Argentina, la
lucha continua....
|
![]() |
Frenar la depredaci�n
Ximena Cabral
HOY DIA - PRENSARED
La imagen de topadoras arrasando sobre los campos parece una postal que muestra las formas de acumulaci�n y depredaci�n para el siglo XXI. Tanto sobre el bosque nativo, como sobre las viviendas y las comunidades campesinas, el avance de la frontera agr�cola a partir de un desarrollo de modelo productivo agro-exportador va intoxicando generaciones enteras.
"Paren de Fumigar" gritan diversos colectivos en nuestra provincia preocupados por el avance de los agrot�xicos, mientras movimientos campesinos denuncian el hecho de un nuevo desalojo y enuncian "la tierra para quien la trabaja, la tierra para quien la sue�a". Otras mesas y convocatorias, por su parte, hablan desde derechos y la posibilidad de un nuevo ordenamiento territorial para frenar el desmonte.
La cantidad de acciones que se fueron desplegando en estos d�as ponen en evidencia dos cuestiones: la avanzada sobre los bienes comunes para el beneficio privado y las concepciones sobre para quien es la tierra.
Por los bosques
Hace siete meses que desde la Comisi�n para el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (COTBN) vienen organizando talleres participativos sobre c�mo es la situaci�n de los bosques y c�mo cuidarlos. Cruz del Eje, Sebasti�n El Cano, Villa Dolores, R�o Cuarto, Ballesteros, R�o Ceballos y Villa General Belgrano fueron parte de los escenarios donde se discutieron las comunidades locales sobre como deber�a pensarse el ordenamiento territorial de los bosques nativos.
Esta iniciativa de establecer zonas de desmonte, que fue promovida por una ley nacional (ley Bonasso), permite diferentes interpretaciones hacia dentro de las provincias. En C�rdoba, ante la emergencia que viene provocando el desmonte indiscriminado, diversos actores sociales de la universidad, del movimiento campesino y otros colectivos crearon la COTBN. En ese espacio de articulaci�n se realizaron talleres y se dise�� el mapa de Ordenamiento Territorial que ser� presentado en la Legislatura Provincial, donde ser� votado el proyecto definitivo-.
Y es desde all�, que la Convocatoria interpela al movimiento campesino, a la comunidad universitaria, a guardabosques, a la mesa de trabajo por los derechos humanos, y tantas otras coordinadoras y colectivos en defensa de los bienes comunes.
�Porque tantos actores?, �porque considerar que los bosques son parte de los bienes comunes? Al problema de la tala se encuentra directamente asociado al modelo productivo.
El avance de la frontera agropecuaria en la Argentina sojera va de la mano del desmonte para generar mas superficie de producci�n y, al mismo tiempo, de la mano de las fumigaciones y el uso de agroqu�micos.
Las denuncias por qu�micos en pueblos enteros como en Montecristo o en Las Pe�as (Totoral) sumadas a la experiencia de barriadas como Barrio Ituzaingo y las Madres que fueron denunciando un genocidio encubierto tras las malformaciones, y los casos de c�ncer, son parte de las �ltimas im�genes que recuerdan lo que estas comunidades hacen para no enfermarse, para no morir.
Claro esta que si no fueran estos mismos actores que siguen poni�ndole el cuerpo, organiz�ndose como resistencia, ni siquiera podr�amos conocer que en Argentina hay comunidades enteras, pueblos, barriadas que se enferman y mueren.
Del otro lado, desde la pol�tica institucional, la Ley Bonasso sale apurada despu�s de las inundaciones de Tartagal �se acuerdan de Tartagal, la tala y la necesidad ante el diluvio de que seamos "todos solidarios"? y atada a las interpretaciones arbitrarias que puedan sucederse en las pujas de intereses de cada provincia.
Mas all�, recordamos el veto a la ley de Glaciares, la llegada de Pascua Lama (el emprendimiento minero que eriza la imaginaci�n al pensar en el cianuro y comprobarlo con la cantidad de denuncias que tienen en Chile donde ya extraen) y exhiben una forma obscena de la voracidad de los intereses y los lazos entre poder pol�tico y econ�mico. �El costo? Generaciones hipotecadas.
La maquinaria
"En el t�rmino de 24 horas deben desalojar" lee Roberto Bustamante en el paraje rural "Las Chu�as", la semana anterior. Roberto, Ezequiel Bustamante, su padre, trabaj� all� para Ernesto Pe�a de 1976 a 1978. El patr�n, abandon� el campo, a su empleado y su familia por m�s de 22 a�os. En cuyo lapso el cuidado del campo recay� en quienes son sus leg�timos poseedores y due�os por m�s de 30 a�os.
Esta situaci�n es reproducida hoy e intensificada despu�s que se instala la Argentina como el pa�s de los agronegocios. Los primeros testimonios de Ramona Bustamante como icono del desalojo lograron pasar las pantallas, pero desde all� se viene arrasando con las tierras de las familias campesinas desde el silencio en la escena p�blica medi�tica.
�Cual es el lugar para Roberto si se lo expulsa de su tierra?, �venir a la periferia de las ciudades?, �o quiz�s luchar alguna esquina para limpiar vidrios?, �que lo lleven detenido por su portaci�n de rostro "con las "modernas" topadoras de ciudad?.
En este punto, la p�rdida de tierra implica p�rdida de sociabilidad, de formas de vida, de encuentros, de patrones culturales, de formas de sue�os.
Al respecto, Horacio Machado, docente-investigador e integrante de la Uni�n de Asambleas Ciudadanas (UAC) aclaraba que "este modelo agr�cola, basado en la semilla transg�nica y el uso intensivo de agrot�xicos y energ�a f�sil, constituye en realidad una gran maquinaria extractiva, que absorbe y expropia no s�lo las energ�as naturales de los territorios sino tambi�n las energ�as sociales de las poblaciones finalmente desplazadas de �stos, sus h�bitats y sus fuentes alimentarias originarias."
Al mismo tiempo, y en forma parad�jica, aclaraba como quienes "tienen conciencia de este �saqueo a gran escala� son, para el sentido com�n dominante, las poblaciones hist�ricamente estigmatizadas como �atrasadas�, los pueblos originarios y las comunidades campesinas que a lo largo de sucesivas generaciones con-vivieron con el monte, administrando la �vida� en su diversidad en una perspectiva de �sustentabilidad real�, que es la del largo plazo de los ciclos de vida."
Agronegocios, herbicidas, plaguicidas y el despu�s son parte de las formas de arrasar tierras, habitat, vidas en un modelo neocolonial extractivo. En este escenario defender el verde, el arraigo a la tierra, y la necesidad del "Paren de" son parte de las urgencias, por m�s que el empapelado de campa�a nuble el bosque.