Medio Oriente - Asia - Africa
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El castigo a Gaza es el salvoconducto para que firme Israel y Abbas cualquier cosa
Santiago González
Comité de Solidaridad con la Causa Arabe
Todos tenemos la referencia de la reciente invasión a El Líbano por parte
israelí en el año 2006 y también la invasión de Iraq por parte estadounidense e
inglesa. Sobre ellas y los datos que tenemos podemos construir una tesis de lo
que va a pasar en las próximas fechas.
Partimos de cómo y qué contenidos se dieron en las Resoluciones de las Naciones
Unidas para parar el fuego entre el Ejército ocupante israelí en Líbano y su
resistencia, la versión pública israelí con el Informe Winograf que señala
deficiencias en los preparativos, guerra de información y propaganda y costes
pequeños con respecto a los que se infringió al pueblo libanés, pero
considerados excesivos por la población israelí.
Lo primero que hay que resaltar son los preparativos ideológicos de la actuación
más intensamente bélica que ahora padecemos contra el pueblo palestino de Gaza.
Ha habido una preparación extensa y específica de Exteriores israelí con ciertos
regímenes árabes y las cancillerías occidentales.
Obviando la ocupación y la profundización de ésta, el bloqueo y asedio de Gaza,
las múltiples actuaciones israelíes con asesinatos de por medio, el comienzo de
los ataques más intensos bélicos israelíes han ofrecido una orquestada cacofonía
de muchos dirigentes políticos culpabilizando a Hamás y criminalizando cualquier
resistencia del pueblo palestino, empezando por el Presidente de la Autoridad
Palestina y Jefe de la OLP, Mamhud Abbas, y siguiendo por el experto
Ministro de Exteriores español, Moratinos.... o el Ministro de Exteriores checo,
actual portavoz europeo, como representante rotatorio de la Presidencia Europea.
Después de los primeros bombardeos y declaraciones, que marcan el (cambio de)
discurso (del tradicional y cobarde equidistancia al) favorable a la agresión
israelí, se repara en la ‘desproporcionalidad’ del mismo, y la sangre,..., a la
que hay que frenar con ‘ayuda humanitaria’. Pero claro, esa ayuda humanitaria ha
sido bloqueada durante años por la potencia ocupante como los informes de la
UNRWA, Cruz Roja, OIT, etc. etc. han venido repitiendo informe tras informe y
que, por lo que se dice ahora, o no los han leído o –como sabemos- el cinismo
les hace sobreactuar y en el caso español, (¿quizá como premio a la
culpabilización del Ministro Moratinos a Hamás, tras conversaciones con la
Ministra de Exteriores israelí?) se congratula del paso de dos camiones de
ayuda, sin denunciar los meses, años, que los israelíes no han dejado entrar
nada, sin que llamadas telefónicas algunas consiguieran levantar el bloqueo a
Gaza.
Entonces, tenemos el mismo panorama que en la fase álgida de la destrucción de
El Líbano por parte del ocupante israelí: el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas bloqueado, y dejando hacer, dada la colusión estadounidense (¿y
europea?) con Israel; la Autoridad Palestina y la OLP sin coherencia, ni
estrategia aparente y la resistencia haciendo lo posible para aguantar lo que se
les viene encima; los países árabes expectantes y los pueblos protestando ante
la tibieza y complicidad de sus autoridades; Hezbollah con una tarea ingente, no
resuelta, de reconstrucción material y en un gobierno de unidad nacional, no es
un agente que pueda intervenir, además sería utilizado para resaltar la
propaganda de que Israel es atacado por todos los árabes; los árabes israelíes
bloqueados en los bantustanes y controles interiores y los palestinos de
Cisjordania sufriendo una violencia ‘en escala menor’ son los únicos que, a
costa de más sufrimiento y muertes, podrían aliviar mínimamente la presión sobre
los gazauíes.
¿Cómo podría acabar lo que estamos viviendo, tras la destrucción de Gaza y
1.000, 4.000 ó 30.000 muertos más?
Nos tememos que la tragedia acaba de empezar y que todavía nos faltan muchos más
muertos y espectaculares fotos e imágenes de las vidas sesgadas, tras la
indiferencia continua que Israel y sus cómplices hacen de la Convención de
Ginebra, para que se planteen los objetivos estratégicos de este episodio más,
de la ocupación sionista.
Frente a los planteamientos coyunturales de que la destrucción bélica de Gaza
(la humana se estaba haciendo con el asedio de tierra, mar y aire), sólo tiene
el horizonte de las elecciones israelíes y mejorar (¿) las aspiraciones de los
candidatos que ahora están en el Gobierno israelí frente a sus opositores o el
pueril pretexto israelí de parar los cohetes de grupos palestinos, pensamos que
tiene unos objetivos estratégicos más profundos.
Una vez que haya en la mesa un número de muertos y destrucción relevante, los
actores moverán las fichas, pensando que una resistencia palestina exhausta no
podrá rechistar sus designios.
El Estado de Israel dejará la destrucción y muertes de alta intensidad cuando la
comunidad internacional diga que hay que parar y haya conseguido tal conmoción
en la comunidad palestina que la Resolución de las Naciones Unidas diga que haya
un fin de la violencia y se reanuden unas negociaciones de paz final (donde se
olviden de los refugiados). Los israelíes lo aceptarán y la Presidencia de la
OLP (que es la que jurídicamente tiene competencia) de Mamhud Abbas, que no ha
sido suficientemente contestada por los propios palestinos, ante el desastre
humano de Gaza, justificará su firma que propiciaría un Estado palestino de los
batustanes.
Esa es la tragedia política que se anuncia tras la catástrofe humana de Gaza.
Para cambiar estratégicamente este posible escenario es necesario que los
palestinos tienen que dejar claro que esta OLP secuestra la democracia palestina.
Los internacionalistas, por su parte, debemos lograr desenmascarar la doble
política discursiva de unos gobernantes que, en la práctica, complementan los
planes de ocupación y coloniaje y forzar no solo el fin de la campaña militar
israelí y socorrer a las víctimas, sino acompañar nuestros mensajes con el fin
del bloqueo y la ocupación, poner fin a las políticas de apartheid israelí y
favorecer una paz sobre cimientos de justicia.
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