Uruguay: Plan Ceibal
¿Adiestrar o formar seres pensantes?
El Plan Ceibal, según el
gobierno uruguayo, tiene como objetivo garantizar el acceso al PC y a Internet a
todos los niños de escasos recursos. La Escuela, claro, es la institución idónea
para la distribución de las pequeñas laptops. De paso, el control sobre lo que
cada niño hace (y sobre lo que cada adolescente hará) se vuelve cada vez más
sencillo para el Ojo del Gran Hermano.
Gonzalo Abella * Revista Desacato http://www.desacato.info/
"Un niño, una computadora" dice en tono triunfal el Gobierno uruguayo.
"Un niño, una computadora" dicen simultáneamente los diarios chilenos de la 8º
región, allí donde los monocultivos forestales han destruido la vida campesina y
las pasteras celulósicas han envenenado los ríos después de jurar por años que
no lo hacían
El Gobierno uruguayo parte del supuesto de que los ciudadanos uruguayos no leen
los diarios de Concepción.
En la estancia estaban de yerra. El capataz y varios peones interrumpieron el
balance de la jornada para mirar la flamante computadora verde que traía un niño
de la escuela rural. Frentes con sudor de trabajo duro se pegaban a la cabecita
infantil tratando de entender la maravilla. Adversario como soy del Plan Ceibal,
de todos modos merecía una foto la actitud humilde de los mayores y la actitud
solemne del niño. Todo aprendizaje es útil, toda apropiación popular de una
tecnología es un hecho potencialmente liberador.
El Profesor Rama, un siniestro ideólogo del neoliberalismo, impulsó hace décadas
una Reforma Educativa. Cerró escuelas rurales ("ya innecesarias en algunas
zonas") y con dinero del BID levantó modernas aulas urbanas. "Los que están
contra esta Reforma son enemigos del progreso, no quieren que haya nuevas aulas
para los niños pobres" decía muy enojado. Pero la Reforma Rama no se reducía a
aulas nuevas, de la misma manera que el Plan Ceibal no es un conjunto de PCs.
El objetivo último del Plan Ceibal es transformar a la mayoría de los
niños (o sea: a los niños pobres) en adiestrados y no pensantes operadores de
teclados, custodiados por docentes preferentemente descerebrados que cuiden el
camino de acceso al núcleo pensante. El núcleo pensante no es un ser humano
conocido, sino los lejanos y anónimos creadores del software que establece cómo
y en qué pensar.
El PC es una herramienta maravillosa. Cuando los maestros aprendamos a usarla
contra el Plan Ceibal, va a ser bueno tener esta red en nuestro pueblo. El PC
acelera la solución de los procesos técnicos y de razonamiento mecánico, desde
cálculos aritméticos hasta revisión ortográfica. Brinda información sesgada
hasta en sobredosis. Permite explorar los árboles de acceso lógico a
contenidos subordinados o vinculados entre sí. Nos brinda una tecnología muy
útil cada vez más accesible, de la cual nos hacemos cada vez más dependientes…
pero que no sabemos producir. O sea: la era de la informática acelera nuestra
dependencia tecnológica y reafirma así "nuestra" dependencia política.
Urge crear un software liberador, que relacione cada concepto con los que debe
relacionarse, que no recorte la realidad, que permita ver la causalidad de los
hechos, incluyendo la lucha de clases como motor de la Historia desde la
antigüedad esclavista.
No navegamos en un océano de información. Para nosotros, navegantes pobres,
Internet es en realidad una pecera controlada que se satura y se paraliza cada
vez que así le conviene a los Amos. El satélite venezolano, la fibra óptica
hacia Cuba permitirá al usuario libre nuevas opciones, pero esta libertad no
existirá para los destinatarios del Plan Ceibal, proyecto auspiciado por
Negroponte (su creador) y por el imperialismo que lo impulsa. De todos modos, la
pecera en la que navegamos tiene grutas ocultas, zonas muertas y oportunidades
criptográficas que debemos explorar para no regalar información al Gran Hermano,
para burlar su vigilancia constante. Lo esencial de nuestra comunicación para la
resistencia seguirá pasando por vías artesanales y la Internet para nosotros
deberá ser sólo un recurso auxiliar y cuidadosamente codificado.
Todo fusil inventado por el opresor puede girar su cañón 180º y
apuntar al corazón de su creador. Sabiendo que hay muchos más fusiles del otro
lado hay que saber usarlo a la manera guerrillera, sin caer en el terreno de la
guerra convencional.
"Un niño una computadora", en la actual situación sociocultural, en la atroz
inequidad de nuestra niñez, es una forma de reforzar la desigualdad. Aquella
familia donde hay una mamá que cumple su rol con amor sabrá valorar esta
herramienta y fortalecer el proceso cognoscitivo de sus hijos, aunque sea simple
adiestramiento técnico. Aquel hogar desestructurado destruirá rápidamente el
instrumento, o lo perderá, o le será sustraído. Más allá de los objetivos
didácticos, si no hubiera además un objetivo de demagogia social ¡cuánto mejor
hubiera sido un aula de computación por centro educativo, con el suficiente
número de máquinas modernas, y más comida calentita y abrigo para todos! Y si en
lo puramente didáctico no hubiera un objetivo de sometimiento intelectual
¡Cuánto mejor hubiera sido una capacitación docente que no se limitara a lo
operativo!
El Plan Ceibal apunta a la formación de monocultivos mentales mientras nuestra
pradera es invadida por los monocultivos forestales. El Plan Ceibal apunta a
vaciar la capacidad de razonamiento mientras el saqueo ambiental nos roba el
agua. El Plan Ceibal busca formar admiradores de la tecnología del imperio
mientras esos generosos donantes de apropian de nuestra tierra. El Plan Ceibal
ayuda a resignarse al sometimiento político detrás del sometimiento tecnológico.
Hace que finalmente se entierre en nuestro sueño la chatarra electrónica
reciclada que las potencias ya no saben dónde enterrar. La pequeña ventanita
coopera con la TV como refugio virtual de los sueños que la vida robará,
mientras alrededor avanza el deterioro de las condiciones de existencia de las
mayorías.
Las maquinitas de todos modos están allí. Es sólo el comienzo. Pero todavía
pensamos. Ya verán cuántos usos sorprendentes les daremos.