Medio Oriente - Asia - Africa
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Guinea y "el niño con moscas en la cara"
Antonio Luria
Rebelión
Hace pocos meses que resido en Guinea Ecuatorial, varios años después de la
última vez que pisé esta ex colonia española. Quizás por este motivo, amigos y
familiares me han reenviado, una y otra vez, un "artículo" de Fernando Gamboa
("Demonios en el paraíso") sobre la situación actual de Guinea Ecuatorial y su
última novela, ambientada allí. El artículo se puede encontrar también
ampliamente distribuido en internet, en sitios tan diversos como la propia
rebelión.org
[i] .
El texto pretende describir la situación actual de Guinea. La descripción que
realiza es, sin duda, aterradora: "la familia Obiang se queda con ABSOLUTAMENTE
TODO lo que pagan gobiernos y petroleras extranjeras por los derechos de
extracción", o "mientras lees esto una anciana agonizando de malaria pide un
médico que nunca llegará; un niño está preguntando dónde están sus padres
desaparecidos; una mujer implora a Dios que la mate, mientras es violada y
torturada salvajemente en una comisaría". Tópicos, típicos, verdades y
exageraciones se entremezclan brindando un cuadro desolador, casi apocalíptico,
de realidad de Guinea Ecuatorial.
Sin querer juzgar la calidad literaria de la novela promocionada (que no he
leído) o del propio artículo, si que se puede realizar una valoración de la
forma y fondo de los contenidos del mismo. Porque nuevamente nos encontramos
ante el reiterado discurso occidental del África atrasada, pasiva, tribal,
contada a través de generalizaciones y dramatizaciones de dudoso gusto; tópicos,
por otra parte, utilizados también de forma constante por los medios de
comunicación españoles
[ii] y/o europeos, y que tan poco ayudan a la comprensión o
divulgación de las distintas problemáticas o conflictos africanos.
La realidad de Guinea es compleja. Una dictadura con una larga trayectoria de
violaciones de los derechos humanos, personalizada en Teodoro Obiang Nguema y su
familia, rige los destinos de la pequeña ex colonia española. Los petrodólares
(se extrae un barril de petróleo/persona/día) financian amplias redes
clientelares patrimoniales (el sistema actúa como una pirámide a la hora de
repartir los beneficios del petróleo: en la cima el presidente y su familia,
luego la tribu, el "clan de Mongomo", allegados y amigos, cargos públicos,
funcionarios, policías y militares,…hasta que al ciudadano de a pié apenas le
llegan las migajas del pastel).
El modelo de desarrollo, neoliberal, prioriza la inversión y gestión privada (en
un contexto de corrupción endémica), de tal forma que mientras se abandonan los
hospitales públicos se construye uno privado (Centro Médico La Paz) con casi 100
sanitarios expatriados y la última tecnología en salud
[iii] , inexistente en el resto del país ("escáner",…), a un
precio de 30.000 CFAs (45 euros) una simple consulta (¿no recuerda esto, por
cierto, a los modelos que se quieren implementar en España, en las Comunidades
gobernadas por el Partido Popular?).
Lo mismo sucede con las escuelas públicas, olvidadas en beneficio de las de la
Primera Dama, o con el modelo de urbanización, siendo Seseña el referente, a
tenor del tan cacareado desembarco del "Pocero" en Guinea.
En Guinea se violan los derechos humanos, se tortura impunemente
[iv] , mientras una minoría se enriquece a costa del resto del
país, con complicidades externas (EEUU, China, España, basadas en diferentes
intereses) e internas (élites, funcionarios rentistas, empresarios beneficiados
por el régimen), mientras el país crece a un ritmo de dos dígitos anuales, se
construyen infraestructuras sobredimensionadas, y se reciben miles de
inmigrantes de los países vecinos que acuden como mano de obra, atraídos por el
dinero abundante.
Guinea es hoy en día un país de contrastes, con algún claro ( Ley 6/2006 sobre
la Prevención y Sanción de la Tortura, crecimiento económico) y muchos
"oscuros", pero en todo caso no es el tópico que nos venden los medios
occidentales de África: los niños con moscas en la cara, o cualquier otra
simplificación.
La toma de conciencia no debe venir de la manipulación, sino de la educación y
sensibilización para el desarrollo, desde el respeto a la dignidad de las
personas y de los pueblos. Ya el código de conducta de las principales ONGs del
Estado Español
[v] reconoce que hay que evitar los mensajes e imágenes
catastrofistas, idílicas, generalizadoras y discriminatorias, o presentar a la
gente del "Sur" como objetos de nuestra pena y no como socios en el trabajo
conjunto de desarrollo. Este rigor, por desgracia, todavía no ha llegado al
periodismo.
Si queremos que guineanos, españoles y demás personas relacionadas con Guinea
Ecuatorial actuemos como verdaderos agentes de cambio social, podremos en primer
lugar huir del tópico, y buscar información. Encontraremos desde la página de la
oposición en el exilio (www.asodegue.org),
hasta análisis fundamentados de la realidad de la cooperación española en Guinea
(España-Guinea Ecuatorial: el timo de la cooperación
[vi] ), o delirantes entrevistas a músicos trasnochados
[vii] , pasando por el último informe de la visita a Guinea del
relator de NNUU para la tortura
[viii] . Y ante esta realidad, compleja, actuar. Porque, entonces
sí, nuestro silencio nos haría cómplices.
Antonio Luria es periodista, psicólogo y escritor.
[i]
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=76993
[ii]
Malas noticias de África. Antoni Castel. Biblioteca de Estudios
Africanos. Ed. Bellasterra, SL, 2007
[iii]
http://www.lapazge.com/pages/span/faq.aspx
[iv]
www.amnesty.org/es/region/equatorial-guinea/report-2008
[v]
www.fcmc.es/documentos/D_Centro_de_Informacion/ONGD/C%F3digo_conducta_ONGD.doc
[vi]
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=56190
[vii]
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=575725&idseccio_PK=1006
[viii]
http://www.asodegue.org/noviembre1908.htm