Latinoamérica
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¿Quién es el salvaje en la selva Peruana?
Por Francisco Vásquez Carrillo
El 5 de junio en Baguas, con la muerte de 12 policías y 25 nativos; Alan
García y el APRA nos ha recordado que en el Perú: "Los caballos de los
conquistadores/. (en los) fragores/decisivos del combate,/los caballos con sus
pechos arrollaban a los indios y seguían adelante/¡Los caballos (son)
fuertes!/¡. (Son) ágiles!". Insuflado de violencia han justificado la muerte de
indios y cholos por igual.
El Presidente de la República nos trae a la memoria, que valen más las insignias
imperiales (firma del TLC) que los pedidos de los "chunchos". Y "Acaso no fueron
los blancos venidos de España/que nos dieron muerte por oro y por plata."; la
época del oro y la plata, el caucho ha pasado. Ahora la riqueza peruana para los
novísimos "conquistadores" se encuentra anclado en el Decreto Legislativo N°1090
que ofrece el mejor aprovechamiento de los recursos forestales con fines
comerciales o industriales que son otorgables a concesión en subasta pública,
hasta 10,000 hectáreas, por un plazo hasta de 40 años renovables. Mejor negocio
y entrega de los recursos silvestres no puede existir.
El siglo XXI, es el periodo signado para la guerra por el agua, por el oxigeno.
Se ha entregado el subsuelo, la ictiología marina, el esfuerzo y rabia india y
chola; ahora queda lo más preciado para la humanidad: la selva. Los
norteamericanos pretenden tomar mediante la ONU la administración de la
Amazonía, porqué no confía, que la mayor reserva mundial se encuentre en manos
de "salvajes". Como no prosperaron, pretenden lograrlo con la firma de un TLC
civilizada.
Han respirado soberbia por los indicadores azules de la macroeconomía; con
desparpajo se quiso hacer creer de un blindaje económico ante la crisis
financiera de Wall Street; lograron amainar ánimos térmicos a causa de los
impúdicos petroaudios, la élite aprista estaba involucrada; Yeude Simon apareció
como el salvador. Empero a Alan García, le es difícil abandonar su inclinación
ideológica natal al fascismo y al desgobierno con su abierta marca neoliberal.
Los frecuentes errores, como la práctica "confiscación" del Canal 5, le
convocaban a cometer un horror. Los intereses económicos sobre la Amazonía ha
primado sobre la política, y éste se ha antepuesto sobre la civilidad; viniendo
sobre todo de indígenas "retrógradas" con mucha razón. Una provocadora ministra
Mercedes Cabanillas ha tildado de "delincuente" y responsable de los hechos al
líder indígena Alberto Pizango y exige orden de detención y le caiga todo el
peso de la Ley, creyendo que con un encarcelamiento o la muerte de otro
dirigente nativo: Santiago Mnuin va solucionarse el problema. El tema de la Ley
de la Selva, sabe a un trasfondo que va más allá de normas y aplicación de la
ley provocando muerte de humildes policías; el transfondo estriba en la
desesperación por aplicar la firma del TLC, en la exigencia civil para convocar
a una nueva Constitución Política. Gravita en dilucidar la eficacia del caballo
conquistador y definir el bocado del "perro del hortelano" con empresas
transnacionales o con el Estado.
Un desconocido y desubicado Yeude Simon, ha declarado que hay que asumir la
defensa de 28 millones de peruanos y no de unos pocos (indígenas). En nombre de
peruanos; apristas ni "humanistas" pueden aniquilar a peruanos.
Aquí no únicamente han muerto policías peruanos y unos indígenas; aquí han
muerto conciudadanos peruanos y por igual indigna. La solidaridad y el luto son
compartidos como un compatriota.
Santiago Manuin, nos indicó: "La tierra es sagrada, ahí están nuestros
espíritus. El bosque, el aire, el cerro son nuestros hermanos. Ellos dependen de
nosotros y nosotros dependemos de ellos". Se despejarán las carreteras, se
lloraran por los caídos, se debatirá en el Congreso; no obstante el caballo del
conquistador continúe y el can del hortelano pise el oriente, la selva seguirá
en peligro y los peruanos estaremos a punto de perder la riqueza más codiciada
por empresarios voraces: la conservación y desarrollo sostenible de la Amazonía
peruana.
06 de Junio del 2009