicaciones de licencias. Pero sin avanzar mucho más, sabiendo que de alguna
u otra manera se enfrentaría a nuevos fallos judiciales que frenarían sus
acciones.
Detrás de las noticias
Pero lo más importante de los últimos meses es la misma crisis que atraviesa de
conjunto el régimen político. Alrededor del conflicto del "Banco Central" y el
uso de reservas para el pago de la deuda, la pelea entre kirchnerismo y
oposición parece condicionar todo lo hecho previamente al 10 de diciembre.
Mientras el gobierno apela a los DNU y amenaza con vetar todo lo que haga el
Parlamento, y la oposición promete rechazar cada medida adoptada por el
Ejecutivo, las resoluciones que surgen desde los estrados judiciales aportan un
nuevo condimento.
Así las cosas, lo que para muchos en Octubre era el inicio de algunos cambios en
materia de medios y comunicación, todavía sigue siendo una letra inmóvil cuyo
destino incierto está muy lejos de parecer definirse.
Mientras tanto, la lucha encarnizada entre el kirchnerismo y Clarín avanza por
otras vías. Desde el conflicto por el manejo de Papel Prensa (empresa mixta
donde Clarín, La Nación y el Estado son socios desde hace décadas), hasta
algunos tibios avances en la causa por la apropiación de menores durante la
dictadura por parte de Ernestina Herrera de Noble, el gobierno apuesta las
fichas que le quedan a esquilmar aún más al Grupo Clarín. En tanto desde el
"partido mediático" siguen tratando de marcar la agenda política, denunciando la
corrupción de los funcionarios y pidiéndole a la oposición que busque la forma
más contundente de cargarse al oficialismo e ir armando la sucesión para el
2011.
El gobierno sabe que el tiempo que le va quedando se consume con la rapidez de
una película de acción. Las corporaciones mediáticas saben que, por esa misma
razón, muchas heridas les pueden quedar en el camino al 2011.
Como afirmamos y reiteramos durante el debate público del año pasado alrededor
de la Ley de Medios, expropiar y poner en manos de los trabajadores y el pueblo
toda la infraestructura de la comunicación, el papel para diarios y revistas,
las imprentas para las publicaciones, las antenas, cámaras y micrófonos para
hacer escuchar la voz de las mayorías; no fue ni será un proyecto votado por un
Gobierno y un Congreso llenos de empresarios, burócratas sindicales y lobbystas
de los monopolios. Mucho menos por jueces que ni siquiera fueron elegidos por
sufragio universal, muchos de los cuales incluso vienen de la época de la
dictadura.
La real libertad para expresarnos sólo podrá venir de la mano de un gobierno de
los trabajadores, que abra paso a la liberación de las masas explotadas y
oprimidas del yugo del capital y de toda forma de dominación.