Argentina, la
lucha continua....
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Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
"El Clarín", estridente, sonó
María José Sánchez
"Si no andan prevenidos,
los medios de comunicación los
llevarán a odiar a los oprimidos
y amar a los opresores"
(Malcolm X)
Y a la voz de la Gran Jefa, la derecha corrió. Huyó de un recinto donde la
Democracia, Jefa y Señora, se paseaba pletórica, pues el enemigo, aquel que
históricamente amparó y creció bajo el poder de los golpistas y asesinos, se
batía en retirada. Por un lado, era esperable que el bolsillo de muchos
dirigiera sus votos, pero resultó lamentable observar como, sin descaro alguno,
se defendían posturas empresariales a capa y espada, que sólo reivindicaban una
Ley de la última Dictadura, como si el simple hecho de que fuera un Decreto de
Videla, que amparaba monopolios económicos y limitaba las voces del pueblo, no
fuese razón más que suficiente para cambiarlo.
Pero hay buenas noticias, muy a pesar de ellos. Hay buenas noticias porque se
votó por ideologías, por convicciones. Los que se fugaron amparados bajo el
techo de De Narváez, tienen las ideas muy claras: quieren el poder económico
para unos pocos que, casualidad, son ellos. Y los que se quedaron a dar el
debate, a expresar sus posturas, son los hombres y mujeres que hacen que tengan
sentidos estas líneas. No se trata de oficialistas u opositores, me niego a
pensar de manera tan simple. Nunca, en ninguna votación de leyes de envergadura
como la de Medios de Radiodifusión, la de Flexibilización Laboral, El Decreto
125 sobre las retenciones, etc., hay lugar para votos no positivos. Siempre es
igual, se vota en contra o a favor de los pobres. Pueden disfrazarlo como
quieran, pero al final de cuentas, es sólo eso lo que importa. Algunos han
venido errando el camino, y resulta agradable verlos cada tanto darse una vuelta
por la izquierda.
Lo que se logró con esta media sanción, lo que se logrará cuando los senadores
la aprueben en unas semanas, es un paso hacia adelante en la senda de la
libertad, alejándonos otro paso de la noche más negra de nuestra historia. A
aquellos que se arrastraban en la oscuridad hace 30 años, ganando fortunas por
mirar para otro lado, por ser funcionales al genocidio, que vivieron cómodos y
cobijados todos estos años, deberán empezar a acostumbrarse que a las ideas
ahora no se las calla con las botas, sino que se defienden con los votos.