Latinoamérica
|
![]() |
Se descubre que los indios llegaron en las tres carabelas
Con la wiphala, su "símbolo extranjero"
Antonio Quiroga
La Epoca
Las declaraciones del nuevo presidente del Comité Pro Santa Cruz, Luis Núñez,
provocan sorpresa en cualquier ávido aficionado a la antropología. Aprovechando
cualquier ocasión para demostrar que los pueblos originarios que habitan el
territorio boliviano son en realidad "extranjeros" protagonistas de un
"colonialismo interno", él nos muestra las particulares lecturas que se pueden
hacer de la Historia, vista de cabeza.
Luego de que el Gobierno del presidente Evo Morales decretará el reconocimiento
de la wiphala como símbolo de la plurinacionalidad de Bolivia el pasado
miércoles, varias voces se alzaron en reclamo de ese atentado contra el legado
colonial que convierte a los habitantes de piel cobriza de este país en
extranjeros de su propia tierra y de cuanta tierra exista.
La wiphala es, para Núñez, "un símbolo extranjero de grupos con los cuales no
estamos de acuerdo ni compartimos su forma de vivir". Aseveración hecha para
aclarar el rechazo que tendrá el Decreto gubernamental en las tierras del
oriente boliviano, donde la oposición política a Evo Morales se encuentra
profundamente arraigada.
La wiphala es, en realidad, la bandera del Collasuyo y los aymaras, pueblo que
habitó casi la totalidad de la parte andina de Latinoamérica antes de que la
invasión europea tuviera lugar allá por 1492. Actualmente la wiphala es el
emblema (su verdadera traducción al castellano) para todos los movimientos
indígenas del mundo que ratifican así su dignidad ante la exclusión racial que
persiste en estos tiempos.
Sin embargo, las revelaciones difundidas por el presidente cívico tienen su
carga de verdad. Los indígenas fueron extranjeros, en efecto, aún luego de la
independencia del yugo español. Los indígenas siguieron siendo explotados luego
de la fundación de la Republica boliviana con el obligatorio "tributo indigenal"
que debían pagar al nuevo Estado que los excluía, sin más, obligándolos a vivir
de en comunidades donde su presencia era nula.
Y la ausencia del Estado obligó a estos pueblos a recordar sus viejas formas de
administrar la justicia, los recursos y la vida, formas que afortunadamente aún
existen y enseñan bastante. Es recién con la llegada del presidente Evo Morales
cuando todos estos pueblos no blancos son reconocidos como naciones, para así
poder incluirlos en el Estado boliviano. No etnias ni culturas, sino naciones,
con su propia lengua, costumbres y cosmovisión, como parte de Bolivia.
Algunos sienten derrota, otros dignidad
Para el columnista del periódico Los Tiempos, Cayo Salinas, el reconocimiento de
la wiphala como símbolo del Estado plurinacional no es el reconocimiento de la
dignidad peleada sino la imposición de la bandera de un vencedor. Así lo deja
ver en su publicación titulada "La wiphala y los deseos vicepresidenciales".
Para Salinas, cuyo artículo puede ser leído en la sección de columnistas del
9/08/2009, el reconocimiento del nuevo emblema puede interpretarse de la
siguiente manera. " Cuando se gana una batalla, lo primero que hace el
vencedor es incrustar la bandera que lo identifica como señal de victoria.", se
lee en