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Enardecidos trabajadores de Mitsubishi mantienen ocupada la empresa con apoyo de Consejos Comunales, luego del asesinato de dos trabajadores por la policía
Aporrea
Voceros de los trabajadores de la planta MMC Automotriz SA (Mitsubishi),
consideran que la muerte de dos trabajadores a balazos, por disparos de la
Policía del Estado Anzoátegui, ocurrida en la tarde de hoy, es producto de una
acción patronal-judicial-policial premeditada. Para ellos, forma parte de una
atendencia a la criminalización de las luchas obreras que vienen imponiendo
sectores del aparato del Estado, en el sector judicial y en organismos de
seguridad que permanecen controlados por los intereses patronales y
transnacionales.
El Secretario General del sindicato de MMC Automotriz, Félix Martínez, expresó
que la actuación policial les parece expresamente dirigida a conseguir el
desalojo de las instalaciones de la empresa a cualquier costo, tal como lo
habría afirmado la Juez de Ejecución Diana Vásquez, encargada de aplicar la
medida. Ese "costo" incluyó la muerte de los dos obreros y varios heridos por
armas de fuego, en lugar de emplear el diálogo u otras vías de solución que
hubieran evitado el derramamiento de sangre. Uno de los heridos, de nombre
Alexander García, recibió un impacto en el pecho.
La cantidad de cartuchos descargados por armas policiales, recogidos por los
trabajadores, es "impresionante", según el directivo sindical. Señaló que los
trabajadores simplemente se resistieron a ser desalojados y recibieron una
respuesta claramente desproporcionada, comparable a una operación de "sicariato"
al servicio de la transnacional.
La acción de desalojo, fue ordenada por el Juez de Primera Instancia Henry
Gobián Diettrich (escrito tal como sonó en la declaración telefónica) y el
procedimiento quedó a cargo de la juez mencionada, con la utilización de
policías comandados por el comisario Manuel Ortíz.
El dirigente sindical Félix Martínez, reportó los antecedentes del conflicto
laboral, que abarca a la MMC Automotriz (Mitsubishi) y a una de sus contratistas
de autopartes (asientos) de nombre Macusa. Ciento treinta y cinco trabajadores
de esta contratista fueron despedidos, a pesar de la inamovilidad laboral. La
Mitsubishi no reconoce la relación laboral con este personal tercerizado.
El sindicato dice que las autoridades del trabajo en Anzoátegui no daban
solución a este y a otros casos y por eso los trabajadores resolvieron la toma
de la planta, con la intención de obligar a la aceptación del diálogo.
Se quejan de que la empresa viola sistemáticamente la convención colectiva y de
que hay trabajadores con enfermedades laborales músculo-esqueléticas, porque no
se cumplen las normas de seguridad, higiene y salud laboral, pues la empresa no
quiere invertir en la prevención de las enfermedades provocadas por el tipo de
trabajo que se realiza.
A pesar de la brutal y criminal acción policial, la patronal y sus agentes
judiciales y represivos no lograron desalojar a los trabajadores, que
enfurecidos e indignados por el asesinato de sus compañeros, ahora permanecen
más aferrados a su puesto de lucha. Por ahora dicen que la policía se retiró a
cierta distancia y la planta está rodeada por trabajadores de esa y otras
empresas, así como por gente de las comunidades vecinas y Consejos Comunales que
apoyan solidariamente a los trabajadores.
La dirigencia sindical asegura que los trabajadores no abandonarán la toma hasta
que se dé con los culpables y se haga justicia, exigiendo, además que la empresa
dé muestras de su disposición a buscar una solución a los reclamos de los
trabajadores y su sindicato. Hacen un llamado a todos los dirigentes del
movimiento obrero de Anzoátegui y del país para movilizarse con el objeto de
darle un "parao" a los asesinatos de luchadores sindicales. Exigen que se
intervenga a la policía de Anzoátegui.
Aclaran que saben distinguir muy bien entre los factores patronales que actúan
desde organismos del Estado a favor de la patronal y lo que significa para los
trabajadores el gobierno bolivariano y el proceso revolucionario. Aseguran que
situaciones como esta no quebrantan su disposición de defender el Sí a la
Enmienda Constitucional para mantener los logros de los trabajadores, pero que
la planta de Mitsubishi no la van a abrir mientras no se garantice la verdadera
justicia y que no habrá impunidad en este caso.
Para el sindicato hay un complot empresarial-judicial-policial contra los
trabajadores. El vocero sindical recordó que empresas automotrices como General
Motors han estado involucradas en acciones golpistas como sucedió cuando Allende
(Chile 1973) y que las automotrices en Venezuela muestran iguales inclinaciones
a pesar de haberse favorecido de las políticas del gobierno nacional. Quedaron
insatisfechos con las declaraciones del Secretario de Gobierno Rafaél Vegas
sobre los hechos ocurridos, por cuanto habló de "enfrentamiento", cosa que los
trabajadores afirman que nunca sucedió y que las agresiones fueron unilaterales
y procedentes de la fuerza policial. Consideran que esto no favorece a la
posición obrerista que reivindica el gobierno.
La Guardia Nacional tuvo que presentarse en el lugar para que la policía se
retirase y se evitaran posibles nuevas agresiones.