Argentina, la
lucha continua....
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¿Quién mató a Mariano?
Horacio Meguira
El asesinato de Mariano Ferreyra no puede descontualizarse de la situación de
los trabajadores tercerizados y la lucha que venían emprendiendo para ser
equiparados en salarios y condiciones de trabajo a los que están comprendidos en
el convenio colectivo vigente para los dependientes de las empresas "terminales"
del sector ferroviario.
Desde que se reinicia la negociación colectiva salarial en el 2003 se comenzó a
percibir la brecha entre los trabajadores de las categorías más altas con las
más bajas. En algunos casos, como el de las empresas terciarizadas ferroviarias
los convencionados perciben remuneración que llegan a triplicar los salarios de
los dependientes de las sub-contratistas.
Este fenómeno de "tercerización" se repite en todas las actividades industriales
o de servicios. Los grandes sindicatos como la Unión Ferroviaria, Luz y Fuerza,
Asociación Obrera Textil, etc. no permiten la afiliación a dichos trabajadores.
En los convenios colectivos no son representados. Las unidades de negociación no
contemplan ni los salarios ni las condiciones de trabajo de los "precarizados"
que operan en la descentralización de muchas tareas efectuadas dentro o fuera de
los establecimientos.
Es muchos casos, como los ferroviarios, las tareas de trazado, reparación, o
mantenimiento de vías, son efectuadas por estos trabajadores que no están
encuadrados en ninguna categoría profesional de los convenios vigentes para la
actividad. Por ende, sus tareas son polivalentes, sus horarios interminables, su
remuneraciones insignificantes y, por sobre todo, se les impide sindicalizarse;
cualquier intento son despedidos o amenazados inmediatamente.
A partir de la propuesta de la CTA muchos terminaron por convencerse de la
necesidad de que todos los trabajadores tengan el derecho de constituir las
organizaciones que crean conveniente, y que la libertad sindical es la
precondición imprescindible para revertir semejante situación de
sobre-explotación. Negada la afiliación a los sindicatos constituidos y dadas
las condiciones favorables generales por fallos de la Corte Suprema (ATE y Rossi),
los trabajadores comenzaron a organizarse por intermedio de nuevas
organizaciones capaces de contener sus reivindicaciones.
Esta situación, que se repite en otros sectores, resulta intolerable para las
empresas y para los sindicatos tradicionales que sólo contemplan a los
trabajadores de las empresas terminales. Por ejemplo, un trabajador que es
dependiente de Telecom puede acceder al convenio colectivo, a la seguridad
social, a la defensa en el supuesto de ser despedido. El que forma parte de la
red de servicio o producción que provee a esas empresas no puede hacerlo.
La relación costo-beneficio se da en el tramo "tercerizado". El costo del
salario, sobre todo en las empresas de mano de obra intensiva, es insignificante
en los tramos donde se produce por fuera de los convenios colectivos. La mayor
renta empresaria se produce antes del producto terminado y distribuido.
El capital no va a tolerar la organización de estos trabajadores. Este es el
contexto en el que hay que analizar el asesinato de Mariano. No es un hecho
aislado o incausado, sino consecuencia de la organización de estos trabajadores.
Este contexto se complementa con la actuado por los llamados "sindicatos
empresarios" como la Unión Ferroviaria, y de dirigentes como José Pedraza que
fue socio y cómplice del despojo y saqueo de los Ferrocarriles en la década del
90. Ellos tienen como función evitar cualquier atisbo de organización que altere
esta situación. Su asociación y complicidad con la empresa tiene como finalidad
mantener el statu-quo y causa de su permanencia de por vida en los cargos de
dirección.
No es un enfrentamiento sindical derivado de un conflicto intersindical. Por el
contrario, es un conflicto con las empresas concesionarias administradoras del
Ferrocarril Roca, con sus empresas descentralizadas, todas de propiedad del
mismo consorcio, y con el Ministerio de Trabajo que toleró esta situación
favoreciendo la monopolización de la Unión Ferroviaria y desconociendo a
cualquier organización por "fuera" de ella.
En este caso, es más claro aún cuando se sabe que los abogados históricos de la
Unión Ferroviaria fueron Carlos Tomada, Noemí Rial y Oscar Valdovinos. Nombres
muy familiares del poder gobernante.
Horacio Meguira es Director del Departamento Jurídico de la CTA.
Foto: Argentina, Burocracia sindical - Una cámara de C5N registra el momento en
que la patota de la Unión Ferroviaria inicia el ataque que culminaría con la
muerte del militante del Partido Obrero Mariano Ferreira.