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Argentina, la lucha continua....

Córdoba: Dime tu condena y te diré quién eres

Javier Lucero
Proyeccion

En la ciudad de Río Cuarto la edad promedio de los ladrones condenados es de 28 años. Los denominados comunes para delinquir son la escasa educación, trabajos precarios y las adicciones.

La escasa educación, trabajos precarios y las adicciones son denominadores comunes entre buena parte de los ladrones condenados en la ciudad. Entre los sentenciados que tienen más años de escolaridad, incluso CBU completo, el problema de la droga se acentúa más. El promedio de edad de los ladrones es de 28 años.

De 15 ladrones condenados por robos, el 60 por ciento sólo tiene educación primaria, generalmente incompleta. En todos los casos, las personas sentenciadas declararon tener un trabajo informal y que se ubica en el rango de los peores pagos: jornaleros, ayudante de obra, albañil, trabajador rural, etc.

Hay un 40 por ciento de los condenados por estos delitos que tienen educación secundaria. En estos casos el promedio de años de asistencia a establecimientos educativos es de diez años, entre el primario y el CBU.

Entre los condenados que tienen problemas con adicciones, los que más estudio tienen son mayoría. Del total de presos a los que la Justicia recomendó un tratamiento por desintoxicación, el 60 por ciento tiene secundario, en algunos casos incluso completo.

La adicción combinada con la delincuencia parece haber derrumbado toda ventaja que puede dar una mejor educación o una mayor cantidad de años de escolaridad.

La mayoría, adictos

Casi la mitad de los condenados por este tipo de delitos contra la propiedad tiene problemas de adicciones.

En los primeros seis meses de este año, entre 13 condenas de la Cámara Primera local, hubo seis casos en los que el Tribunal pidió que se realice un tratamiento por adicciones. El año pasado, en un período de tiempo similar, hubo 15 condenas, siete de las cuales fueron para adictos.

La droga, además de voltear las calidades que puede generar la educación, también atraviesa sin obstáculos las edades: los condenados este año con problemáticas adictivas tienen 20, 21, 27, 31, 35 y 45 años. Las edades de los sentenciados el año pasado fueron: 20, 24 (dos casos), 26, 27, 28 y 35 años. Así lo revelan datos tomados de los protocolos de sentencias de la Cámara Primera del Crimen de la ciudad en los períodos citados.

El abanico de los delitos contra la propiedad que recibió condena no incluye hechos que están entre los más graves o violentos que registra el Código Penal. Los hechos por los que las personas fueron condenadas son robos calificados (muchas veces por uso de arma de fuego o arma blanca), robos simples o tentativas de robos.

Este año hubo seis condenas por robos calificados que recibieron penas que tienen un promedio de 4,6 años aproximadamente de prisión. El año pasado durante un período similar, que abarcó desde comienzos de año hasta agosto, hubo cinco condenas por robos calificados con un promedio de tres años y cuatro meses de pena.

Entre los hechos de robos simples hubo tres condenas con dos años y tres meses de prisión aproximadamente. El año pasado hubo seis veredictos con este tipo de hechos y el promedio de sanción fue de un año y cinco meses aproximadamente.

Los casos de robos en grado de tentativa sumaron este año cuatro, con un año y siete meses de condena en promedio. El año pasado hubo la misma cantidad de personas que se sentaron en el banquillo de los acusados por estos delitos y recibieron un año y medio de pena promedio aproximadamente.

El promedio de edad de las personas condenadas por robos es de 28 años, tanto entre los que recibieron sentencia este año como los del año pasado.

La edad que más se repite entre los condenados este año es de 27. Hubo tres personas entre los 13 sentenciados que tienen esa edad. El año pasado la edad más frecuente fue de 24 años. También hubo tres jóvenes de la misma edad que fueron condenados, aunque la referencia del año anterior son 15 condenas.

Desglosando las edades, se observa que este año hubo sólo un menor de 20 años y en 2008 no hubo menores de esa edad que fueran a la cárcel por fallos de la Cámara Primera. Hubo siete personas condenadas en 2009 que tienen entre 20 y 29 años, cuatro que tienen entre 30 y 39 años y uno mayor de 40.

En tanto, en 2008 hubo diez con edades oscilantes entre los 20 y 29 años, cuatro entre 30 y 39 años y uno mayor de 40.

Cómo se establecen las penas

"Somos exhaustivos para analizar las penas. Soy partidaria de las penas justas, ni penas blandas, ni duras, ni ejemplificadoras".

La jueza Nora Sucaría, de la Cámara Primera del Crimen, se explaya sobre cómo define las penas que se aplican a los delincuentes y cuenta cómo incide en los cálculos si el acusado es adicto o si es reincidente.

"Los parámetros que tomamos están establecidos en la ley. Tenemos los famosos artículos 40 y 41 que hablan de los agravantes o atenuantes. Hay que balancear la edad de la persona, la madurez… La madurez es una pauta como agravante, quien ya ha superado una etapa de la vida -que puede estar signada en los 28 ó 30 años en adelante- se quedan sin la atenuante de la juventud. No es justificada la inmadurez en esa etapa de la vida. Además, se consideran pautas como la imposibilidad de subsistencia de la persona. Ser reincidente es agravante, porque se le dio una posibilidad y por eso el reproche jurídico debe ser mayor. El tema de la droga es de terror, porque si bien es una pauta de mayor peligrosidad -sobre todo al momento de estar en condiciones de salir en libertad transitoria- al momento de determinar la pena a veces se toma como atenuante".

- ¿Qué grado de gravedad tienen los delitos de robos calificados, simples y tentativas, que son los que predominan contra la propiedad?

- Si uno lo mide teniendo en cuenta las penas que están establecidas en el Código Penal, estos delitos no son los más graves. No están en la punta de la pirámide de las condenas más fuertes. No se trata de hechos donde, con motivo de la violencia, se produjeran lesiones graves o gravísimas ni tampoco de robos seguidos de muerte, que son los más graves.

Fuente: lafogata.org