El kirchnerismo prueba su propia medicina (privada)
Marcelo Ramal PRENSA OBRERA
Néstor Kirchner tuvo que pasar de largo del Argerich para que la catástrofe
hospitalaria tuviera reconocimiento oficial. Su médico personal y ex director
del hospital fue claro: ningún paciente podría pasar una operación compleja en
el Argerich sin poner en riesgo su vida por la falta de medicamentos y de
insumos.
La aseveración puede extenderse a todos los hospitales públicos de la Ciudad.
Las "obras" de Macri sólo han mejorado sus fachadas. El objetivo es facilitar la
tercerización de los servicios de facturación a obras sociales, o sea, la
privatización. El presupuesto de salud 2010 prevé un congelamiento salarial para
médicos y enfermeras. Desde comienzos de año, un gran movimiento de protesta
sacude a los hospitales porteños, debido a los recortes de servicios e ingresos
que se le imponen a los profesionales de la salud. Los mil despidos que acaba de
anunciar Macri, por otra parte, se concentran en el área sanitaria.
Pero el sayo que el Dr. Donato Spaccavento le ha calzado al gobierno PRO le
cabe, por igual, al kirchnerismo. ¿Acaso los legisladores "K" no votaron junto
al macrismo los presupuestos de la Ciudad, con estos brutales ajustes en la
atención hospitalaria? En materia de vaciamiento, el sistema nacional de salud
pública no tiene nada que envidiarle a la gestión macrista. Por caso, el
presupuesto nacional 2010 dispuso una reducción de 436 millones de pesos en el
área de salud, lo que implicó una caída del 7,1% respecto de los niveles del año
anterior. Los hospitales bonaerenses sólo sobreviven por la lucha de sus
trabajadores, como lo demostró el Larcade de San Miguel. En Tucumán, los
trabajadores de la salud debieron ir a la huelga general en defensa del hospital
público para enfrentar en este caso al hiperkirchnerista Alperovich. Con la
misma energía salieron a luchar los médicos y enfermeras de Río Negro, contra el
radical –kirchnerista Miguel Saiz.
La liquidación de la salud pública alimenta al filón capitalista de la
"industria" de la salud, sus prepagas, laboratorios y clínicas. El gobierno
"nacional y popular" profundizó la privatización del sistema sanitario. Sus
"empresarios", finalmente, se destacan en la lista de financistas a su campaña
electoral.
Con la internación del ex presidente, el kirchnerismo ha bebido de su propia
medicina. El gusto se parece, y mucho, al jarabe que ofrece Mauricio Macri en la
Ciudad.