Argentina, la
lucha continua....
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Un crimen contra la clase obrera: El asesinato de Mariano Ferreira
Lisandro Martínez
Cómo ocurrieron los hechos
Miércoles 20, 12 horas, calle Lebensohn al 500, Avellaneda. Desde esta cita
salió la movilización de los compañeros ferroviarios de las empresas
tercerizadas, acompañados por delegaciones del PO y otras organizaciones.
A pocos metros, se pudo advertir la presencia de una patota organizada sobre las
vías con uniformes de la empresa, formada por unos 120 integrantes. Formaba
parte de la patota el hijo de Antonio Luna, subsecretario de Transporte
Ferroviario, integrante de la burocracia sindical ferroviaria, quien actúa como
un provocador desde el inicio de los hechos. El corte de vías, en ese lugar, era
imposible de hacer por la presencia de la patota y un cordón de la Infantería de
la Policía Federal y de la Bonaerense. Por esa razón, la movilización siguió
marchando por Lebensohn hacia los fondos de la Estación Avellaneda y luego hasta
las inmediaciones de la Estación Hipólito Irigoyen, donde las organizaciones
decidieron subir a las vías. Hasta ese momento, la patota seguía a la
movilización ocupando y marchando por las vías, en tanto el cordón de las
fuerzas de seguridad seguía a la movilización de los ferroviarios en lucha.
A la altura de Puente Bosch -que comunica Avellaneda con Capital- los
manifestantes intentaron nuevamente concretar la ocupación de las vías, lo que
fue violentamente reprimido, a pedradas, por la patota sindical. La Bonaerense,
fuera de jurisdicción, actuó en sintonía con la patota, descargando balas de
goma contra los agredidos.
Luego de este hecho, los participantes de la movilización decidieron en asamblea
retirarse y llamar a una asamblea para discutir nuevas iniciativas de
movilización para el jueves 21, a las 17 horas.
Mientras se estaba desenvolviendo el último tramo de esta asamblea, la patota
bajó de las vías a la carrera descargando una lluvia de piedras. Allí se rearmó
el cordón de seguridad de la movilización, que hizo retroceder a los agresores.
Pero la policía, esta vez la Federal, protegió a la patota en retroceso,
resguardándola detrás de los patrulleros. La columna de la movilización, a la
altura de Pedro de Luján y Perdriel, a tres cuadras de Avenida Vélez Sarsfield
se frenó, se replegó y se retiró. En este momento, la policía, una vez más la
Federal, abrió el cordón y dejó pasar a quienes serían los asesinos. Estos
actuaron profesionalmente, tapándose la mano con la que accionan el revólver
para que las partículas de pólvora no se depositen en la mano del tirador porque
esto puede ser descubierto hasta dos semanas después por pericias. Hay dos
tiradores, uno con un revólver 38 y otro con una 22. El portador de la 38 carga
dos veces el tambor y los casquillos quedan como prueba. Tanto uno como otro,
esto es impo
rtante, tiran al bulto, es decir a matar. Nuestra compañera Elsa Rodríguez cayó
fruto de un balazo en la cabeza a 200 metros de donde se encontraba el tirador,
lo que plantea como hipótesis la posibilidad de un tercer agresor armado.
Además de Mariano Ferreyra y de Elsa Rodríguez, tienen heridas de bala Nelson
Aguirre (en la pierna) y Ariel Pintos, un ferroviario tercerizado (también en
una pierna).
En el lugar de los enfrentamientos existe una terminal de Chevallier. Tanto las
cámaras de la terminal de ómnibus como las de otras fábricas de las cuadras en
las que se produjo la agresión deberían haber registrado los hechos que, en una
primera instancia, fueron filmados por las cámaras de C5N.
A esto debe sumarse lo que es un capítulo siniestro. Con Mariano Ferreyra herido
de muerte, la Policía -una vez más la Federal- no se hizo cargo. Fue la decisión
de sus compañeros lo que permitió parar una ambulancia en tránsito y cargar a
Mariano y a Elsa.
En cualquier vagón del Ferrocarril Roca se puede leer un volante que dice: "nos
vamos a hacer cargo de lo que la policía no hace", firmado por la burocracia de
la UF escudada bajo el nombre "Trabajadores Ferroviarios".
El propio José Pedraza, actual titular de la UF, se reconoció como organizador
de la patota. Desmintió que "haya existido un enfrentamiento con trabajadores de
UTA", confirmando que sí lo hubo con "ex trabajadores ferroviarios despedidos
acompañados por el PO y otras organizaciones. "Pedraza justificó los incidentes
-sin saber aún que había un muerto y dos heridos de bala- al destacar que los
trabajadores ferroviarios impidieron el corte de vías en defensa de sus fuentes
laborales" (Télam, 20/10).
Por otro lado, Pablo Díaz, de la directiva de la UF, afirmó: "mientras estemos
nosotros, no vamos a permitir ningún corte en las vías" (Infobae, 20/10).
Todas las huellas de los asesinos están expuestas.