A la caza del mosquito

Oscar Taffetani  

APE

 

Primero era la (malvada) hembra del Anopheles, infectada con Plasmodium falciparum, con Plasmodium vivax, con Plasmodium ovale o con Plasmodium malariae, que picaba sin piedad a los habitantes de los pantanos y arrozales de las tierras bajas de Europa, enfermándolos de malaria y fiebre amarilla.

 

Después, fueron el DEN-1, el DEN-2, el DEN-3 y el DEN-4, viajando en la saliva de la (malvada) hembra del Stegomyia aegypti -antes denominado Aedes aegypti- o bien del Aedes albopictus, picando a seres humanos desprevenidos y causándoles la quebradora, la fiebre rompe-huesos, mundialmente conocida como dengue.

 

Más tarde, a bordo de las hembras del Psychodidae Phlebotomus y el Phlebotomus Lutzomyia (siempre las hembras: vaya una sutil culpabilización del género), llegó la leishmaniasis, peligrosa enfermedad que ataca por igual a los animales domésticos y a los dueños de casa.

 

Últimamente, debido a las hembras (unas verdaderas perras) del Aedes Aegypty, del Aedes albopictus, del Culex pipiens y del Culex quinquefasciatus, ha llegado a nuestras tierras la Fiebre del Nilo, que amenaza con sumarse a una larga lista de epidemias que -oh casualidad- castigan a la población de las barriadas pobres, sin agua potable ni cloacas ni controles sanitarios ni fumigaciones periódicas.

 

La culpa de todo... la tiene el mosquito. Perdón, más exactamente: ¡la hembra del mosquito!

 

Y si queremos algo más difuso, apto para encuentros diplomáticos, la culpa de todo la tiene el calentamiento global...

 

Altruismo investigativo

 

Departamentos científicos de distintas universidades del mundo, gracias al apoyo de laboratorios químicos y farmacéuticos, han desarrollado el mapa cromosómico del mosquito portador del dengue y otros virus que azotan a la humanidad.

 

En la Universidad de Queensland, Australia, un equipo conducido por Conor McMeniman logró "picar" a un mosquito y pasarle la bacteria Wolbachia, que reduce a menos de la mitad la esperanza de vida del insecto.

 

Si consiguen que los mosquitos vivan sólo 20 días, estiman en Queensland, lograrán que se corte su explosiva y peligrosa cadena reproductiva.

 

En la Universidad de La Plata, Argentina, ya se han detectado y están en estudio 73 variedades de mosquito, muchas de ellas que son vectores de enfermedades conocidas.

 

Después del anatema al DDT (o flit) -un insecticida que supuestamente causaba daños colaterales-, los científicos del mundo trabajan en el desarrollo de nuevos productos, por ejemplo los llamados "insecticidas ecológicos", que se venden en prácticos aerosoles para contribuir al adelgazamiento de la capa de ozono.

 

Y no faltan los que proponen prevenciones naturales, llenando de sapos los jardines, como en tiempos pasados, o bien criando familias de Cucarachas de Agua (así las llaman) que se alimentan de mosquitos y peces pequeños.

 

Mientras tanto, el dengue y las fiebres hemorrágicas -como ha revelado un estudio- eliminan en sólo un año la cantidad de seres humanos que el Sida y las enfermedades exóticas eliminan en cinco.

 

Y como en el caso del Sida y los retrovirales, tanto los nuevos insecticidas matamosquitos, como las nuevas vacunas y los nuevos medicamentos, son marca registrada y propiedad de las industrias que los han desarrollado y fabricado, y llegan a los gobiernos y poblaciones que pueden pagarlos.

 

La última epidemia

 

Preocupa a las autoridades sanitarias del Cono Sur una nueva cepa del virus que provoca el dengue, detectada en Bolivia y particularmente en el Oriente de ese país.

 

A mediados de este mes se llevaban contabilizadas 13 muertes y se habían reportado 21.937 casos de dengue clásico y 80 del tipo hemorrágico.

 

No vamos a detallar aquí los operativos sanitarios ni la cooperación solidaria de los países del área, que buscan controlar la epidemia y evitar nuevas muertes. Buena suerte y aliento en esa empresa.

 

Pero sí queremos hacer -una vez más- la breve reflexión de que todas las enfermedades de la pobreza son mortales, justamente, por el contexto de pobreza.

 

Cuando un organismo desnutrido, cuando un cuerpo con hambre, sufre la violenta deshidratación que trae una fiebre hemorrágica, está más indefenso que otros.

 

Cuando un virus nuevo que llega -portado por el mosquito, por la vinchuca, por la rata o cualquier otro medio- encuentra un cuerpo devastado y encuentra un alma derrotada, sin ganas de luchar, el resultado inexorable es la muerte.

 

Vivienda y trabajo digno; buena alimentación; escuela para todos; deporte para todos; alegría de vivir. Ésa es la receta probada, la receta universal y eficaz para controlar el dengue y las enfermedades de la pobreza.

 

Eso, y no salir a cazar mosquitos.