Argentina, la
lucha continua....
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Ofensiva derechista: Aislar a los bolivianos
Antonio Peredo Leigue
La situación es absolutamente clara. El artículo 27 de la Constitución Política
del Estado establece: "Las bolivianas y los bolivianos residentes en el exterior
tienen derecho a participar en las elecciones a la Presidencia y Vicepresidencia
del Estado y en las demás señaladas por la ley. El derecho se ejercerá a través
del registro y empadronamiento realizado por el Órgano Electoral".
Si tomamos en cuenta que, de acuerdo al artículo 12 de la misma ley suprema, "el
Estado se organiza y estructura su poder público a través de los órganos
Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral" y que se garantiza la
independencia, separación, coordinación y cooperación de estos órganos, la
acción inmediata debiera ser la preparación de los mecanismos para que, este
derecho, sea ejercido en el menor tiempo posible.
Es más. Sabemos que son millones de bolivianas y bolivianos que salieron al
exterior en busca de mejores condiciones de vida, dadas las circunstancias que
ocurrieron en las décadas pasadas. Aún ahora, las secuelas del empobrecimiento
que se agudizó en la etapa neoliberal, hay gente que quiere salir de Bolivia.
Desvinculados del país por la miseria, reclaman ser parte de la nación y
participar en la importante decisión de elegir las autoridades. La ley que
regula este derecho, ya establecido en normas anteriores a la vigencia de la
nueva Constitución, ha sido detenida por la oposición que, en el Senado
Nacional, es mayoría.
Aplicando la norma establecida en la Constitución, el gobierno envió un proyecto
de ley electoral transitoria, que este Congreso debe aprobar para las elecciones
próximas, incluyendo el derecho de los bolivianos residentes en el exterior.
El reclamo es urgente
Durante el año pasado, grupos de residentes en Argentina, mantuvieron una
constante presión sobre el Senado, incluyendo una huelga de hambre, sin obtener
resultados. En 2005, un enviado de los residentes en Estados Unidos de
Norteamérica, con poderes suficientes, presentó una demanda y obtuvo un fallo
favorable, en la Corte Superior de Justicia de La Paz, para viabilizar el voto
en el exterior. Organizaciones de bolivianos que viven en Europa han hecho
llegar su reclamo ante las embajadas bolivianas y directamente a las autoridades
nacionales.
Pero la oposición es persistente. Reflejando el rechazo que tienen a este
propósito, un diario nacional titula: "El voto en el exterior a fin de año es
prácticamente inviable".
Al iniciarse el tratamiento del proyecto de ley electoral transitoria, aparte de
las organizaciones indígenas, los partidos con representación parlamentaria
enviaron los suyos propios. PODEMOS, la agrupación que reúne a quienes militaron
en los partidos tradicionales hoy desaparecidos, prescinde absolutamente de toda
referencia al voto en el exterior. Algo similar ocurre con la propuesta del MNR,
que no se refiere de ningún modo a este derecho constitucional.
Por supuesto, miembros de las cortes electorales, tratando de aparecer neutrales
en sus apreciaciones, desestiman la posibilidad de empadronar a quienes residen
en el exterior. Frases como "está en duda que acabemos", "lo veo difícil, el
tiempo es corto", "es casi imposible" y "no tenemos plazo para que los
bolivianos voten en el extranjero" tratan de postergar indefinidamente tema tan
candente.
El derecho es irrenunciable
El voto boliviano en el exterior es un derecho que se reconoció en el Código
Electoral hace más de una década. Volvió a reconocerse en otras leyes
posteriores, pero nunca se normó su aplicación. Al viejo estilo de la
politiquería que primaba en las etapas anteriores, se declaraba el derecho pero
se impedía su ejercicio.
El Órgano Electoral, a través de su presidente, anunció que iniciará contactos
con autoridades de otros países para viabilizar el empadronamiento de los
ciudadanos y ciudadanas de Bolivia. Este paso inicial abre el proceso que tiene
como meta el ejercicio del voto por ellas y ellos.
Claro que, cuando comienza a condenarse al fracaso la aplicación de este
derecho, sin haber dado ni siquiera el primer paso, simplemente se busca anular
su ejercicio. Entonces, la pregunta es: ¿por qué tienen miedo al voto en el
exterior? Aparte de los argumentos manidos de desconfianza respecto a las
embajadas y consulados, no tienen nada más. Se trata del temor, evidente, de que
ese voto favorezca en forma abrumadora al presidente Evo Morales. Si la
oposición dice que él no alcanzará el 50%, ¿por qué creen lo contrario para
quienes no viven en el país?, ¿no dicen, ellos mismos, que la gente está
escapando de la dictadura del MAS? Que lo comprueben en las urnas.