Argentina, la
lucha continua....
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Elecciones parlamentarias
Los idus de junio
Gustavo Robles
Muchos dirán, desde el espectro político de esa entelequia que es el
progresismo, y desde la izquierda, que en estas elecciones el pueblo se volcó
hacia la derecha.
En lo concreto, es cierto.
Sin embargo, habría que tener en cuenta "qué es la derecha" para el ciudadano
común, que siente que le mienten, lo estafan y lo angustian permanentemente
desde el gobierno K. Hay que vivir en el conurbano, enfrentando al aparato
directamente fascista y mafioso de los caudillos bonaerenses del PJ. Entonces la
línea que delimita el sector más reaccionario de la política se hace difuso y,
por lo tanto, confuso.
Para el entendimiento común de los habitantes de este suelo, la jornada del 28
de junio sirvió como oportunidad para darle una bofetada brutal a quien
identifica como el hacedor de sus males: el gobierno kirchnerista, que, como
Julio César en marzo, tuvo su idus en junio.
No importaba quién estuviese en frente: el asunto era votar en contra, y a quien
pudiera ganarle. Como, mayoritariamente, lo único que estaba construido aparecía
a la derecha del oficialismo, hacia allí fue el favor popular. La provincia de
Buenos Aires fue una enorme estaca en el corazón oficialista, y hasta en Santa
Cruz el pingüinaje recibió la pateadura.
El gran responsable, entonces, del crecimiento de la derecha más rancia, es el
propio gobierno.
Sin embargo, no todas son tan agrias: Macri, que aparece como gran ganador junto
con De Narváez, perdió alrededor de 20 puntos respecto del 2007. El
impresentable banquero Heller llevó al PJ a una de sus peores derrotas en la
Capital Federal. Y, más allá de las consideraciones que se puedan tener sobre
Pino Solanas y su Proyecto Sur, el voto allí depositado está a la izquierda en
el imaginario popular.
El voto castigo no fue solo para el gobierno, también existe una especie de
sanción (aunque en este caso por omisión), hacia la vieja y vetusta izquierda
sectaria y autoproclamatoria. Hace rato que está demostrado que esas viejas
formas de hacer política son ignoradas y cuando no repudiadas por las mayorías
populares. La insignificancia repetida hasta el hartazgo en las urnas debería
aleccionar a las eternizadas direcciones de su fracaso terminal.
Se vienen tiempos difíciles para el pueblo argentino. Se avizora un gobierno de
derecha explícita para el 2011. Para quienes soñamos con otro tipo de sociedad,
una donde no exista la explotación del hombre por el hombre, no queda otra que
dejar atrás los viejos vicios diluyentes y atomizantes, y encarar de una vez por
todas la construcción de una opción de masas desde la izquierda que se proponga
luchar por el poder en nuestro país.
Mañana mismo hay que empezar.
Esa es la tarea de la hora.
Cualquier otra cosa será funcional a los intereses de los explotadores.