Humilla quien puede, a quien se deja humillar. Y Lourdes Contreras Pérez (Lulú)
sencillamente es de una estirpe indoblegable: con orgullo pagó el precio de su
dignidad, de su militancia feminista, humanista, comunista… sin amedrentarse.
Ni la CIA, ni el Pentágono, ni el Departamento de Estado, ni Obama… son quienes
para reducir la altivez de Lulú. Esa agresión, ese atropello, ese abuso, la
enalteció y potenció su consistente orgullo antiimperialista y revolucionario.
Nunca gestionó visa para pasear o para comprar en los EEUU. Cuando lo hizo fue
por necesidad de su trabajo docente, de su participación en el movimiento
feminista internacional y de su presencia en el primer matrimonio de uno de
nuestros tres hijos.
En ninguna de esas ocasiones depuso una sola de sus convicciones y quienes se la
otorgaron, incluidos funcionarios de la administración Bush, sabían
perfectamente a quien visaban y con quien tiene 42 años de casada y 46 de amores
y luchas comunes.
Varias veces cruzó y estuvo en territorio estadounidense sin ser apresada, sin
ser molestada.
Esta vez su visa vencía en el año 2016 e intentó pasar de tránsito por Miami
para asistir, en representación de la universidad INTEC, al Foro Regional sobre
"Relación de género y la gobernabilidad", pautado para los pasados días 14 y 15
de este mes en Kingston Jamaica.
Intentó pasar por el aeropuerto de Miami en cumplimiento de su deber como
Directora del Centro Género de esa universidad, es decir, en misión académica;
la cual ejerce con singular calidad y responsabilidad, con tanta como asume sus
convicciones de luchadora por la emancipación de la mujer y toda la humanidad.
Al llegar a ese aeropuerto, a unos metros de la salida del avión, en zona
internacional, antes de pasar por la casilla de migración, fue detenida por tres
agentes estadounidenses.
La estaban esperando.
Conocían su santo y seña.
La habían reportado desde aquí, posiblemente desde la "estación" que tiene la
CIA en el edificio de la DNI:
Todo estaba fríamente calculado y planeado.
La llevaron por la fuerza a la oficina correspondiente para interrogarla en
forma superficial, sin alusiones políticas, remitiéndola sistemáticamente a que
le "preguntara eso al Departamento de Estado" cada vez –y fueron muchas- que en
forma airada ella los emplazaba a decirle el motivo por el cual fue ilegalmente
detenida y vejada.
A su compañera de viaje no le permitieron verla antes de la continuación de su
viaje hacia Jamaica, alegando que en caso de hacerlo seria cómplice de un
"delito federal".
Pasó desde la tarde del trece de mayo hasta las once del catorce sin comer y sin
dormir, custodiada por un oficial de la inteligencia. Al final le anunciaron que
su visa había sido cancelada y así lo consignaron con trazos fuertes en su
pasaporte.
Casi a las once de la noche del trece de marzo le permitieron hablar por
teléfono conmigo para comunicarme que sería deportada. Y lo hicieron como si
tratara de una delincuente. Solo aquí le entregaron el pasaporte retenido,
después de haber sido conducida a las oficinas del propio Director de Migración.
Esto se ha producido en el inicio de la era de Obama y del llamado "poder
suave". ¡Ni tan suave! , de todas manera poder imperial, siempre con una alta
dosis de retaliación política y prepotencia abusiva.
Así se consumó este acto de represalia contra Lourdes, este ultraje a nuestro
país, a sus valores académicos y a la universidad INTEC, como bien lo ha dicho
editorialmente este diario..
En este hecho ominoso, a la intolerancia frente a la hermosa rebeldía de Lulú y
todo el movimiento social femenino –desplegada recientemente contra el asesino
artículo 30 y sus promotores- se le agrega su condición de compañera de lucha y
amor de quien esto escribe, por demás amenazado de muerte por el régimen de
Uribe, su embajador Montoya y los generales criollos asociados a esa mafia
político-militar; todos bajo tutela de la CIA y del MOSSAD y protegidos por
Leonel.