Latinoamérica
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Las verdaderas intenciones del Pentágono
Ejército de Liberación Nacional
¿Qué significa el Plan Colombia? Primero es contra Colombia, segundo es contra
los pueblos y gobiernos progresistas y revolucionarios, tercero está dirigido a
asegurar el dominio de recursos naturales, como el agua, maderas, biodiversidad,
petróleo, gas, carbón, etc. y a reconquistar la hegemonía imperialista en el
continente, perdida en algunos países.
El Plan Colombia fue hecho por el Departamento de Defensa (Pentágono) de Estados
Unidos y no en Colombia, es un plan expansionista, que busca justificaciones en
el narcotráfico y la insurgencia para imponerse en el continente; en aplicación
de la "guerra contra las drogas".
Caras oculta y abierta del Plan
Desde mediados de los años 90, el imperio intenta formar una fuerza multilateral
con varios ejércitos latinoamericanos para meterlos en Colombia, junto a nuevas
instalaciones militares en países vecinos, para desde ellas controlar
tecnológicamente el área Andina.
Simultáneamente consolidaron el arma narco paramilitar. El ex ministro de
Defensa J. C. Esguerra Portocarrero en campaña nacional con ganaderos,
industriales, corporaciones multinacionales y carteles mafiosos acordaron
financiar este plan, consistente en sacar una parte de las tropas
gubernamentales a actuar en la ilegalidad; priorizando a aquellos entrenados por
asesores israelíes, en asesinar con motosierra, comer órganos de sus víctimas
con azúcar, cómo masacrar, etc.
El destino de los narco dólares
La oligarquía para financiar a este ejército mercenario concedió a los
cabecillas de él, franquicias para el tráfico de narcóticos, una por cada zona
del país. Así se libraron de los tributos que se habían comprometido a entregar,
además de neutralizar los crecientes secuestros y extorsiones de los que eran
víctimas.
Este Plan contrainsurgente se paga con la entrega continuada de los recursos
naturales y riqueza nacional, que aún nadie detiene. Su financiamiento se hace
mayoritariamente con bienes públicos e impuestos cobrados a los colombianos; una
porción menor llega como ayuda militar de EEUU y otra más mínima, proviene de la
Unión Europea para ser invertida en ayudas de caridad para los desplazados - 300
mil nuevos, cada año- y otras víctimas de la guerra interna.
Fumigan los cultivos ilícitos en zonas donde no tienen el control de ellos, pero
en sus poblaciones periféricas permiten el tránsito de narcóticos a cambio de un
impuesto de peaje, mientras otros policías cobran por el transporte de las
drogas hasta los puertos de exportación, también controlados por las Fuerzas
Armadas. De esta forma es que tanto el área cultivada de coca, como las
exportaciones de cocaína se han multiplicado, desde hace 10 años que inició el
Plan Colombia.
Las Fuerzas Armadas y la Agencia para la lucha anti droga (DEA) vendieron por 10
millones de dólares a Salvatore Mancuso, la franquicia para explotar cultivos
ilícitos en Norte de Santander, Santander del Sur y Sur del Cesar; los de la
Costa Caribe los entregaron a Jorge Cuarenta por 15 millones de dólares. Ambos
capos siguen supuestamente presos en EEUU, negociando con el Departamento de
Justicia; si los dos les entregan gran parte de sus fortunas y delatan a otros,
les concederán una pena pequeña.
Excusa para agredir
¿Por qué los últimos 10 años, convirtieron a Venezuela en una ruta de
narcotráfico, en vez de seguirla exportando por el mar Caribe y el océano
Pacifico, como desde siempre lo habían hecho los carteles colombianos? Porque
necesitan corromper a Venezuela con este tráfico y buscar justificaciones para
acusar a su gobierno e instituciones, de ser tolerantes con los
narcotraficantes.
En el corazón de la Iniciativa para el Área Andina (IRA), está la pretensión de
EEUU por controlar a Venezuela, Ecuador y Bolivia; además de contener a otros
países vecinos como Brasil.
Desde el Comando Sur con sede en Miami y la Cuarta Flota de su Marina de guerra
comandan el Plan Colombia, además de todas las bases estratégicamente ubicadas
en todo el continente, en un cerco de tropas gringas destinado a reconquistar
países, que antes eran dóciles a los mandatos de Washington y para batallar por
mantener el férreo control que tienen sobre Colombia, Perú y México.
Hasta ahora se comienza a debatir la presencia de tropas extranjeras en
Colombia, después que llevan más de 10 años operando abiertamente en nuestro
territorio.
Esta semana el Presidente Lugo de Paraguay, rechazó la presencia de más un
centenar de Infantes de la Marina de guerra de EEUU en su territorio, quienes
supuestamente se iban a dedicar a construir escuelas. Así comenzaron la década
pasada en Juanchaco, en la costa Pacífica y hoy cuentan con más de diez Bases
militares en Colombia.
Este continente anhela la paz, pero debe resistir la guerra imperial en su afán
hegemónico, más ahora que vive una crisis económica, las que siempre buscan
resolver con el incremento del saqueo a los pueblos.