Nuestro Planeta
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Mentes cuadriculadas
Gustavo Duch Guillot
Revista Altermundo.
Era su primera experiencia como agricultor. Se cansó de su vida en la ciudad, vendió el piso y se compró unas tierras junto a la desembocadura del río. Probó con el arroz, el cultivo tradicional de la zona. Como le habían enseñado, plantó el arroz en una cuadrícula perfecta- una matita a 20 cm. de la matita de la derecha, a 20 cm. de la matita de arriba, a 20 cm. de la de abajo y a 20 cm. de la de la izquierda- para aprovechar al máximo la tierra, para obtener el mayor rendimiento.
La primera cosecha dejo mucho que desear. El perito le aconsejó que añadiera
fertilizantes pero no dio resultado y se cebaron las plagas con ella.
De nuevo buscó la ayuda del perito que le dijo que cambiara a una semilla
mejorada y que añadiera herbicidas, pero tampoco percibió nada, excepto que tuvo
que gastar más dinero.
Dándole vueltas al asunto recordó al campesino que al jubilarse le había vendido la parcela. Se fue a visitarle y le habló de sus dificultades. El abuelo pidió a su mujer que le acercara papel y bolígrafo.
- Según tu me dices, has sembrado más o menos así:
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- Si, claro, eso es, como una cuadricula.
- Bueno, bueno, bien…. pero mira, ¿por qué no plantas las mismas matitas pero así?
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Y efectivamente, la cosecha entonces fue buena de veras. Y claro, volvió a visitar al
viejito y le preguntó ¿es magia eso de plantar en fila en lugar de en cuadrícula?
- No hombre, lo que pasa es que de esta forma no se hacen sombra unas matitas a
las otras. Recuerda que es el Sol lo que las alimenta.