Argentina, la
lucha continua....
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Zapatero el pistolero. ¿Y por casa… un pacto social?
Daniel Cadabón
Por primera vez, desde la dictadura franquista, le tocó al gobierno español
del socialista Zapatero, declararles la guerra a los trabajadores aplicando la
ley del generalísimo.
El "estado de alarma" decretado ante el paro de los controladores, le otorga
poderes excepcionales a los socialistas franquistas y les permite militarizar
los lugares de trabajo considerados esenciales.
El gran estadista José Luis Zapatero, eximio amigo de kirchneristas y opositores
de todo pelaje gorila en nuestro país, salió como un vulgar pistolero a quebrar
una huelga de trabajadores a punta de revólver y amenazas.
Los controles de los aeropuertos españoles fueron puestos bajo mando militar y
los trabajadores que reclamaban por mejoras salariales y laborales declarados
"movilizados" bajo órdenes de las jefaturas de las fuerzas represivas, en un
reconocimiento tardío por parte del PSOE de lo que fue la versión frondicista
del plan Conintes en nuestro país.
Podrían ser: Teresa, Concha, Manuel, Juan José o cualquier otro trabajador de
los controles aéreos españoles -que sintieron el metal duro del mortífero caño
del arma de fuego en sus costillas "invitándolos" a volver a sus tareas por
parte del PSOE- los que han hecho una experiencia concreta con la centro
izquierda en el poder y los que ven azorados, como el plan represivo de la
derecha del "Partido popular" encuentra sus mejores ejecutores entre los
socialistas gobernantes.
Podría ser peor aun, todavía pesa sobre los trabajadores la amenaza de despidos,
causas penales por sedición y posibles sentencias a cumplir en las negras
cárceles de la monarquía constitucional española, que ha decidido dar el salto
del internacional "porque no te callas", al casi nacional "si paras te mato o te
meto preso".
Por si fuera poco, todas estas arbitrariedades dispuestas para romper una huelga
parecen no alcanzarle al centroizquierdista Zapatero, y entonces amenazó con
extender el plazo del "estado de emergencia" sin límites, "conteste -justifican-
con una opinión pública que reclamó "medidas ejemplares contra una elite de
privilegiados que es la mejor pagada de Europa". La falta de vergüenza no es
sola argentina y, en épocas de crisis, tiene un alcance internacional
El gobierno de Zapatero, conviene recordarlo, no es más que la versión
imperialista de lo que sería una mixtura a nivel nacional de un gobierno entre
el kirchnerismo y el radicalismo en el poder (¿Imposible? ver gráficamente CFK y
Julio Cobos). En el primer caso por los intereses que representa y a los que
está asociado (telefónicas- Repsol- mineras-juego); en el segundo por la
representación internacional socialdemócrata que agrupa a las fuerzas
alfonsino-cobistas.
Zapatero, en apenas unos días, se volvió un pistolero y se pegó el faltazo sin
aviso a una mediocre "Cumbre Iberoamericana", realizada en Mar del Plata, porque
la crisis económica internacional que corroe la economía capitalista en Europa,
tiene en España, así como en Portugal, Irlanda, Francia, Grecia, Italia, y
próximamente Alemania, sus más feroces exponentes; lo que obligan a los
gobiernos, tanto de centroizquierda como de derecha, al empleo de la represión
más abierta y descarnada, como dispositivo que logre el ajuste de los cinturones
obreros y el salvataje de los bancos que en su caída arrastran a la crisis y a
la bancarrota a sus propios Estados.
Las grandes huelgas que viene sacudiendo al continente europeo desde mediados de
año impiden por ahora, y hasta que el movimiento obrero no atraviese un momento
de relativo reflujo el armado de pactos sociales "a la argentina". Con las
direcciones burocráticas de las grandes centrales sindicales europeas
desbordadas o en la parálisis; inclusive con algunas consideradas ante los ojos
de los sectores obreros más combativos como caídas en el campo de la traición
directa a sus bases; la lucha en contra del ajuste se abre a un panorama de una
multitud de conflictos parciales que se desatan permanentemente y que son
declarados como "huelgas salvajes" tanto por los gobiernos reaccionarios o por
los "progresistas", según sea el caso. Esto es, huelgas inorgánicas y por fuera
del control burocrático.
Y por casa…?
La presidenta Cristina Kirchner, escudada por gobernadores de la provincias
petroleras; el jefe de los negocios en todo lo que tenga que ver con el campo de
los recursos naturales, Julio De Vido ; junto a representantes de YPF, Pan
American Energy, Petrobras Argentina, Pluspetrol, Tecpetrol y Total Austral y un
nutrido grupo de sindicalistas pactistas; firmaron hace apenas 10 días atrás un
acuerdo que, con el pomposo y pretencioso titulo de "Acuerdo Nacional de
Promoción del Diálogo Social en la Industria Hidrocarburífera", vuelve a ser el
primer intento, después de la muerte de Néstor Kirchner; de la enésima
renovación de un Pacto Social, que permita mantener disciplinados los reclamos
obreros en un 2011 que se presenta convulsivo y con aires de estallido.
Dejando de lado -por el carácter estratégico que involucra este acuerdo, que se
intenta a largo plazo- que se podría considerar fracasado apenas una semana
después de firmado, ya que los tercerizados de las petroleras en el sur
volvieron a los piquetes y las huelgas; tanto el oficialismo como la patronal y
la burocracia pactista intentan que el sentido de este acuerdo social supere la
formalización de un pacto en las hidrocarburíferas, para que el "diálogo social"
se extienda a todas las ramas laborales. La idea es que se mantengan congelados
los salarios por los 10 meses que llevan de enero a octubre de 2011.
Tanto la patronal como el oficialismo, esperan encontrar garantías por parte de
las centrales sindicales de que no habrán sobresaltos luego de las firmas, en
los primeros meses del año, de aumentos salariales en paritarias, que algunos
hacen llegar apenas hasta un 18% para todo el año, que por otra parte tiene
calculada un inflación por encima del 30%. Como se ve la cosa se presenta
difícil antes del proceso electoral en el que la presidenta pretende ser
reelegida.
El acuerdo social es el principal eslabón en la cadena reelectoral, y sin
embargo la supuesta fortaleza conseguida por el kirchnerismo para hacerlo
posible no es más que una intención.
El movimiento obrero en particular, y los trabajadores en general, están lejos
de pactar -aceptar- una rebaja salarial cuyo único objetivo sea posicionar como
buenos pagadores al gobierno kirchnerista de cara al FMI.
Por otra parte todo un sector de la burocracia tiene sus prevenciones para
atarse a semejante pacto de congelamiento salarial, por algunas razones:
- en los lugares de trabajo corren entre las bases de sus sindicatos regueros de
aires nuevos que le vienen soliviantando "la tropa" que ya empezaron por echar a
patadas a los delegados más relacionados con el aparato burocrático. Cualquier
acuerdo de congelamiento en medio de un clima inflacionario daría un importante
empuje a esta tendencia.
- Por otro lado la cuestión de que se realicen investigaciones en tormo a la
mafia de los medicamentos, que mantiene preso a Zanola y amenaza a Moyano, es
otro elemento de presión para confirmar el pasaje del gobierno a una política
que clausure estas causas, si es que quiere pactar.
- Todo pacto de este tipo va a necesitar una mayor tercerización de la
represión. El reclamo es que se dejen de joder con Pedraza y el gallego
Fernández, responsables del asesinato de Mariano Ferreira.
- La inscripción del sindicato del subte, no le da todas las garantías de que el
gobierno quiera ir a fondo en esta política. Tomada se ha mostrado débil tanto
frente al reclamo de los trabajadores del subte; como frente al triunfo de los
tercerizados del Roca lo que le resta al negocio burocrático.
La oposición
Los libretistas del kirchnerismo no sólo hacen chistes en TVR o 6,7,8; los hacen
también, y sobretodo, en sus análisis políticos y ahora resulta que los
muchachos de la oposición andan desperdigados y desorientados porque, como
Kirchner se murió se quedaron sin argumentos para atacar al gobierno. Para
ellos, Néstor no sólo ordenaba al oficialismo sino que era un referente para
ordenar a toda la oposición.
Interesante argumento aunque falso de falsedad absoluta.
La oposición desaparece, se degrada, se divide, simplemente porque el gobierno
le robó el programa. Los que siempre plantearon "pagar la deuda con el esfuerzo
de los argentinos" ¿que pueden decir hoy? Que los acuerdos de pago al Club de
París van viento en popa ¿Los que plantearon la necesaria seguridad jurídica del
Indek? ¿Qué mayor seguridad que la entrega de las estadísticas del instituto al
FMI? Lo mismo con aquellos que reclamaban una mayor intervención del estado en
los cortes de ruta y las usurpaciones de la propiedad privada ¿que clase de
competencia pueden resultar estos tibios frente al kirchnerista Insfran?
Una nueva frustración
A esta altura de los acontecimientos queda por ver si la progresividad pequeño
burguesa y algunos sectores populares pueden asimilar al kirchnerismo como una
nueva experiencia fracasada de una burguesía local latinoamericana, que luego de
intentar consolidar un tipo de nacionalismo con contenido capitalista que
pudiera coexistir "dignamente" con las grandes corporaciones multinacionales y
los organismos internacionales de crédito termina "bajándose los pantalones".
Poco política la metonimia pero al alcance de un ministro de economía.
Este apolillado camino, que las burguesías nacionalistas intentan recorrer en
nuestro continente una y otra vez a lo largo de la historia, ha dejado un tendal
de frustraciones y fracasos entre sectores obreros y juveniles, que creyeron
volver a encontrar entre las reliquias del museo discursivo nacionalista una
opción liberadora a la opresión nacional.
El final de la historia de tan parecido aburre: luego de una serie de escarceos
que nunca llegan a transformarse en medidas concretas los gobiernos
nacionalistas se atan sin más al carro de los poderosos en función del primado
"de la lógica de la racionalidad" que indica que no nos podemos aislar del mundo
sin sufrir las consecuencias.
El 2011 está acá a la vuelta, las experiencias en medio de las crisis se
aceleran; sino pregúntenle a los controladores españoles como un zapatero se
volvió pistolero.
Foto: Argentina - La presidenta Cristina Fernández de Kirchner junto al primer
ministro del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. / Fuente:
Presidencia de la Nación