Medio Oriente - Asia - Africa
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Sahara Occidental
Se acaban las palabras
Damián López López
Rebelión
Llega un momento en el que las palabras se acaban. Apenas hace unas semanas, al
llegar a los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf empezamos a escuchar
por la radio las noticias de la masacre, del cruel genocidio de Gaza.
Día tras día fuimos comprobando la situación en la que malviven los refugiados
saharauis, y como a pesar del abandono consiguen sobrevivir como pueden. El
precio que están pagando para ello no cabe en estas líneas. Conocimos otro muro
de la vergüenza, no el que existe en Palestina, sino el muro de más de dos mil
kilómetros que Marruecos construyó, armó y convirtió en la zona con más minas
antipersonal en proporción del planeta, con los fondos de cooperación de la
Unión Europea. Y que de la misma forma que separa al Sahara Occidental en dos
divide también a su pueblo.
Día tras día, el número de personas asesinadas de la forma más cruel y cobarde
por el ejercito israelí en Gaza fue alcanzando cotas solo asimilables a la sin
razón humana (cruel porque todos los asesinatos son crueles y cobarde por el
silencio de más de cincuenta años del mundo).
Al volver de los campamentos saharauis pudimos ver las imágenes de la masacre
por televisión que hipócritamente hablaba del "conflicto palestino-israelí". La
impotencia roba nuestras palabras igual que la incoherencia de la masacre roba
la vida de inocentes.
Hace unos días se celebró en Barcelona la "feria social, cultural y comercial
marroquí SMAP EXPO 2009" con el apoyo del ajuntament y la Generalitat de
Catalunya, donde se anunciaban negocios inmobiliarios en la "provincias
saharianas", públicamente y sin ningún tipo de disimulo, lo que vulnera la
resolución de Naciones Unidas S/2002/161 del Consejo de Seguridad Distr. General
de 12 de octubre de 2002.
Días después de los bombardeos, se anuncia que hará falta una inversión
millonaria para reconstruir Gaza, nadie se plantea como reconstruir las familias
destruidas y las vidas masacradas.
Hace unos días, después de tres años intentándolo, un grupo de cuatro
europarlamentario consiguió pasar un día en el Aaiún, la Capital del Sahara
Occidental ocupado por Marruecos, a cambio, evidentemente, de que en octubre la
Unión europea prometiese a Marruecos su ansiado Estatuto Avanzado.
Día tras día, esas imágenes, esas injusticias van cayendo en el olvido, van
siendo reemplazadas por otras nuevas injusticias, que en la mayoría de los casos
revierten sobre los mismos de siempre. Día a día nuestras palabras se acaban,
que podemos decir ante esto que no este dicho ya.