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Afganistán: Obama continúa ahí donde lo dejó Bush
De My Lai a Bala Baluk
Mike Whitney
Barack Obama está intensificando agresivamente la guerra en Afganistán. Ha
intensificado los bombardeos más allá de las fronteras, en Pakistán, y para 2010
va a duplicar el número de solados estadounidenses hasta alcanzar los 68.000.
También es un firme defensor de los aviones teledirigidos Drone a pesar de que
cientos de civiles han muerto debido a fallos en los bombardeos.
El 14 de mayo de 2009 fueron asesinados 143 civiles en un bombardeo en Bala
Baluk, una zona remota al sur de Herat. Obama se quitó de encima el incidente
con la lacónica disculpa de que se iba a revisar la política estadounidense de
bombardeos aéreos para evitar futuros percances. Patrick Cockburn resumió el
incidente [1]: "No conocí a ningún sobreviviente pero hablé con un testigo de
confianza, un periodista de radio llamado Faruq Faizy que había ido a Bala Baluk
poco tiempo después de que se produjera el ataque. Tenía 70 u 80 fotos que
confirmaban lo que contaban los habitantes de la aldea: había cráteres por todas
partes, los pueblos habían sido acribillados con bombas, las explosiones habían
destrozado los cuerpos, había fosas comunes, no había señales de daños
provocados por balas, misiles o granadas".
Los portavoces del ejército estadounidense negaron los reportajes periodísticos
e inventaron la estrambótica historia de que militantes talibán habían pasado
por el pueblo arrasándolo al tiempo que arrojaban granadas contra los edificios.
Una historia ridícula que nadie creyó. Más tarde los hechos han sido verificados
por altos cargos del gobierno, por miembros de alto rango del ejército afgano y
por representantes de Cruz Roja. El ejército estadounidense mató a 143
habitantes del pueblo desarmados y luego trató de encubrirlo con una mentira.
Ninguna de las víctimas era combatiente. Después del bombardeo, los habitantes
del pueblo cargaron restos humanos en carros y los llevaron a la oficina del
gobernador regional que confirmó las muertes. En internet han circulado
ampliamente las fotos de desconsolados afganos enterrando a sus muertos.
Según Reuters:
"Noventa y tres niños y veinticinco mujeres adultas constan en la lista de los
140 afganos que los habitantes del pueblo afirman que murieron en una batalla y
ataques aéreos estadounidenses las semana pasada que ha causado una crisis entre
Estados Unidos y sus aliados afganos.
La lista, que ha obtenido Reuters, lleva el aval de siete altos cargos del
gobierno central y provincial, incluyendo un general afgano con dos estrellas
que dirigía el destacamento especial enviado por el gobierno para investigar el
incidente.
Con el título de "Lista de los mártires del bombardeo del distrito de Bala Boluk
de la provincia de Farah" incluye el nombre, la edad y nombre del padre de cada
una de las supuestas víctimas.
La más joven es el bebé de 8 días Sayed Musa, hijo de Sayed Adam. 53 víctimas
eran niñas menores de 18 y 40 eran chicos. Sólo 22 eran hombres de 18 años o
más". ("List of 140 Afghan Killed In US Attack Includes 93 Children", Reuters)
Ni Obama ni nadie de su administración ha reconocido que las bombas
estadounidenses asesinaron a 93 niños.
Bajo la presidencia de Obama han aumentado las operaciones militares en
Afganistán, especialmente en el sur, zona en la que más se concentran los
talibán. Los combates se han extendido a Pakistán donde, a pesar de la cada vez
mayor desaprobación pública, se ha presionado al presidente Asif Ali Zardari
para que despliegue sus tropas al valle de Swat para luchar contra los
militantes. En las últimas semanas casi 850.000 personas se han visto obligadas
a abandonar sus casas para buscar refugio en el sur. En la mayoría de los casos
los medios de comunicación occidentales no han informado de esta crisis
humanitaria, pero Obama sabe lo que está ocurriendo y continúa con la misma
política. Cientos de miles de personas viven ahora en ciudades de tiendas de
campaña sin comida o agua limpia debido a la escalada de violencia. Es un
desastre.
Obama elige a un general: entran los escuadrones de asesinatos
Esta semana el general David McKiernan fue sustituido por el teniente general
Stanley A. McChrystal como comandante de las fuerzas estadounidenses en
Afganistán. Así es como el Washington Post resumía las cualificaciones de
McChrystal para hacer el trabajo:
"McChrystal mata gente. ¿Había trabajado antes en el entorno contrainsurgente?
Realmente no", afirmó Roger Carstens, un destacado miembro no residente del
Centro para la Nueva Seguridad Estadounidense y ex-oficial de las fuerzas
especiales....
El teniente general Stanley A. McChrystal, el ex-jefe de Operaciones Especiales
que es la persona que Obama acaba de elegir para dirigir la guerra en
Afganistán. Alcanzó prominencia militar debido a su resuelto éxito en una acción
limitada aunque crítica: la caza del hombre. Como comandante del hermético
Comando militar de Operaciones Conjuntas Especiales (JSOC, en sus siglas en
inglés) durante casi cinco años desde 2003, McChrystal planeó y organizó una
campaña para perfeccionar el arte de localizar enemigos y luego capturarlos o
matarlos. Construyó una sofisticada red de soldados y de agentes de inteligencia
que procedieron a decapitar el grupo insurgente sunní de al-Qaeda en Iraq y a
matar a su más tristemente célebre dirigente Abu Musab al-Zarqawi".("High-value-target
hunter takes on Afghan war" Washington Post)
Obama eligió a McChrystal debido de a su historial de "operaciones encubiertas"
lo que sugiere que el conflicto Afganistán está a punto de dar un giro muy
alarmante. Según el periodista de investigación y ganador del premio Pulitzer
Seymour Hersh, McChrystal dirigía el "ala ejecutiva de asesinatos" del Comando
militar de Operaciones Conjuntas Especiales (JSOC). El experto cree que le
resultará muy fácil obtener la confirmación del Congreso ya que muchos senadores
creen que sus teorías sobre contrainsurgencia contribuyeron a que la oleada [de
tropas] a Iraq tuviera éxito. Hay algo de verdad en ello. Pero sería más preciso
decir que la limpieza étnica Bagdad ayudó a reducir la violencia. Ésta es la
verdad acerca de la oleada, es el eufemismo de relaciones públicas utilizado
para nombrar limpieza étnica.
El nombramiento de McChrystal sugiere la idea de que Obama apoya la idea de que
unidades de cazadores-asesinos y los asesinatos selectivos son medios aceptables
de lograr los objetivos de la política exterior estadounidense. Quienes apoyan a
Obama deberían estar muy atentos: esto es una continuación de la política
Rumsfeld con una ligera diferencia, que un embaucador más carismático y
persuasivo promueve la política. Aparte de eso, no hay diferencias.
Obama conoce la implicación de McChrystal en el escándalo del maltrato a
prisioneros en el campo militar de Camp Nama en Bagdad, como conoce el papel que
desempeñó en encubrir la muerte por fuego amigo de la ex-estrella de la liga
nacional de fútbol y ranger del ejército Pat Tillman. Nada de eso le importa a
Obama. Lo que le importa es ganar, no los principios, los ideales, los derechos
humanos o las víctimas civiles. Sólo ganar.
De My Lai a Bala Baluk
El 16 de marzo de 1968 el ejército estadounidense se vio envuelto en un
incidente similar que amargó al público acerca de Vietnam y posiblemente ayudó a
acercar la guerra al final. Barack Obama sólo tenía siete años cuando la
Compañía Charlie (dirigida por el jefe de sección teniente segundo William
Calley) entró en la pequeña ladea de My Lai y procedió a asesinar a 347 civiles
desarmados. Este es el relato que hace Sam Harris de lo que tuvo lugar en aquel
día hace 40 años:
"Temprano por la mañana los soldados aterrizaron en helicóptero en la aldea.
Muchos de ello disparaban mientras se desplegaban y mataban tanto a personas
como animales. No había indicios de ningún batallón del Vietcong y el batallón
Charlie no había recibido un solo disparo en todo el día, pero ellos siguieron
disparando. Quemaron cada casa. Violaron a las mujeres y a las niñas, y luego
las mataron. A algunas mujeres les clavaron cuchillos en la vagina y a otras las
destriparon, o les cortaron las manos o les arrancaron la cabellera. A las
mujeres embarazadas les abrieron el vientre y luego las dejaron morir. Hubo
violaciones y asesinatos en grupo a tiros o con bayonetas. Hubo ejecuciones
masivas. Decenas de personas a la vez, incluyendo ancianos, mujeres y niños
fueron ametrallados en una zanja. En cuatro horas fueron asesinados casi 500
habitantes de la aldea" (del libro de Sam Harris, The End of Faith: Religion,
Terror and the Future of Reason).
La única diferencia entre My Lai y Bala Baluk es el grado de salvajismo. En
ambos casos la culpa se puede rastrear directamente hasta la Casa Blanca.
Obama cree que las víctimas civiles son un aparte inevitable para lograr los
objetivos políticos de uno. El fin justifica los medios. Ha fortalecido la
política Bush, no la ha repudiado. Y después hablan de "cambio".
[1]