Latinoam�rica
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El imperio contraataca a Bolivia con la suspensi�n de las ventajas arancelarias
Remberto C�rdenas Morales
La �poca
El comportamiento del Presidente de Estados Unidos confirma que los que
esperaban cambios del imperio respecto de Latinoam�rica y Bolivia pueden empezar
a desilusionarse: las ventajas arancelarias para nuestro pa�s han sido
suspendidas, al rev�s de lo que aqu�llos aguardaban porque pensaban que un
ciudadano de ascendencia africana y que sufri� discriminaci�n debido al color de
su piel, gobernar�a como no lo hicieron sus predecesores respecto de
Latinoam�rica, es decir, que considerar�a los leg�timos intereses de nuestros
pueblos y pa�ses.
El capitalismo y el imperialismo, aunque enfrenten una nueva crisis, no est�n de
retirada de la regi�n a la que trataban como a su colonia: nuestra Am�rica que
progresivamente deja de ser porque se rebelan los despose�dos de esta tierra. Y
ante el avance liberador en pa�ses latinoamericanos el imperialismo contraataca
con la pretensi�n de mantenernos en la dependencia y el atraso.
Cuando se levanten los secretos acaso conozcamos qu� tipo de intervenci�n
tuvieron organismos como la CIA y otros servicios de esa laya en el golpe de
estado en Honduras porque el presidente Manuel Zelaya y su gobierno decidieron
que su pa�s ingrese al ALBA, m�s que por una consulta que no fue y que no iba a
tener car�cter obligatorio.
Sin embargo, un antecedente no debemos olvidar: oficiales y jefes de las fuerzas
armadas hondure�as fueron formados por instructores yanquis para cuidar la
seguridad de un Estado con la misi�n de custodiar el viejo orden y los intereses
de los empresarios criollos y transnacionales. En ese entrenamiento tiene
responsabilidad insoslayable el imperio. En Honduras, compa�eros que resisten al
golpe dicen que los militares traicionaron al pueblo y al r�gimen constitucional
que presid�a Zelaya. Lo que vemos, adem�s, es que los uniformados siguen
haciendo lo suyo: defienden el sistema burgu�s imperante en el pa�s
centroamericano e implantan una "barbarie".
En Bolivia, ocurre algo que merece un estudio serio y las medidas que
correspondan. Los cambios que tienen lugar y que pocos ponen en duda (aun sin
apoyarlos), que son dif�ciles dentro del capitalismo, no pueden ser consentidos
por el imperio, por ello contraataca por una v�a diplom�tica (con garrote como
en el pasado), aunque con variaciones formales.
El libre comercio que exigen los empresarios bolivianos con sus demandas suelen
limitarlo. Producen, seg�n las leyes del capitalismo, pero el comercio de las
mercanc�as que elaboran sus dependientes pretenden que sea facilitado por el
gobierno de Evo Morales y que �ste les consiga mercados. Incluso los mercados
que se les consigue o que se buscan los consideran defectuosos o inseguros. La
conclusi�n de la mayor�a de esos empresarios es simple: el mejor mercado es el
de Estados Unidos porque es grande, paga m�s y con puntualidad, es de f�cil
llegada, en dos palabras: "es insustituible".
Es posible que ese razonamiento obedezca al comportamiento del colonizado que
parece ser de la mayor parte de los empresarios. Por eso a �stos no se les debe
pedir dignidad porque la �nica que ellos reconocen es la que facilita sus
negocios. Y ellos dijeron que la dignidad no se come.
La dignidad en los negocios entre Bolivia y Estados Unidos puede ser de
comprensi�n cabal para los que apoyamos el actual proceso de transici�n que aqu�
se vive o se protagoniza y para los antiimperialistas de verdad. Estar
dispuestos a comer un pan de pie antes que un pollo de rodillas (como se dec�a
en Chile de Allende y Neruda) demuestra conciencia pol�tica, capacidad de
sacrificio en aras de la victoria de una causa liberadora. Otro ejemplo: cuando
en Cobija (Pando) se reclam� un comportamiento �tico en el ejercicio del
periodismo, uno de los del oficio de "contar cosas", respondi� que la �tica no
se come. �se es otro ejemplo de indignidad.
Se sabe que innumerables negocios que generan gigantescas ganancias nada tienen
que ver con la �tica o con la dignidad. Cuando Marx afirm� que el capitalismo
lleg� al mundo ba�ado de lodo y sangre de la cabeza a los pies, grafic� que los
empresarios capitalistas subordinan todo a las ganancias en las actividades que
emprenden, y que la acumulaci�n originaria del capital fue posible con un crimen
o un robo, casi siempre. Recordemos que un vocero de los empresarios privados,
durante el auge del neoliberalismo, confes� que los capitalistas no invert�an en
Bolivia por patriotismo sino porque aqu� esperaban buenos negocios.
Esos empresarios manifestaron, asimismo, que los mercados que se les ofrece en
sustituci�n del estadounidense (de Venezuela, Brasil, Argentina y M�xico)
registran un "bajo poder adquisitivo de su poblaci�n, menor cantidad de
habitantes, trabas burocr�ticas, devaluaciones monetarias y medidas
paraarancelarias o proteccionistas del mercado y el clima c�lido".
Frente a esas objeciones de los empresarios, con mucha raz�n, voceros populares
declararon que el gobierno no tiene obligaci�n de conseguir mercados para los
empresarios. Sin embargo, entre otras cosas, para preservar el comercio de las
mercanc�as hacia Estados Unidos, en base a la Ley de Promoci�n Comercial Andina
y Erradicaci�n de la Droga (ATPDEA), el gobierno boliviano aprob� en total 16
millones de d�lares para disminuir potenciales p�rdidas por aquellas
exportaciones, lo que evidencia la voluntad gubernamental para trabajar
soluciones, as� sean parciales, para superar el l�o provocado por la suspensi�n
del mercado que consideran insustituible.
No es necesario ser antiimperialista para buscar otros mercados como los de
Europa, Canad� y Jap�n; adem�s de los mencionados de nuestra Am�rica. Otros
mercados para las mercanc�as exportables de Bolivia (mejor con valor agregado)
ayudar�an a liberarnos de la dependencia del pa�s del norte. Eso ser�a saludable
para una econom�a que, de acuerdo a lo que se declara, quiere cambiar la forma
de distribuir la riqueza nacional y, con urgencia, la manera de producir
(importa mucho c�mo se produce antes que lo que se produce, a�ade Max).
Algunas de las observaciones a los mercados latinoamericanos que posiblemente
sustituyan al estadounidense jam�s se podr�n vencer, como el clima c�lido por el
que ciertos tejidos no tendr�n demanda, por ejemplo, en el Caribe. La escasa
capacidad de compra de habitantes de una regi�n todav�a atrasada o la menor
cantidad de habitantes, resultan dif�ciles de superar.
Pero sobre el mercado USA es imprescindible a�adir que con Bolivia, ahora, se
advierte imposible un cambio con las probables gestiones de Obama porque se
considera que en Bolivia aumenta la producci�n de coca, y la elaboraci�n y
tr�fico de coca�na, lo que como consecuencia impide que nuestro pa�s se
beneficie, al menos de inmediato, de aquellas ventajas arancelarias.
Con esa medida, como antes cuando a Bolivia se le impidi� acceder a la cuenta
del milenio, el imperio contraataca y todav�a no est� a la vista que el
Presidente de Estados Unidos sea ajeno a esa pol�tica imperial. Por eso cobra
mayor vigencia lo que escribi� Galeano: "Ojal�", cuando en diferentes tonos se
daban por seguros los cambios en aquel poderoso pa�s, s�lo por la asunci�n de
Obama al gobierno.
Lo que sensiblemente no se ve u otros se niegan a ver es que el contraataque del
imperialismo ocurre por dos v�as: respecto del golpe en Honduras el gobierno de
Obama rechaza aquella medida por antidemocr�tica (se refiere a la democracia
formal), pero sugiere el di�logo para superar la crisis pol�tica, es decir, que
conversen y concilien los asaltantes del gobierno con los asaltados. Frente a
Bolivia, con la vieja diplomacia del garrote y con cambios formales en ella, se
cierra ese mercado "insustituible", as� como el imperio intervino mediante su
Embajador en asuntos internos de Bolivia, en septiembre del a�o pasado durante
el intento de golpe c�vico, Aumenta la desocupaci�n cuando se deja de exportar,
se�alan empresarios criollos y quienes los apoyan; empero, olvidan que esas
relaciones, el momento del comercio, siguen siendo de dominaci�n desde Estados
Unidos. Se trata de una forma capitalista de la circulaci�n de mercanc�as con la
que el capitalismo hace negocios para ganar y dominar.
Lo cierto es que s�lo los enemigos del actual proceso de cambios y del gobierno
de Evo Morales se pueden alegrar porque Bolivia pierda mercados, lo se presenta
como un ejemplo de incapacidad de los gobernantes. El orgullo nacional que
debemos enarbolar los bolivianos (dignidad para otros) no s�lo se tiene que
apoyar en ideas sino en los bienes materiales que seamos capaces de producir. Y
mientras no haya otros mercados, Bolivia que cambia, tiene que llegar a los
existentes y a otros que se consigan, avisados de que cuando del comercio se
trata en el capitalismo pocos son los aliados confiables de pa�ses
latinoamericanos como el nuestro.