El kirchnerismo, la táctica del engaño y la extorsión, y el
papel de la izquierda
Gustavo Robles
.
Dos compañeros de trabajo se encuentran, y uno quiere convencer a otro de
asistir a un acto oficialista
- "Compañero, Néstor y Cristina son los líderes de la Liberación Nacional. Estos
zurdos que se oponen al gobierno son funcionales a la derecha"
-"Ah, ¿si? ¿y cuáles son sus políticas para la Liberación?"
- "Mantener al país dentro de las reglas del Mercado Financiero Internacional,
Pactar con el FMI, BM, BID y Club de París, sostener el sistema de explotación
capitalista transnacionalizado, congraciarse con el G-7, apuntalar las empresas
de servicio privatizadas, subsidiar a las empresas privadas, no recuperar el
Petróleo ni los Recursos Estratégicos Naturales, poner la explotación minera en
manos de empresas extranjeras, y pagar la Deuda Externa"
- "Ah, entonces con ustedes... la Derecha no hace falta"
Desde sus inicios, el gobierno kirchnerista y su entorno se ha encargado de
crear una identidad bien definida a los ojos de la sociedad argentina. Se hacen
llamar "Nacionales y Populares", "Progres", asumieron una mística "setentista",
dicen luchar por la "Liberación Nacional" y tienen un discurso que algunos
desprevenidos podrían tildar de "antiimperialista". Con ello se han ganado el
favor –y el fervor – de muchos honestos compañeros que se encargan, desde un
imaginario "izquierdista", de difundir y defender las acciones de la
administración K.
Quieren hacer aparecer –y lo logran, lamentablemente –al oficialismo como el "zurdaje"
Basados en estos conceptos (y teniendo en cuenta que el kirchnerismo apareció
como la opción "potable" para las clases dominantes, para recomponer la
legitimidad y gobernabilidad del sistema, puesto en jaque por la Rebelión
Popular del 2001), ante el avance de la "derecha tradicional", éstos compañeros
nos quieren comprometer -junto con los alcahuetes del matrimonio presidencial -,
a los militantes de izquierda a "apoyar al gobierno", para no "ser funcionales a
la derecha".
Ellos nos quieren decir que si nos oponemos al oficialismo, nos alineamos con
los sectores más reaccionarios de nuestra sociedad.
Y se postulan como "el progresismo" o la "izquierda sensata y posible"
Ante estos planteos, yo quisiera invertir la carga de la prueba. Y preguntarles
a ellos:
"¿qué es lo que ustedes entienden por derecha?"
Me parece que ésa es la forma correcta de plantear el problema. Porque… el
gobierno y sus acólitos nos dicen "nosotros o la derecha", y nos conminan a
apoyarlos. Pero… ¿qué políticas son las que nos piden que apoyemos?
El diálogo que encabeza esta nota es más que elocuente. Este gobierno no ha
tocado NADA de la estructura económica de dependencia y saqueo de nuestras
riquezas, puesta al servicio, obviamente, de los sectores concentrados del poder
económico internacional.
¿Qué es lo que quieren que apoyemos, entonces?
Los militantes de izquierda cargamos con muchos defectos en nuestras mochilas:
aún no podemos acertar para unirnos, podemos aparecer como intolerantes y hasta
soberbios a veces, no logramos tender puentes que nos acerquen al favor de las
mayorías populares, pero… tenemos principios.
Principios ideológicos y éticos.
Y entonces, aunque nos pidan y nos extorsionen, no vamos a apoyar ni a éste ni a
ningún gobierno que estructure una sociedad desigual y de explotación.
¿Podemos apoyar un gobierno que, luego de siete años en la Casa Rosada, ha
conseguido que el 70% de los asalariados del país (más de 10 millones de
trabajadores) ganen menos de $1900, cuando la canasta familiar ronda los $4200
según la CTA? NO, no podemos
¿Podemos apoyar la mentira permanente, el engaño sobre las "obras para todos"
que reparten miseria, como las redes de agua "potable" que no lo es, como las
plantas de tratamiento que no tratan sino pre-tratan poniendo en riesgo la salud
de la población? ¿incluso obras que el 95% de los habitantes de este país no
podrá disfrutar, cómo las que se realizan en los centros turísticos que sólo
están pensados para que puedan disfrutarlos los ricos y los extranjeros? No, no
podemos
¿Podemos apoyar un gobierno que se apoya en la estructura podrida y corrupta del
PJ, con gobernadores que se enriquecen en su función, con intendentes mafiosos,
con sindicalistas traidores, con punteros que obran como fuerza patoteril contra
todo el que se anime a protestar? NO, no podemos
No vamos a apoyar mantener al país dentro de las reglas del Mercado Financiero
Internacional, Pactar con el FMI, BM, BID y Club de París, sostener el sistema
de explotación capitalista transnacionalizado, congraciarse con el G-7,
apuntalar las empresas de servicio privatizadas, subsidiar a las empresas
privadas, no recuperar el Petróleo ni los Recursos Estratégicos Naturales, poner
la explotación minera en manos de empresas extranjeras.
No vamos a apoyar, de ninguna manera, el pago de una Deuda Ilegal, Ilegítima y
Fraudulenta, y que, a pesar de ello, ya hemos pagado varias veces y con creces.
Una "deuda" que fue investigada durante 18 años por un juez (Ballesteros) de las
entrañas del sistema, que no es ni Lenin ni el Che, y que sin embargo determinó
su Ilegalidad, contabilizando 477 delitos en su conformación, en un fallo
histórico dado en el año 2000.
Este gobierno y sus cortesanos quieren terminar de legitimar ese odioso
"endeudamiento" – que ha provocado nada más que desgracias para nuestro pueblo,
traducidas en hambre, miseria y muerte – a los ojos de los buitres financieros,
buscando la aprobación del Congreso Nacional.
Los militantes de izquierda no vamos a hacernos cargo de las culpas de los
traidores al pueblo. Si la derecha que en el año 2003 estaba hundida en el más
profundo foso del océano, hoy está viva y disputando institucionalmente el
poder, es pura y exclusiva responsabilidad del gobierno K y sus desastrosas
políticas que sólo le venden espejitos de colores a la gente.
Que no nos vengan más a extorsionar con eso de "nosotros o la derecha", porque
con gobiernos "progres" como este… la derecha puede estar muy tranquila. Y los
poderosos contentos.
Está en nosotros la responsabilidad de terminar con la concepción posibilista y
resignada del "mal menor". Los sueños de una sociedad justa de verdad no pueden
y no deben ser entregadas a las manos rastreras de los que engañan y explotan en
los hechos, por más que los discursos suenen medianamente atractivos en alguno
de los aspectos que debemos defender.
Esa postura es la postura de la impotencia. De la incapacidad para crear lo que
verdaderamente hay que generar, una herramienta política de masas que luche por
el poder para poder cambiar esta injusta realidad de raíz, para que por fin
gobiernen los que nunca lo hicieron en nuestra historia: los trabajadores y las
mayorías populares.