Cultivos para agrocombustibles
Nigeria, un país bajo el control de las trasnacionales
Stefania Muresu
Períodico Diagonal
Con la complicidad del Gobierno nigeriano y bajo la mesa, empresas
multinacionales se adueñan de grandes superficies de tierra destinadas a los
biocombustibles.
Otro caso destacado en el fenómeno de la compra y expropiación de tierras en
África es el de Nigeria, el país más poblado del continente y el octavo
exportador de petróleo al mundo. "Nigeria está bajo el control económico de las
empresas multinacionales, principalmente alemanas, inglesas, chinas y
estadounidenses, que explotan desde decenios los recursos petroleros y
agrícolas", relata a este periódico Mariann Bassey, coordinadora del Programa de
Soberanía Alimentaria de Environmental Rights Action y Amigos de la
Tierra-Nigeria. La petrolera Shell es la principal multinacional presente en el
país y ahora está implicada en un juicio por las explosiones y la quema de gas a
cielo abierto en los pozos de extracción, con enormes impactos en el ecosistema
fluvial y agrícola del Delta del Níger y que perjudica gravemente la salud de
las comunidades, afectadas por enfermedades respiratorias y tumorales. Sin
embargo, el nuevo negocio de diversas multinacionales son los agrocombustibles,
"aunque la mayoría de las empresas extranjeras se esconden bajo el manto
protector de empresas locales aliadas, para llevar a cabo sus negocios", precisa
Mariann Basseyl.
Negocios con alimentos
El Departamento para la Energía Renovable nigeriano (RED, por sus siglas en
inglés), es una sección creada por la empresa petrolera estatal (NNPC),
encargada de desarrollar la industria de agrocombustibles en el país, procurando
inversiones conjuntas con empresas extranjeras. Casplex Company y sus socios
chinos han comprado 15.000 hectareas de tierra para la cultivo de yuca para
etanol, mientras que la alemana Hagen & Co Engineering Gbr, ha adquirido amplias
zonas fértiles en diferentes comunidades del delta del Níger para el cultivo de
agrocombustibles y transgénicos. Además, Food for All International (FFAI) and
Centre for Jatropha han firmado un acuerdo con el Gobierno para la producción de
agrocombustibles destinados a la producción de electricidad en el país,
adquiriendo terrenos cultivables en muchas comunidades en el Delta del Níger,
donde ya han empezado el cultivo de la planta de jatropha. Por otro lado, la
empresa ‘nigeriana’ Global Biofuels Limited está construyendo, con apoyo de la
petrolera estatal, la primera refinería de agrocombustibles en Nigeria. Además
ha invertido 750 millones de dólares para producir etanol en el país. "Todas
estas empresas se están adueñando de enormes territorios para producir alimentos
o agrocombustibles. Están cambiando el uso de la tierra de la producción de
alimentos a la producción de carburantes", señala Mariann Bassey. "La mayoría de
los políticos están a favor de las multinacionales. La política nigeriana de
biocarburantes por ejemplo, producida por la NNCP, es modelada a partir de los
planes y acuerdos con el sector petrolero donde todo se hace para favorecer a
los actores extranjeros. Están exentos de pagar los impuestos de importación y
otras tasas relacionadas con los biocarburantes dentro y fuera de Nigeria.
Además, los gobiernos no están dialogando con los sectores clave de la sociedad
mientras que desarrollan sus estrategias nacionales sobre agrocombustibles",
añade.
Desplazados
El desplazamiento de poblaciones enteras desde sus hogares ancestrales es el
principal efecto de las expropiaciones. "Las comunidades no terminan de creerse
la promesa del Gobierno o de las empresas de que serán reubicadas. Promesas
similares se han hecho en el pasado, pero nunca han sido cumplidas. El Gobierno
siempre puede recurrir al reasentamiento obligado de una comunidad entera por
una ley de tierras nigeriana, que confiere la custodia de todas las tierras a
los gobiernos estatales", sostiene Bassey. La última vez que el Gobierno
desplazó una comunidad en la parte norte de Nigeria desde su localidad
originaria para desarrollar un "proyecto nacional", recuerda Bassey, las
poblaciones denunciaron que la indemnización pagada no fue suficiente ni para
construir casas de barro en su nueva situación. La mayoría de las personas no
tenían tierras de cultivo y se vio obligada a emigrar en masa a otros lugares,
como las ciudades, en búsqueda de medios de subsistencia. "En Nigeria hemos
encontrado que en muchas comunidades visitadas las personas no tienen idea del
actual proceso de acaparamiento de tierra de estas multinacionales. No conocen
los acuerdos entre el gobierno nacional y las empresas extranjeras, ni saben
para qué será utilizada la tierra expropiada. Lo que estamos haciendo es crear
conciencia de la realidad, construir las capacidades de las comunidades de
resistir a este asalto especulativo sobre la tierra por parte de las empresas
occidentales", relata Mariann Bassey.