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Latinoamérica

Los fascistas se lavan las manos por terrorismo en Bolivia

Marinkovic y Costas niegan todo lazo con los mercenarios ultraderechistas y el ex presidente Quiroga pide cárcel para los culpables. En Bolivia todos dicen ser "angelitos"

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Econoticiasbolivia (La Paz, abril 23, 2009).- Los principales líderes del fascismo boliviano, que organizaban la guerra contra el presidente "indio" Evo Morales y preparaban la secesión de Santa Cruz, su rica región oriental, proclamaron su adhesión al pacifismo y negaron todo vínculo con el mercenario ultraderechista Eduardo Rózsas, muerto a bala la pasada semana, y que había revelado que fue contratado hace un año para crear por la fuerza de las armas un nuevo Estado dentro de Bolivia.
El ex presidente del Comité pro Santa Cruz, el millonario fascista Branko Marinkovic, y el ultraderechista prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, que dirigen desde hace dos años la rebelión oligárquica y que son la cara visible de los 100 clanes que son dueños de los grandes negocios y la tierra y que ejercen el poder real en el oriente y parte de los valles de Bolivia, negaron que hubieran contactado o financiado al grupo terrorista internacional.
El boliviano-croata Branko Marinkovic, que hace no mucho anunciaba la guerra armada contra los indígenas y comunistas del altiplano, aseguró, contra toda evidencia, que era partidario de una lucha pacífica.
 
PACIFISMO Y SANGRE DERRAMADA
"La lucha por la autonomía seguirá siendo una lucha ardua, pero siempre pacífica, por eso es que condeno cualquier acto o intento de cambiar la forma de lucha, nuestra lucha es con los votos y las urnas, en otras palabras es democracia pura", dijo este miércoles Marinkovic a la prensa de Santa Cruz.
Hace más de un año, en marzo de 2008, sin embargo, este mismo líder fascista proclamaba públicamente su belicismo: "Mi familia conoce la dureza del comunismo, huimos de un país que fue tomado por los comunistas y allí también hubo hambruna (…) Se acerca la guerra, que sepan las madres cruceñas que si vamos a ir a la guerra, vamos a derramar la sangre de sus hijos de manera responsable", dijo cuando los grupos fascistas precariamente armados que seguían a Marinkovic y Costas tomaban el control de la ciudad y pisoteaban a los policías e indígenas leales a Morales.
Pocos meses después Rózsa, un militar experto en la guerra secesionista, era contratado desde Santa Cruz para formar un verdadero y sólido ejército fascista y lograr la independencia de esa región, con las armas y financiamiento otorgado por quienes lo contactaron.
 
AL ESTILO PILATOS
Sobre las acusaciones que, sobre la base de las revelaciones de Rózsa, apuntan a que Marinkovic y los 100 clanes de la oligarquía fueran los que contrataron y financiaron a los mercenarios ultraderechistas, el líder de los fascistas bolivianos eludió toda responsabilidad.
"Si es que existió o existe un grupo de personas que contrató a esta gente (a los mercenarios), deben dar la cara, deben presentarse y explicar sus móviles, sus mecanismos de financiamiento y todo lo que sea necesario. Que sepa la opinión pública cuáles eran sus móviles, todos esperamos eso", insistió.
Marinkovic aseguró a los medios cruceños, además, que los dineros recaudados entre empresarios y otros sectores para financiar la lucha por la autonomía regional no fueron destinados a contratar a los mercenarios. "Traer gente armada es un tema totalmente diferente, que no creo, no creo sinceramente que haya una persona que yo conozca que haya estado financiando esto", agregó.
 
EL SHOW DE COSTAS
El otro líder de los fascistas, el prefecto Rubén Costas, que cuenta con amplio apoyo electoral en el oriente y que ejerce el poder en la región en abierta confrontación con el presidente Morales, descalificó las denuncias y dijo que eran un "burdo montaje" y "show" armado desde La Paz.
El operativo de desarticulación de la banda terrorista fue realizado el pasado jueves por un comando de élite de la Policía boliviana, llegado desde La Paz y sin participación de autoridades ni funcionarios locales que son leales a Costas, que desde dos años gobierna Santa Cruz no sólo con apoyo institucional y ciudadano sino también con el respaldo abierto de grupos de paramilitares y bandas fascistas del lugar que han aterrorizado a los disidentes. En los dos últimos años se han producido más de una veintena de atentados dinamiteros y explosivos contra dirigentes sociales y populares que no se han sometido al poder de la ultraderecha.
 
RETÓRICA OFICIAL
Mientras tanto, desde La Paz, el vicepresidente Álvaro García Linera, aseguró que los intentos secesionistas y terroristas no prosperarían en Bolivia y solicitó que los líderes del fascismo boliviano se pronuncien sobre el accionar de Rózsa.
"Los conminamos a manifestarse públicamente si defenderán la unidad, la integridad de la patria, si defenderán y garantizarán la defensa de la unidad de la patria contra este tipo de ataques terroristas o, si por el contrario, socaparán, apoyarán, encubrirán a quienes han intentado y a quienes intenten dividir la sagrada unión de la patria boliviana", urgió durante una conferencia de prensa dictada en la casa de gobierno en La Paz.
"Convocamos de manera respetuosa pero firme a aquellos que días atrás hablaban de show, de montaje, de mentiras a manifestarse públicamente" respecto de las actividades desveladas de un grupo de mercenarios de la ultraderecha internacional en el país.
"Si de verdad aman Bolivia, si de verdad respetan sus instituciones, si de verdad defienden la integridad del territorio patrio, están obligados a manifestarlo públicamente, están obligados a rechazar este intento de descuartizamiento y de separación de nuestro país, están obligados a colaborar, a ayudar al esclarecimiento de los hechos, a la sanción y al castigo de quienes estuvieron involucrados directa o indirectamente" en el intento de generar un movimiento secesionista  radicado y desmantelado en parte en Santa Cruz, en el este de Bolivia, agregó.
Horas después de esta proclama, el derechista ex presidente Jorge Quiroga, jefe de la oposición parlamentaria, deslindaba también toda responsabilidad en los atentados y exigía que se sancione con la cárcel a los responsables de contratar y financiar a los mercenarios. Mientras tanto, las investigaciones del equipo de fiscales, asignados al caso, avanzan a paso muy lento y parecen estar muy lejos de identificar y acusar legalmente a los que contrataron y financiaron a los mercenarios, a pesar de todos los indicios que apuntan al corazón de los 100 clanes.

Fuente: lafogata.org