Nuestro Planeta
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México: Crisis de agua, epidemia de influenza
Una ciudad altamente vulnerable
Jaime González
Unidad Socialista
No habían pasado dos semanas desde que la ciudad de México había sufrido una
grave y extendida carencia de agua (la cual, por cierto, no ha sido superada),
cuando el jueves 23 de abril por la noche los gobiernos federal y del Distrito
Federal anunciaron, de modo repentino y sorpresivo, una serie de medidas para
intentar frenar una grave epidemia de influenza.
Esta situación puede apreciarse por la magnitud de las medidas: se suspendieron
las clases en las escuelas, se suspendieron actos y concentraciones públicos, y
se anunció una campaña de vacunación dirigida especialmente al personal médico y
a las enfermeras de los hospitales. La urgencia y precipitación con que las
medidas fueron decretadas se hicieron evidentes el viernes por la mañana, cuando
una parte de la población que no se había enterado de la suspensión de clases
llevó a sus hijos a las escuelas, para encontrarlas cerradas.
Y el sábado 25, las medidas anunciadas por el propio Felipe Calderón Hinojosa
extremaron el rigor de la emergencia decretando que el gobierno federal podrá
recluir a los enfermos en sus casas, y el ingreso sin aviso de las fuerzas del
orden a domicilios particulares. Aunadas a otras disposiciones, de hecho
Calderón ha declarado un estado de excepción en toda l república mexicana. Tales
disposiciones, en tiempos como los actuales en que el gobierno ha sacado al
ejército a las calles, entrañan un gran peligro para el pueblo mexicano
En un país profundamente dividido por el fraude electoral del 2006 y sus
secuelas, no es de extrañarnos que muchas personas se hayan sentido confundidas,
y que haya habido quienes creyeron que se trataba de una campaña para infundir
miedo, con fines políticos o electorales. Pero el mismo día 24, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) confirmó mediante un comunicado en su sitio de
internet (