Argentina, la
lucha continua....
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Encuentro Nacional de Mujeres 2010
Una nueva versi�n de la "teor�a de los dos demonios"
Fabi�n Otrera
Leamos los t�tulos que tres peri�dicos argentinos hicieron sobre la cobertura
del reciente "Encuentro Nacional de Mujeres 2010" en Paran�, Argentina, y el uso
silenciador, vago y menospreciativo del art�culo indeterminado "un":
Clar�n pone "Agresi�n en un taller sobre aborto"; La Naci�n pone "Tensi�n
durante un congreso de mujeres"; y El Argentino (s�, s�, el
oficialista, ya no nos asombremos) pone "Provocaci�n de grupos religiosos.
Fueron a un encuentro de 30 mil mujeres donde se debat�a la
despenalizaci�n del aborto".
�Qu� actitud repetida en otras ocasiones se puede hallar? En este caso:
1. Estos art�culos, escuetos, pasaron casi desapercibidos entre las secundarias
p�ginas de estos medios.
2. Se desestim� la cantidad de gente, a pesar de que tuvieron cuatro veces m�s
asistentes que la "marcha por la seguridad" que tuvo lugar en la ciudad de
Buenos Aires el jueves pasado y que s� tuvo gran cobertura period�stica.
3. La riqueza de un amplio debate que se organiz� y cuyo inter�s com�n fue la
violencia de g�nero, fue reducida a un s�lo tema: el aborto.
4. Para estos tres medios fueron m�s importantes unos pocos incidentes violentos
que iniciaron intolerantes militantes cat�licos contra algunas mujeres
asistentes, que el evento en s� mismo.
De all�, y seg�n el inter�s de cada holding, se est� a un paso de sugerir dos
grupos antag�nicos: proabortistas (izquierda atea, etc., etc.) y antiabortistas
(derecha cristiana etc., etc.). Una reducci�n ideologizada y tendenciosa que no
sirve para darle continuidad a un debate necesario.
Este fin de semana hubo personas que pusieron su cuerpo y su inteligencia para
abrir mentes, para contribuir a eliminar prejuicios, para dar un paso adelante
hacia la justicia con su dulce firmeza, sin armas, por amor a los cientos de
mujeres que mueren asesinadas, a los cientos de miles de abortos realizados sin
garant�as de salud, a miles de j�venes secuestradas para servicios sexuales, y a
las millones de maltratadas e invisibilizadas en sus casas.
Las papas queman: los femicidios est�n a la orden del d�a y las m�ltiples formas
de violencia de g�nero en el hogar, en el trabajo y hospitales no cesan, a pesar
de la existencia de leyes de protecci�n. �C�mo vamos a pretender cambiar el
mundo si se silencia este debate? Rotulemos para que las cosas no cambien, dicen
algunos medios.