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Nuestro Planeta

La evoluci�n de las semillas

Gustavo Duch Guillot
Diario de Navarra

Cuando hace unos diez mil a�os las mujeres y hombres se iniciaron en las tareas agr�colas arranc� lo que hoy, con un pel�n de arrogancia, conocemos por biotecnolog�a ("toda aplicaci�n tecnol�gica que utilice sistemas biol�gicos y organismos vivos o sus derivados para la creaci�n o modificaci�n de productos o procesos para usos espec�ficos" , seg�n el Convenio sobre Diversidad Biol�gica de 1992). Ahora que celebramos el 150 aniversario de la publicaci�n de "El Origen de las Especies" de Charles Darwin, propongo hacer una clasificaci�n de las estrategias biotecnol�gicas en funci�n de su paralelismo o no con el paradigma introducido por �l: la diversidad permite a la vida adaptarse y expandirse. Entonces tendr�amos dos categor�as, las modificaciones biotecnol�gicas que generan diversidad y las que por el contrario uniformizan.

Dentro del primer grupo tendr�amos, por ejemplo, la domesticaci�n de una especie vegetal salvaje, como el teosinte, que a partir de la selecci�n por las manos campesinas, en el proceso de plantar y seleccionar, de la prueba y error, cultivo tras cultivo (aprovechando mutaciones y la propia selecci�n natural) deriv� en una nueva especie, el ma�z y sus m�ltiples variedades, sustento de muchas culturas. Podr�amos hablar de un proceso de selecci�n en la naturaleza exitoso acompa�ado por la sabidur�a y tenacidad del ser humano buscando caracteres adecuados que potenciar. Una mejor adaptaci�n a su realidad clim�tica, a las caracter�sticas del suelo, un sabor determinado, etc. Una vez "conseguidas" estas nuevas especies o variedades el esfuerzo consiste en mantenerlas "en activo" y evitar que pierdan sus rasgos privilegiados. Es un proceso biotecnol�gico de primera magnitud al alcance y en las manos campesinas.

El segundo grupo de modificaciones lleg� de la mano de una tecnolog�a m�s puntera �dir�n-, m�s especializada �dir�n-, casi casi de laboratorio. Este es el proceso de la revoluci�n verde, donde tambi�n con el objetivo de mejorar algunas caracter�sticas se forz� la hibridaci�n entre diferentes variedades. Con este aceler�n sobre los ritmos naturales aparecieron tambi�n nuevas variedades de trigos o ma�ces, por ejemplo, aunque al reproducirse van perdiendo ese vigor, esa caracter�stica que se ven�a buscando. Viene a ser como la Sirenita, que para conseguir andar con piernas humanas tuvo que sacrificar el habla. As� nos encontramos que desde la introducci�n de estos h�bridos comerciales, impulsada por administraciones, empresas, etc., inundando el mercado con semillas homog�neas �patentadas y con derechos de propiedad intelectual-, sin intercambios y sin resiembras, el n�mero de variedades de muchas especies comestibles ha disminuido dr�sticamente. Se globaliz� una tecnolog�a vetada para casi todas y todos que rebaj� el censo de la naturaleza.

Dentro de este estilo de entender la tecnolog�a nos encontramos a los OGM, las semillas modificadas gen�ticamente, donde en otro proceso artificial �muy artificial-, se introducen genes de una especie (de una bacteria, por ejemplo) en otra especie muy lejana (por ejemplo en una planta), para generar un nuevo h�brido artificial que no se puede reproducir. Un sue�o mitol�gico como los centauros mitad humanos, mitad caballos, contrario a los principios naturales de la multiplicaci�n de las variedades, elemento fundamental del milagro de la sobrevivencia.

Si a la depredaci�n consumista de la especie humana exterminadora de muchas especies animales y vegetales le sumamos la multiplicaci�n de seres transg�nicos uniformes y est�riles, la reducci�n de la biodiversidad ser� dram�tica. M�s si cabe cuando la agricultura deber� afrontar las consecuencias del cambio clim�tico y necesitaremos del m�ximo n�mero de variedades f�rtiles y adaptadas posibles. Sr. Darwin, �qu� opina de estos cuentos mitol�gicos, de estos cuentos de sirenas?

Gustavo Duch Guillot Ex Director de Veterinarios Sin Fronteras Colaborador de la Universidad Rural Paulo Freire

Fuente: lafogata.org

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