Argentina, la
lucha continua....
|
Tucumán: A minutos de Casa de Gobierno, miles de personas viven en medio de arroyos de aguas cloacales
Esteban Stanich
Las calles de los barrios del sur de la capital son verdaderos manantiales de
aguas servidas. Es tal el volumen de líquido que va a parar a esa zona que el
sistema cloacal se colapsa en forma reiterada. Bocas de registros destapadas y
napas freáticas que rebalsan los pozos ciegos de las viviendas. Vecinos del
Mercofrut deben vivir con enormes piletones de materia fecal en las puertas de
sus casas. Un conflicto sanitario de vieja data.
No hay cuadra sin pestilencias. Los innumerables cauces de desechos cloacales
circulando por las destruidas calles de los barrios del sur de la capital son
una postal que, gracias a su permanencia, ya se volvió típica. Así viven miles
de vecinos del canal sur. Un gran número de ellos ni siquiera cuentan con
cloacas. Los pozos ciegos son una alternativa que deja a la delicada realidad
sanitaria como un complemento ineludible de la miseria en la que esta gente
vive.
La saturación de este precario sistema junto a la superficialidad de las napas
freáticas no da margen a una calidad de vida al menos digna. A tal extremo llega
esta situación que en los sectores más humildes, los vecinos deben compartir el
pozo de las pocas viviendas que aún soporta más desechos. En otras palabras, al
carecer de baños y tener sus pozos rebalsados deben acudir al del vecino. Por
más insólito y triste que parezca.
"Una vez que los inodoros y pozos se rebalsan toda la casa de llena de aguas
servidas. Inmediatamente se llena de moscas verdes y luego se forman gusanos.
Así se vive aquí. Las infecciones que padecemos son frecuentes. Estamos
abandonados por el gobierno", lamentó resignada Juana Rosa Alderete.
Fuera de las viviendas tampoco se encuentra alivio. El olor nauseabundo hace
irrespirable cada rincón de ese extremo de la capital. Allí van a parar los
líquidos cloacales de todo el norte y oeste de la ciudad. Es tal el volumen de
líquido que se transporta que el sistema se colapsa, las bocas de registro se
destapan y el agua fluye en forma permanente por las calles.
El panorama, pese a las inversiones que se están realizando, no parece
alentador. En el centro se están levantando alrededor de un centenar de
edificios pero la red cloacal, que ya tiene más de un siglo de antigüedad, en
proporción, creció muy poco. La casa de María Angélica Razuk es un ejemplo de
esta realidad. Ubicada en la intersección de La Rioja y Fortunata García, en Los
Vázquez, debe soportar, cada vez que llueve, la inundación de su vivienda por la
colmatación de su cámara séptica. Pese a esta contingencia, se siente
afortunada: está entre los "privilegiados" de la zona que sí cuenta con conexión
cloacal.
Detrás del Mercofrut, un polo infeccioso
El periplo por los manantiales de cloacas tiene un punto insoslayable en la
unión de los barrios Alejandro Heredia y El Salvador, detrás del Mercofrut.
La solución para "tratar" los desechos de la gran cantidad de baños que existen
en el centro de ventas frutihortícola fue la instalación de enormes piletones a
cielo abierto donde van a parar las aguas servidas (ver video aparte).
El foco infeccioso que estos pantanos de material fecal representan es difícil
de tolerar. Entre los olores nauseabundos, los mosquitos y un paisaje
deplorable, quienes allí viven se sienten habitantes de segunda.
Inodoros saturados, aguas cloacales que recorren las puertas de las casas,
pestilencias irrespirables. El asco ya se naturalizó entre los vecinos de la
zona.
"Ya no sabemos cómo quejarnos ante la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT).
Necesitamos que los camiones sanitarios vengan más seguido a captar los desechos
de los pozos rebalsados. Ahora, como los caños del Mercofrut que desembocan en
los piletones se trancaron no tuvieron mejor idea que arrojar los desechos
cloacales a la calle. Que todo el mundo sepa que este infierno se está viviendo
a pocos minutos de plaza Independencia", bramó en declaraciones a PRIMERA
FUENTE, Ángel Tolosa.