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Latinoam�rica

Tegucigolpes

Luis Britto

Todo golpe resulta de una acumulaci�n de impactos que no se conjuraron a tiempo:
Golpe econ�mico
Honduras exporta anualmente bienes por valor de 6.236 millones de d�lares; 67,2% van a Estados Unidos; 4,9% a El Salvador, 3,9% a Guatemala. Honduras importa bienes por unos 10.200 millones de d�lares, el 52,4% de Estados Unidos, 7,1% de Guatemala, 5,2% de El Salvador. Las remesas de los emigrados aportan casi 30% del ingreso de divisas; el desempleo es de 27%. La mayor�a de las tierras y las industrias y maquilas pertenecen a pocas familias y menos transnacionales. Esta econom�a arrastra una balanza comercial negativa de casi cuatro millardos de d�lares al a�o y carga con una deuda p�blica del 21% de su Producto Interno Bruto. Los beneficiarios de tales estructuras se oponen a cualquier cambio mediante la fuerza y el enga�o. La dependencia econ�mica acarrea la pol�tica.

Golpe medi�tico
En Honduras la casi totalidad de los medios son privados; en su mayor�a apoyan el golpe, ocultan al pueblo lo que sucede, esconden las gigantescas movilizaciones populares favorables a Zelaya, magnifican el �nfimo apoyo a los usurpadores, llaman al reconocimiento y obediencia hacia los golpistas, divulgan mentiras y ocultan verdades concertados con las transnacionales de la informaci�n. La dictadura medi�tica conduce a la pol�tica.

Golpe estrat�gico
El plan Puebla-Panam� proyecta convertir Centroam�rica en un corredor estrat�gico entre Estados Unidos, su aliado comercial M�xico y Colombia, cabeza de puente de la intervenci�n estadounidense en Am�rica del Sur. Sus presas son las reservas de hidrocarburos venezolanas y las aguas y la biodiversidad de la Amazonia. Las victorias electorales progresistas en Nicaragua, El Salvador y Honduras cortan esta autopista interventora. La hegemon�a de Estados Unidos en Am�rica depende de la subyugaci�n de Am�rica Central; nuestra supervivencia, de la independencia de �sta. La geopol�tica determina la pol�tica.

Golpe de Base
A 97 kil�metros de Tegucigalpa opera la base militar estadounidense de Soto Cano o Palmarola, con un millar de efectivos y los equipos m�s avanzados de espionaje e intervenci�n. Su comandante, el coronel Richard A. Juergen, se desempe�� como Director de Operaciones Especiales durante el secuestro de Jean Bertrand Aristide en Hait�, obvio antecedente del rapto de Zelaya, quien adelantaba pasos para exigir la retirada de los estadounidenses de Soto Cano y convertirla en aeropuerto internacional. Tolerar la ocupaci�n por enclaves militares o paramilitares es consentir un golpe suspendido que se materializa a la menor desobediencia. Aceptar la ocupaci�n militar es permitir la dictadura militarista.

Golpe interventor
Mientras era embajador en Honduras, John Negroponte coordin� con los fondos del narcotr�fico del "Irangate" la agresi�n paramilitar de los "contras" desde ese pa�s, Costa Rica y El Salvador hacia Nicaragua. Tambi�n instal� agencias estadounidenses como la NED, la USAID y el Instituto Republicano Internacional (IRI), �rgano interventor del Partido Republicano que prepar� el golpe de abril de 2002 en Venezuela y la deposici�n de Jean Bertrand Aristide en Hait�. Estas agencias operan por la libre, e intensificaron el financiamiento y la organizaci�n de los opositores en los meses previos al secuestro de Zelaya. Negroponte consolid� asimismo los v�nculos entre el ej�rcito hondure�o y la academia de represi�n antisubversiva llamada Escuela de las Am�ricas. En ella se graduaron el comandante de las Fuerzas Armadas general Romeo V�sques y el comandante de la Aviaci�n, general Luis Javier Prince Suazo. El actual embajador de Estados Unidos, Hugo Llorens, public� el 4 de junio en el diario derechista La Prensa un art�culo que convocaba a oponerse a cualquier reforma constitucional, afirmando que: "Uno no puede violar la Constituci�n para crear una Constituci�n, porque si uno no tiene Constituci�n vive la ley de la jungla". Tras impartir tales instrucciones, se reuni� al menos tres veces con los sectores civiles y militares que preparaban la usurpaci�n. Seg�n informa Jos� Vicente Rangel, la madrugada del domingo 28 de junio los funcionarios del Departamento de Estado James Steimberg y Tom Shannon, contactaron para avisar del golpe a la base militar de Palmarola y al embajador Llorens, quien no advirti� a Zelaya, y contin�a en Honduras como testimonio de que su pa�s mantiene la ayuda econ�mica y militar y las relaciones con los golpistas. Consentir la injerencia de extranjeros es admitir el golpe militar.

Golpe contra la OEA.
Revitalizada por el levantamiento de sanciones a Cuba, la OEA encuentra en el cuartelazo de Honduras una oportunidad y un desaf�o. La pronta reuni�n de la Asamblea General, la condena un�nime del golpe ofrecen un segundo aliento a la exhausta organizaci�n. Sin embargo, se abre la duda sobre la efectividad de sus medidas para restablecer la democracia. Si el golpismo se afianza, la OEA a�adir� a sus m�ltiples defectos la evidencia de su inutilidad. Que una insignificante pandilla de rufianes se retire de la OEA, irrespete al Presidente de la Asamblea General de �sta, cierre en su aeropuerto a mandatarios latinoamericanos electos y expida una orden de detenci�n contra el presidente leg�timo Zelaya, es un golpe mortal contra una organizaci�n buena en el pasado para avalar infamias e incapaz de revertirlas en el presente. Su inefectividad legitima la creaci�n de un organismo latinoamericano y caribe�o sin presencia de Estados Unidos, y el fortalecimiento del Consejo de Defensa de UNASUR.

Golpe contra ALBA
El golpe contra Honduras es contra el ALBA. Los golpistas y sus aliados advierten a los pa�ses de la Alianza Bolivariana que son vulnerables, que pertenecer a ella no los inmuniza contra las intervenciones e incluso los sit�a como blancos privilegiados de ellas. Los golpistas y sus medios declaran m�s contra Ch�vez que contra Zelaya. Cuando veas arder Honduras, defiende tu pa�s.

Golpe contra la v�a pac�fica
El golpe confirma la validez de una regla invariable: La minor�a privilegiada acepta la mayor�a democr�tica s�lo cuando le favorece o le facilita las cosas. En el fondo, su �nico argumento es la fuerza bruta. Ante ello, se plantea la reevaluaci�n de la v�a pac�fica al socialismo �Puede seguir el movimiento popular empleando medios pac�ficos cuando la respuesta es la fuerza bruta? �Deben deponer las armas los movimientos populares mientras las esgrimen sus enemigos? Quien no resiste la violencia ileg�tima la fortalece.

Versi�n en franc�s:
http://luisbrittogarcia-fr.blogspot.com/

http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2009/07/tegucigolpes.html

Fuente: lafogata.org
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