Argentina, la
lucha continua....
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Quién es el grupo Techint y los intentos de satanizar las estatizaciones de Chávez
Gabriela Gurvich
Yvke
El legítimo derecho de nacionalizar empresas en manos de capitales privados
extranjeros que practica el presidente Chávez, es previsiblemente criticado por
los defensores de la expoliación nacional por parte de grandes grupos
económicos. Sin embargo estas medidas son los más genuinos pasos hacia un país
soberano, que está salvando a Venezuela de las garras del Grupo Techint. El
Gobierno argentino, amigo de ambos polos, intenta mantener sus relaciones
estratégicas tanto internas como externas.
A propósito de los recientes anuncios del presidente de la República Bolivariana
de Venezuela, Hugo Chávez Frías, sobre la próxima estatización de varias
empresas metalúrgicas, algunas de ellas de capital argentino. los medios
privados de comunicación no dudaron un segundo en salir a fustigar dichas
medidas. Se hace preciso indagar, aunque sea brevemente, sobre el origen de
estas decisiones y conocer a los implicados en ellas.
El Gobierno Nacional tomó esta decisión por dos cuestiones principales e
interrelacionadas. Por un lado tiene que ver con el camino hacia el socialismo
que el pueblo venezolano, de la mano de Chávez, decidió emprender hace varios
años. Para andar por estos senderos, los pasos hacia la soberanía nacional en
todas las esferas de la vida (económica, alimentaria, política, cultural, etc.)
se hacen indispensables.
En este sentido se hace necesario dar marcha atrás con mecanismos neoliberales
que tienden hacia el sometimiento al imperio y a la desnacionalización de toda
la nación. A grandes rasgos, las políticas neoliberales que prevalecieron en el
mundo durante sus años de apogeos en la década del 90 y principalmente que
hicieron pie en Latinoamérica de la mano de presidentes arrodillados antes
Estados Unidos, abogaron principalmente por un mercado desregulado, a partir de
la no intervención estatal en la economía.
Así se abrió las puertas al capital extranjero quienes asumieron el control de
empresas estratégicas en cada uno de los países, llegando a casos extremos como
que empresas privadas europeas tengan el control de los servicios públicos de
naciones latinoamericanas.
Mucho se ha dicho ya sobre la caída de este modelo, que actualmente se encuentra
dando sus últimos estertores de muerte. Latinoamérica ha sabido dar por el suelo
con este modelo a través de rebeliones populares y con la aparición de nuevos
líderes de corte progresista.
Este mínimo resumen pretende contextualizar brevemente los últimos
acontecimientos de nacionalizaciones en Venezuela.
El pasado Jueves el Presidente Chávez anunció la nacionalización de las empresas
Tavsa, Matesi y Comsigua, propiedad del grupo siderúrgico argentino Techint.
Esta decisión se toma, en general porque Venezuela hace 10 años decidió tomar
las riendas de su destino, y en particular porque de acuerdo con los sindicatos
de dichas empresas, los empleados no han cobrado en seis meses por lo que desde
el año pasado han solicitado la intervención del Gobierno por ser constante los
retrasos.
Se trata de una necesidad del país en general y de los trabajadores de esas
empresas en particular. "Estas empresas tienen que estar bajo control obrero;
así tiene que ser" expresó Chávez el jueves pasado.
Desde ese momento la prensa mas rancia y reaccionaria salio a criticar la
decisión. En Venezuela ya la conocemos, primero que no importa que haga Chávez
siempre lo criticarán, y segundo que lo harán más cuando se trate de medidas que
tiendan a la radicalización del proceso revolucionario, que afecta directamente
sus intereses personales, los cuales siempre se mantuvieron en detrimento de los
intereses del pueblo. Nada de sus pataleos nos extraña.
Por otro lado la prensa derechista argentina, que últimamente viene copiando
mecanismos de la venezolana, la cual sin duda es la peor prensa derechista de
toda Latinoamérica; se apresuró en salir a fustigar la decisión del Gobierno
Bolivariano y en tratar de marcar las diferencias que podrían generar con el
Gobierno argentino, especialmente remarcando la reciente visita de Chávez al
país sureño, durante la cual no habló de este tema.
El sábado el diario digital argentino infobae.com, perteneciente a Daniel Hadad,
un joven zar de los medios más recalcitrantes del país, publicó una nota
intitulada "Unánime rechazo de empresarios y banqueros a las nacionalizaciones
de Chávez". En ella explica como la Unión Industrial Argentina (UIA), Asociación
Empresaria Argentina (AEA) y otras asociaciones y particulares ligados al
empresariado nacional, se ven preocupados por al ola de nacionalizaciones que
lleva acabo el presidente de Venezuela, y ven en ellas un peligro para las
relacione comerciales entre ambos países.
Dicho sea de paso, los acuerdos de cooperación entre Argentina y Venezuela
vienen creciendo a grandes saltos, fortaleciendo el lazo entre ambas naciones.
Lo que quizás sea necesario que entiendan los empresarios argentinos, es que
para que las relaciones comerciales sean justas es indispendable que Venezuela
fortalezca su industria nacional y construya su soberanía. Para una relación
bilateral sana es necesario que los países respeten las decisiones económicas al
interior de cada nación.
En este sentido, los medios de comunicación opositores de ambos extremos de
Sudamérica, salieron en seguida a tratar de enfrentar a ambos gobiernos.
De todos modos, por el tipo de conflicto, y por la forma en que Chávez encara
estas nacionalizaciones, no necesariamente se plantea un problema para las
relaciones entre ambos piases. Recordemos que luego de aflojes y tironeos el
caso de Sidor se resolvió sin mayores inconvenientes para los Kirchner.
Vale aclarar que el grupo Techint mantiene una relación estrecha con el Gobierno
argentino. El gobierno Kirchner, desde los tiempos de Néstor, hasta los de la
actual Cristina, tiene en Techint su aliado poderoso para encarar su proyecto de
reconstrucción de una burguesía nacional. Objetivo que asumió en su discurso
desde que llegaron al poder en 2003. Paolo Rocca, presidente de Techint, estuvo
presente en varios actos kirchneristas, aplaudió sus medidas económicas, y el
grupo económico tiene un trato preferencial con el matrimonio Kirchner. Sin
embargo veremos como este grupo económico no responde a una burguesía nacional
digna de ser llamada así.
Primera reacción del kirchnerismo
Este lunes el ministro del Interior argentino, Florencio Randazzo, salió al
cruce para fijar una posición del gobierno respecto a las anunciadas
nacionalizaciones. y ante los reclamos de los grupos empresarios que exigen al
gobierno intervenir para revertir la situación.
Randazzo aseguró que el Gobierno buscará "un precio justo" para las empresas de
Techint.
"Por parte del gobierno argentino vamos a poner todo el empeño, absolutamente
todo el empeño para que, en caso de concretarse cualquier tipo de estatización,
sea a un precio justo, y podamos defender de esta manera todos las inversiones
que tienen nuestros empresarios en este país", afirmó Randazzo en declaraciones
a una radio argentina.
"Nosotros no estamos a favor de las estatizaciones en forma general", dijo
Randazzo, y aseguró que en el caso de AySA (Agua y Saneamientos Argentinos S.A)
y Aerolíneas Argentinas fueron "decisiones que hemos tenido que tomar porque no
teníamos otro camino".
El funcionario afirmó que en la última visita del presidente venezolano Hugo
Chávez no hablaron del tema, porque "respetamos la decisión de otro país".
Asimismo, recordó que en la conferencia de prensa en Casa de Gobierno, el
mandatario venezolano aseguró que continuará con las "estatizaciones de áreas
estratégicas"
Estas declaraciones pueden tergiversarse, pueden parecer algo ambiguas. Lo que
pasa es que el gobierno argentino desea mantener las relaciones en buen estado
tanto con el grupo económico como con el Gobierno Bolivariano, vínculos
asentados en diferentes intereses que no quiere ver afectados. Sin embargo
sientan una posición clara de un gobierno que no aboga por las estatizaciones a
nivel general, ya que no se trata de su proyecto que no es ni tan radical ni
socialista como el de Chávez; pero marca una postura de respeto de las
decisiones internas de sus países aliados.
Argentina no fustigo a Chávez por no anunciarles primero estas medidas, porque
sí anunció que continuaría con las estatizaciones, y luego porque se trata de
políticas que responden a problemáticas internas del país, en las cuales se ven
involucrados capitales extranjeros, pero no dejan de ser conflictos que se dan
al interior del territorio nacional y soberano de Venezuela.
¿Que hay en las entrañas de Techint?
Resulta interesante conocer un poco más en profundidad al Grupo Techint, su rol
en la historia industrial argentina y su papel adaptativo al modelo de turno,
siempre manteniéndose cercanos al poder. Conozcamos quienes son estos personajes
que Chávez está sacando poco a poco de Venezuela.
La familia Rocca siempre se mantuvo cerca del poder político. Agostino, el
fundador del imperio, trajo de Italia al terminar la Segunda Guerra Mundial su
título de ingeniero y el sello de una empresa embrionaria, la Compagnia Tecnica
Internazionale.
En 1954 Techint abrió en la afueras de Buenos Aires su primera fábrica de tubos
de acero sin costura, que prosperó al calor de la promoción estatal.
El gran salto del grupo se dio en los años 70 y principios de los 80 (años de la
más sangrienta y genocida dictadura militar, que no solo desapareció a toda una
generación de luchadores sino que desguazó a un estado que supo contar con una
industria nacional fuerte). La dictadura militar los ayudó, como a la mayoría de
las empresas nacionales y multinacionales, a disciplinar a sus obreros. La UOM
(Unión Obrera Metalúrgica) denunció la desaparición de decenas de afiliados y
hasta la presencia de escuadrones militares armados en sus asambleas.
Cuando el ministro de economía Domingo Cavallo estatizó la deuda externa privada
antes de la vuelta de la democracia, cerca de un tercio del total pertenecía a
los Rocca. Así el pueblo pagó y sigue pagando las deudas privadas de esta
familia.
En 1992, años del neoliberalismo más acérrimo de la mano de Menem quien
privatizó la mitad del país vendiéndolo a precios irrisorios, los Rocca se
alzaron con la privatización de Somisa.
El desmantelamiento de la industria siderúrgica estatal de esos años les
permitió concentrar gran parte de la producción y convertirse en una empresa de
nivel internacional. Así comenzó su expansión en el exterior y se consolidaron
sus exportaciones. Forman entonces el grupo Tenaris que constituye la principal
productora mundial de tubos sin costura.
Ya con Kirchner en el poder Techint expandió sus negocios en la obra pública y
se consolidó como un gigante siderúrgico en el mundo.
Sin embargo, hilando más fino, esta empresa nacional argentina no resulta ser el
mejor ejemplo de burguesía nacional.
Techint ha pasado a ser un Holding internacional con base en Luxemburgo. El
Centro de decisión de sus negocios ha dejado de ser Buenos Aires. Basta con
entrar en el sitio de Techint Group para conocer por ejemplo, las inversiones
del grupo en lugares tan distantes como Taschkent en la Federación Rusa, en la
India, en Egipto, o en los Estados Unidos.
El Techint Group ha sido absorbida en gran parte por el grupo financiero y
bancario que otorgó los créditos y el grupo monopólico que controla el acero en
Europa.
Sus accionistas de nacionalidad argentina se reducen a los descendientes de la
familia Rocca original.
Además se trata de una empresa que creció a costa del estado argentino y no con
él, pero siempre con la avenencia de sus gobiernos de turno, que tampoco se
caracterizaron nunca por ser abogados de lo nacional.
Esta empresa acumuló su capital captando el ahorro nacional y mediante
inversiones del Estado argentino
Techint, ganó hasta ahora, todo lo que Argentina perdió de ganar desde que
desguazó el Estado, desde que privatizó Somisa y desde que las empresas
siderúrgicas privadas cayeron al final bajo el control de ella.