Argentina, la
lucha continua....
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Demasiado tarde
Flavia Mameli
60 personas ya murieron a causa del virus de la gripe A (H1N1) y otras 100 mil personas estarían infectadas. Así, la Argentina ocupa el cuarto lugar en la lista de países con mayor número de casos en el mundo. Pero, ¿podría haberse evitado el avance de la pandemia en nuestro país? Contradicciones y letargo en la toma de decisiones políticas clave en un país semiparalizado por la amenaza del virus.
En la radio no para de sonar la letra de una canción: ``La culpa no es del chancho, sino del que le da de comer'', eco de una agenda periodística que rebalsa de noticias relacionadas con la gripe porcina, y cuyos titulares son poco alentadores: ``Ya hay en el país 100 mil contagiados por la gripe A``, ``País en emergencia``, ``Gripe A: falta coordinación para combatir la pandemia``.
El primer caso en nuestro país se conoció el 6 de mayo de este año, y desde entonces ya murieron 55 personas, cifra que autoridades del gobierno nacional recién admitieron el sábado 4 pasado. Los pronósticos acerca de qué pasará durante las próximas dos semanas, cuando la curva ascendente de la enfermedad alcance su pico máximo, son poco alentadores: se calcula que 2,5 millones de personas podrían contraer la enfermedad sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
Tras semejante panorama, y todavía con el fantasma del dengue sobre sus espaldas, la ex ministra de Salud Graciela Ocaña presentó el lunes 29 de junio su renuncia después de asegurar que jamás ocultaría información sobre la situación, a pesar de que ya era evidente un número de personas infectadas muy superior al que marcaban las cifras oficiales. También hay quienes comentan que ella sí habría advertido sobre la gravedad del escenario y sobre las medidas a implementar, pero que no se tomó la decisión política para atender la emergencia.
El mismo día de la renuncia de Ocaña, y tras conocerse el resultado de las elecciones, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que se reuniría con especialistas para evaluar la situación. Pero, ¿cuáles son los motivos por los qué todavía no lo había hecho?
Mientras tanto, 11 millones de estudiantes pierden tres semanas de clase – formalmente el asueto es de dos semanas, pero en verdad ya hace una semana que las escuelas están prácticamente vacías -, se convocan a médicos jubilados y estudiantes para cubrir guardias de emergencia, la Corte Suprema adelantó la feria judicial, y se decidió otorgar licencias especiales a embarazadas y a personas con problemas oncológicos o inmunodeprimidas, entre otras medidas.
Pero al tiempo que se agotan los barbijos y el alcohol en gel, y como en el reino del revés, el viernes pasado se vendieron 19.500 entradas para ver el partido de Huracán contra Vélez, que se jugó el domingo, y los shoppings permanecen abiertos y afinan el lápiz de las ofertas para evitar la disminución en sus ventas.
¿Qué evolución habría tenido la pandemia en nuestro país si no se hubiera ocultado la propagación del virus durante la campaña y las elecciones legislativas de junio pasado? ¿Qué habría pasado si los 1000 millones que acaban de otorgarse al flamante ministro de Salud Juan Luis Manzur para enfrentar la situación gripal hubieran estado disponibles para prevenir el mal cuando apenas era una amenaza?
Y como ya nos tiene acostumbrados, durante la conferencia de prensa que dio Manzur el 3 de julio, CFK volvió a criticar al periodismo, esta vez por difundir el número de pacientes infectados con el virus, y dijo temer que la información creara pánico y saturara los centros de atención. Pero poco dijo sobre el cachetazo electoral que recibió su partido el domingo 28 de julio. Desde entonces el tema de la gripe, tan eclipsado en tiempos de batalla política, reemplazó cualquier espacio para el análisis y la crítica sobre la gestión kirchnerista.
El saldo de sostener la campaña y las elecciones como si nada sucediera no es menor. Ahora, Argentina ocupa el cuarto lugar en el mundo - y el primer lugar en América Latina - en el ranking de países con mayor número de infectados, después de Canadá, México y Estados Unidos, región donde se generó la enfermedad. Por ello, la situación local generó las críticas de la Organización Panamericana de la Salud, entidad que lamentó que las elecciones ``hayan aplazado la atención de la gripe A``, tal como se advirtió desde Cancún, donde se realizó la Cumbre Mundial contra la pandemia, y anunció que esta semana enviará un equipo de especialistas a nuestro país.
Otra vez, y ésta aderezada con grandes contradicciones, la dirigencia política argentina llegó demasiado tarde.