Latinoamérica
|
Criterios sobre los comentarios de Guillermo Almeyra
La opción de la solidaridad responsable
Felipe de J. Pérez Cruz
Las aseveraciones realizadas por el profesor Guillermo Almeyra, editorialista y
comentarista internacional de "La Jornada, con el categórico título de
" Las opciones de Cuba" (http://www.lafogata.org/09latino/latino8/la.28.3.htm)
reflejan una visión del país, agudeza de problemáticas incluidas, que no
comparto. Lo interesante en este caso no está en la discrepancia política o
ideológica que podamos tener con el autor. Se trata de que ese país al borde de
la implosión que refiere, definitivamente no es la Cuba donde vivo y trabajo
todos los días.
¿Déficits de democracia y participación?
El pasado año, para las últimas elecciones nacionales, concurrieron 8 231 365
electores - un 96.89 del total de los ciudadanos y ciudadanas mayores de 16
años-, que ejercieron el voto voluntario, libre, directo y secreto que postula
la Constitución de la República.. En las 13 elecciones realizadas hasta la fecha
el menor número de votantes se registró en 1976 con el 95,2 por ciento. Los
diputados, miembros de las asambleas provinciales y municipales y los delegados
de base, son electos de una lista de más de 30-40 mil candidatos, votada por los
vecinos y las asociaciones revolucionarias en más de 14 500 asambleas de
postulación.
En cada mandato electoral los ciudadanos son consultados y se les rinde
periódicamente cuenta de la gestión que realizan sus representantes. Un diputado
o un delegado cubano puede ser revocado por los mismos que lo eligieron en
cualquier momento, si estos consideran que su labor en la solución y defensa de
sus demandas no es eficiente, pierde ejemplaridad, o por cualquier otra causa de
justicia.
La Constitución fue sometida a un proceso de discusión en el que participaron 6
216 000 de cubanos y cubanas. El 95.2 por ciento con derecho al voto aprobaron
la ley de leyes en 1976. En junio del 2002, esta Carta Magna fue ratificada por
8 198 237 ciudadanos, que acordaron reformarla para subrayar en el texto la
irrevocabilidad del socialismo.
En 80 mil centros laborales, se realizan asambleas de afiliados sindicales para
discutir el cumplimiento de los planes económicos y aprobar los planes y
presupuestos correspondientes al próximo año. La Asociación Nacional de
Innovadores y Racionalizadores (ANIR), agrupa a los trabajadores mayores de 35
años, que buscan constantemente soluciones técnicas a problemas de la economía
cubana. La ANIR cuenta con unos 567 mil asociados, agrupados en más de 26 mil
organizaciones de base. Más de 222 mil personas en calidad de autores, coautores
y colaboradores intervinieron en las acciones del Movimiento Nacional de Ciencia
y Técnica durante el 2008.
En las universidades y escuelas del país más dos millones de estudiantes
afiliados a las organizaciones estudiantiles y juveniles –hasta los niños y
niñas de primaria- , tienen voz y poder real para intervenir en la calidad y
otros asuntos vitales del proceso pedagógico y la vida escolar.
Cinco millones de cubanas y cubanos fuimos convocados en las asambleas de
finales del 2007, donde se realizaron más de tres millones de intervenciones,
con 1 301 203 planteamientos concretos, de los cuales el 48,8 por ciento fueron
críticos.
¿Qué se discutió en el Sexto Congreso de los historiadores en julio del 2007, o
en el VII Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en
abril del pasado año: ¿Solo temas gremiales? En el proceso de debates realizados
en las asambleas territoriales de estas asociaciones, y sus congresos
nacionales, se involucraron 12 mil intelectuales, y no hay casualidad: Los
problemas y sectores más criticados en los sindicatos y asambleas populares, las
propuestas más coincidentes, lo fueron también en los congresos de artistas,
escritores e historiadores.
No hay casualidad en las medidas que tras estos eventos de masa se fueron
sucediendo. Entre otras:
1. Cesión de tierras a los agricultores particulares y las cooperativas, para el
impulso de la producción de alimentos, café y tabaco.
2. Descentralización de la toma de decisiones en la agricultura y venta de los
insumos agrícolas en moneda convertible.
3. Cancelación de las deudas en pagos con los campesinos, y aumento de los
precios mayoristas que el Estado paga por la leche, carne y papas.
4. Simplificación del sistema de acopio estatal y venta de leche en las zonas y
poblaciones rurales y suburbanas.
5. Eliminación de la plaga de intermediarios y comerciantes, que especulaban con
el suministro y la venta privada de alimentos del agro en la capital y
principales centros urbanos.
6. Entrega de tierras ociosas en usufructo a quienes quieran ponerlas a producir
alimentos.
7. Diseño del Programa de agricultura suburbana.
8. Reactivación -y reevaluación crítica- del proceso de perfeccionamiento del
sistema empresarial estatal.
9. Reglamentación y estímulo al pluriempleo para los trabajadores estatales y
estudiantes.
10. Estímulo a reincorporarse al trabajo a los jubilados, con salario completo,
sin afectar el monto de las pensiones que ya reciben.
11. Aumento de las pensiones y salarios para sectores seleccionados de forma
progresiva.
12. Reapertura de la inscripción para choferes y otras categorías de
cuentapropistas.
13. Reconocimiento de los pagos a los empleados nacionales en entidades
extranjeras, junto a la expansión de las contribuciones tributarias.
14. Reducción de las demandas burocráticas en las instancias de trámite de la
población y creación de oficinas integrales que facilitan las gestiones de los
ciudadanos.
15. Sustitución del Ministro de Educación e inicio de un proceso de reevaluación
crítica y fortalecimiento del sector.
16. Programa de fortalecimiento de la enseñanza de la Historia y la Filosofía
Marxista y Leninista en todos los niveles y tipos de educación. Reapertura de la
carrera profesoral de historia.
17. Fortalecimiento de la exigencia académica y pruebas de ingreso en el sistema
de la universalización, exámenes de Redacción, Gramática, Ortografía e Historia
en toda la educación superior.
18. Creación de un Programa interministerial de integración y atención
profesional y laboral, con vistas a fortalecer la formación y capacitación en
carreras de perfil tecnológico.
19. Revisión y adecuación de la oferta de estudios medios y superiores a las
necesidades del desarrollo local y nacional.
20. Reordenamiento del sistema de la salud pública, puesta a disposición de la
población de 35 servicios a nivel de los policlínicos de barrio. Reparación y
remozamiento tecnológico de los hospitales y de las muy deterioradas clínicas
estomatológicas.
21. Supresión de la prohibición de hospedarse de los cubanos residentes en la
isla a los hoteles turísticos y desarrollo de paquetes y ofertas para fomentar
el turismo nacional.
22. Apertura del servicio de telefonía celular para todos los ciudadanos
cubanos.
23. Apertura de la venta de ordenadores y electrodomésticos.
24. Apertura de los servicios de correo electrónico en las oficinas de correos.
25. Agilización de trámites para que los trabajadores estatales puedan adquirir
viviendas y locales que pertenecen a entidades del gobierno.
Hay problemáticas planteadas -los bajos salarios, la doble moneda, el sistema de
propiedad y el perspectivo crecimiento del sector cooperativo, el envejecimiento
de la población-, cuyas respuestas son parte de decisiones y procesos en curso.
Para la solución de otros requerimientos -la muy grave situación de la
vivienda-, se acciona por diversas vías, pero la carencia de recursos demorará
satisfacer toda la demanda.
Tenemos muchísimas más expectativas y criterios. El Estado, la economía, el
sistema político y la sociedad socialistas pueden y debe funcionar mejor.
Estamos además, en la justa y estratégica disyuntiva –esa será tarea histórica
del proceso de masas del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba-, de
transformar todo lo que ya no responda al propio crecimiento del ser social
pluricualitativo que ha creado la Revolución.
Nuestras insuficiencias han sido ventiladas públicamente entre los que en
definitiva vamos a resolverlas. Los cambios en evaluación, y las medidas en
curso, son temas de constante seguimiento por parte del Parlamento y el
Gobierno, los sindicaros y organizaciones revolucionarias, los organismos de
dirección y organizaciones de base del Partido, por los cubanos y cubanas en
todos sus espacios de realización ciudadana.
¿Juventud sin utopía?
Si, tenemos grupos de jóvenes que se han alejado del proyecto revolucionario,
que delinquen, se prostituyen, especulan, y sueñan con la sociedad de consumo.
Pero la generalización pesimista y derrotista está muy lejos de reflejar la más
exacta correlación ideológico cultural de la juventud cubana, su temperamento
rebelde y posición definidamente revolucionaria.
¿A qué jóvenes urbanos les falta objetivos y una utopía que le marque el camino?
¿A las "tribus" que en la Ciudad de la Habana han ocupado la Calle G? ¿Ha
hablado el profesor con estos muchachos y muchachas, conoce como piensan? Lo
invito a que los escuche. Le puedo adelantar que no todo es desánimo,
extravagancia y autoenajenación.
Cuba cuenta con más de un millón de jóvenes trabajadores, -que representan el
44,4 por ciento de la población joven- incorporados a las tareas de la
producción y los servicios. La inmensa mayoría en los sectores emergentes del
turismo, la informatización de la economía y la sociedad, en los complejos de
ciencia-producción de la biotecnología y la farmacéutica, la salud pública y la
educación. También hay un buen destacamento en la industria básica y la
sideromecánica: ¿Son estos los jóvenes que Almeyra refiere?
¿Sabe el profesor que las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) -filial juvenil" de
al ANIR-, lideradas por la Unión de Jóvenes Comunistas, agrupan a más de 177 000
brigadistas de todo el país? En la Exposición Forjadores del Futuro y las
Conferencias de las BTJ, estos obreros y tecnólogos jóvenes, presentan un
conjunto no menor de dos millones de ponencias, con racionalizaciones,
propuestas e innovaciones que recorren todo el espectro de la producción y los
servicios del país
Es maravillosa la labor de los Trabajadores Sociales, programa de la Revolución
integrado por jóvenes que han reconfigurado y revolucionado la atención y
profilaxis social, precisamente en las zonas urbanas más marginalizadas tras la
crisis del período especial. Y este es solo uno de los diversos Programas de la
Revolución que han permitido la preparación y ubicación laboral de miles de
adolescentes y jóvenes –que no trabajaban ni estudiaban-, formados en cursos
emergentes de Maestros Primarios, Profesores Generales Integrales, Enfermeros y
Tecnólogos de la salud?
¿Y los estudiantes? ¿Son los estudiantes los que están perdidos de ilusiones y
utopías? El caso del estudiante universitario cubano Eliécer Ávila fue muy
ilustrativo. Millones de internautas pudieron ver a Ricardo Alarcón –el
Presidente de la Asamblea Nacional– discutir con él joven, con toda la apertura
e igualdad que caracteriza a los dirigentes de mi Revolución, contrariamente a
lo que pretendieron los medios reaccionarios de todo el mundo, el joven no era
"un disidente", ni sufrió la menor represalia. Por demás, el discurso crítico de
Eliécer ratificó la matriz revolucionaria de nuestra juventud, su valentía
política, y conciencia de responsabilidad histórica.
Por los blog que paga la CIA, anda últimamente muy promocionado un roquero
drogadicto y pornocontrarevolucionario, pero: ¿acaso el tipejo -que ya no es
joven- puede ser vendido como la imagen del rock nacional? Basta asistir a los
festivales, a las decenas de conciertos del rock cubano, escuchar sus letras,
sentir el nervio de su música, para tener una idea de la fuerza renovadora de
ese pujante movimiento.
Invito a disfrutar y pensar sobre presente y futuro, con la literatura que hacen
nuestros más noveles escritores, con el cine y plástica, la Joven Guardia del
insigne Ballet Nacional, y el quehacer de la nueva hornada de bailarines,
músicos y actores…. ¿Acaso ha muerto el espíritu de la "Nueva Trova, hoy
novísima? ¿Se ha preguntado el profesor por qué uno de los más populares
cantantes de reggaetón tiene tatuada –retadoramente visible- una imagen de
Fidel?
¿Conoce el profesor Almeyra, la labor de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), que
agrupa de manera selectiva y a partir de un estricto criterio de voluntariedad,
a 2 500 de estos escritores, artistas, intelectuales y promotores, jóvenes
menores de 35 años, dispuestos a hacer arte con y para la Revolución?
Cada vez que en una misión cubana hay una deserción se llenan las páginas de la
prensa amarilla, y resulta que la mayoría que cumple su compromiso y si regresa
no es "noticia". ¿Por qué no desertan en masa nuestros jóvenes talentos del
deporte y el arte? ¿Por qué la inmensa mayoría se resiste a las operaciones de
compra y deserción que montan los mercaderes del músculo y el espectáculo,
incluidas las que organizan las propias agencias de la subversión
contrarrevolucionaria?
¿Por qué no desertan los miles de jóvenes que están en las brigadas médicas, los
trabajadores, maestros e instructores internacionalistas? ¿Qué pasó con aquella
operación CIA canallescamente bautizada como "Barrio afuera", que perseguía con
el concurso de la mafia cubano americana, montar la "huída" en masa a Miami, de
nuestros profesionales que prestaban su servicio en Venezuela?
Cuba no tiene ejército profesional. Los soldaos y clases que componen las
fuerzas armadas en activo, son los jóvenes del servicio militar general: ¿Hay
mayor prueba de responsabilidad y confianza que darle a los muchachos -y
muchachas voluntarias- que recién terminan su bachillerato, un arma para
defender la Patria? Lástima que el profesor no pueda ver a alguno de esos "pepillos"
de la calle G, a los artistas y estudiantes como Eliécer, a ese millón de
obreros y trabajadores jóvenes, convertidos en soldados y reservistas. Rápidos,
atentos y serios, para poner en minutos, en plena disposición combativa un
tanque, para servir una batería, o tener la alta responsabilidad de patrullar la
frontera.
¿El Partido que no tiene vida propia?
El avanzado ideario de José Martí (1853-1895), su colosal programa
nacional liberador, fue la gran ventaja ideológica y política, que singularizó
el pensar y hacer de los revolucionarios cubanos en el Siglo XX. El nacimiento
de primer partido comunista en 1925 resultaría un factor principal. La temprana
articulación del marxismo con el pensamiento martiano y la cultura nacional, que
tuvo en el joven comunista Julio Antonio Mella, su más brillante paladín, fijó
el derrotero fundamental. La Revolución de 1930 y el hecho de que las ideas
antimperialistas, de justicia social y dignificación humana, penetraron desde
entonces en la conciencia social de la nación, aún en aquellas fuerzas y sujetos
honestos influidos por el liberalismo y el anticomunismo, completan el conjunto
de especificidades históricas, que en Cuba adelantaron la conformación de un
sustrato de coincidencias ideológicas.
La Guerra de Liberación y el Ejército Rebelde como su instrumento unitario, se
constituirían en decisivos catalizadores históricos. La lucha mancomunada para
derrotar a la dictadura de Fulgencio Batista y a sus amos imperialistas,
multiplicó, profundizó y fundió en el torrente del movimiento revolucionario,
las ideas de consenso martiano y socialista, más allá de sectarismos,
dogmatismos y desencuentros, por entonces enquistados en las organizaciones
revolucionarias.
El actual Partido Comunista de Cuba sería un resultado de esa historia
revolucionaria, de los liderazgos y experiencias que se construyeron en la
guerra de liberación, y de la fuerza telúrica de masas que desató el triunfo del
1 de enero de 1959. El Partido nació de un entretejido brillante de hombres,
eticidad y principios revolucionarios, articulados y forjados en educación
patriótica y voluntad unitaria por el genio político de Fidel Castro. Así se
pudo lograr algo inédito hasta entonces en la historia del movimiento
revolucionario internacional: Que del multipartidismo revolucionario, de unos y
otros marxistas, leninistas, trotskistas, socialistas, nacionalistas y
demócratas, de todos ellos y muchos más a los que precisamente identificaba el
ideario martiano, surgiera el único Partido de la Revolución. Tal parto
histórico no fue por decreto, sino por sabia y compleja construcción política e
ideológica de masas.
El Partido posee un reducido aparato de cuadros profesionales para asumir las
tareas funcionales, y el peso de toda su labor de dirección descansa en la
propia militancia de fila. Los dirigentes partidistas son electos
democráticamente por voto secreto, en los buros, comités y direcciones de base,
constituidas en territorios, zonas residenciales, fábricas y centros de los
servicios, la educación, ciencia y cultura, y también en las Fuerzas Armadas y
los órganos del Ministerio del Interior. Quedan entonces constituidas estas
direcciones por activistas políticos, que asumen las tareas partidistas sin
afectar sus responsabilidades laborales y/o sociales.
La propaganda contrarrevolucionaria ha intentado vanamente focalizar a la alta
dirección del Partido y el Estado, como grupo privilegiado, una y otra vez
fracasan. La dirección revolucionaria cubana se caracteriza por su austeridad y
modestia. Los raros casos de corrupción que se han dado en cincuenta años de
Revolución, se han ventilado con suma transparencia y han recibido una ejemplar
sanción.
El Partido cubano nunca ha hecho propaganda sobre sí mismo. Ni siquiera es un
partido electoral. Vive modestamente en y para el trabajo dentro de la
Revolución. No pide –ni necesita- aplausos. Reclama la primera fila si de
trabajo y lucha se trata. Su militancia está en el lugar de más complejidad, en
el centro de los problemas, porque solo desde dentro del movimiento real, las
dificultades pueden resolverse y lo nuevo y progresivo crece. El Partido ha
ganado ser la vanguardia combativa de la Revolución, porque es una organización
querida y respetada por su pueblo, porque es en definitiva pueblo organizado
–medio millón de militantes del Partido y la Juventud Comunista- en ejemplaridad
y entrega.
Los dirigentes del Partido, y sus militantes no gozan de ninguna prebenda. La
entrada en el Partido cubano es de carácter voluntario. El partido selecciona a
sus militantes entre aquellos que las asambleas de masas eligen como
trabajadores y trabajadoras, ciudadanos y ciudadanas ejemplares. Nadie que no
haya sido evaluado y considerado con méritos para estar en el Partido por las
personas con las que trabaja, por sus compañeros y vecinos, puede llegar a ser
admitido en el Partido. Periódicamente esos colectivos que eligieron a los
candidatos a militantes, participan de la vida de las organizaciones de base del
Partido, son consultados sobre la ejemplaridad de la militancia, a ellos se les
rinde cuenta incluso de la evaluación que se realiza a cada miembro del Partido:
¿Se sabe de algún otro Partido Comunista que haya desarrollado este estilo y
método trabajo de masas?
Los dirigentes de todos los niveles y los militantes, cumplen los mismos deberes
que todos los ciudadanos, viven en cualquier comunidad, barrio o ciudad, ocupan
las mismas funciones y todas las ocupaciones y trabajos, tienen los mismos
problemas, los afectan como a todos los cubanos y cubanas, los salarios que no
alcanzan, las insuficiencias de viviendas, la contracción del transporte… Y
precisamente es en esas circunstancias donde el Partido crece en el pueblo,
donde su militancia trabaja con ejemplaridad por defender y multiplicar los
logros concretos de la Revolución, construir la felicidad de todos y cada uno de
los ciudadanos –incluso de aquellos que se sabe que no son revolucionarios-,
explica los problemas, persuade y también se deja persuadir, exige y lidera la
lucha contra lo mal hecho.
Por supuesto que el Partido cubano no es –ni puede ser- un conglomerado de
certezas y relaciones idílicas. Mi Partido no está exento de lastres
burocráticos, insuficiencias y retos. Como organismo de la Revolución está
constituido por hombres y mujeres en conflicto de creación. El Partido es lo que
hemos llegado a ser, y también claridad y trabajo honrado por lo que aún nos
falta. Es conciencia de hoy y conciencia anticipada del comunismo.
El "puñado" de dirigentes
En el Partido y la Revolución Cubana, coinciden y trabajan en plano de igualdad,
todas las generaciones de revolucionarios, desde los que peinan canas, hasta los
más jóvenes. Pero sin dudas posee una fuerte impronta el liderazgo histórico, lo
tiene Fidel Castro –lo ha ganado Raúl Castro con el valor y los resultados
demostrados desde el propio 26 de julio de 1953-. Fidel, Raúl y los dirigentes
históricos poseen una autoridad moral y política, que ha funcionado como factor
de unidad, como articulación eficiente de la personalidad histórica de nuestro
pueblo en Revolución.
La misma autoridad que hoy tienen los dirigentes históricos de la Revolución, la
tuvo José Martí cuando en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC),
primer partido antimperialista en la historia del movimiento revolucionario
internacional. El marxista Carlos Baliño que estuvo junto a Martí en la
fundación del PRC, entonces no se preocupó ni ocupó por lo que hoy a los ojos de
algunos de nuestros actuales críticos, pudiera haber sido el "exceso de
personalismo" de Martí en la dirección de la Revolución. Baliño sería el
fundador del primer partido comunista de Cuba, el maestro que reveló a Julio
Antonio Mella el concepto de Revolución en Martí, y el "misterio" de la unidad
entre lucha de clases, justicia social, patriotismo, internacionalismo y
antimperialismo.
Inspirado en el ejemplo de Martí y en las más genuinas tradiciones cubanas y
latinoamericanas, con certero método leninista, Fidel ha sabido desarrollar
dentro y fuera del Partido cubano, un tipo distintivo democratismo
revolucionario, de relación y comunión líder-masa, que ha sido funcional a su
liderazgo, suficiente para la tarea histórica de fundar el Estado socialista,
desarrollar la Revolución Cubana dentro y fuera de las fronteras nacionales,
resistir y salvarla. ¿Por qué esta correlación masas populares-liderazgo-Partido
tiene que ser una debilidad y no una fortaleza? ¿A cuenta de que manual de
socialismo debemos auto flagelarnos, y cambiar lo que hemos construido
conscientemente junto a Fidel, que además, nos ha dado inobjetables resultados?
¿Y cómo haremos el día – inevitablemente próximo- en qué Fidel y la generación
histórica ya no pueda estar al frente de la Revolución? A quienes aún nos queda
un trecho de pelea más largo –a eso aspiro-, a nuestros hijos y sus hijos, nos
corresponderá defender esa voluntad de adelantar y continuar, de desarrollar
dialécticamente el socialismo cubano, la democracia laboral, política y social,
cada vez más participativa y propositiva, el más eficiente y vigoroso poder
popular, y su Partido de unidad, inteligencia y liderazgo colectivo.
En Cuba no se duerme para mañana. Aunque el profesor Almeyra no lo vea, la
Revolución hoy transita hacia una nueva manera de ser y hacer. El énfasis de
Raúl en el fortalecimiento de la labor del Partido y la institucionalización del
país, en que cada militante, cuadro y trabajador, tenga bien clara su tarea
específica, sepa y haga lo que le corresponde, expresa la conciencia de la
necesidad del cambio y su tendencia más progresiva. Y qué mejor "opción" que
sean Fidel y los comandantes y combatientes de la Sierra y el Llano, los que
acompañen, compartan la dirección, eduquen, formen el relevo y adelanten trecho,
en el necesario tránsito de generaciones, modos y estilos de hacer?
Las Opciones de Raúl