Argentina, la
lucha continua....
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A 22 años de la masacre de Budge
Con la larga lucha del pueblo, los asesinos fueron a la carcel, pero la
represión y el gatillo fácil siguen
¡ LA LUCHA CONTINÚA !!!
El
8 de Mayo se cumplieron 22 años de la Masacre de Ingeniero Budge donde fueron
acribillados Willy, el Negro y Oscar por la policía del gatillo fácil. Después
de dos juicios orales y una condena a 11 años de prisión, los 3 policías
asesinos se profugaron, gracias a la complicidad de la Policía y el Gobierno.
Sin embargo, lejos de irnos a nuestras casas a masticar la bronca, comenzamos
una larga campaña popular para encontrar y encarcelar a estos tres asesinos.
Fueron muchos años de luchar contra la impunidad montada por la Policía, por
esta "Justicia" trucha y por todos los Gobiernos de turno. Pero la lucha popular
nos volvió a demostrar que sigue siendo el camino a seguir, ya que finalmente
hemos logrado que los tres asesinos vayan a prisión.
Pero la lucha continúa, de hecho el asesino Juan Ramón Balmaceda, se encuentra
en la actualidad gozando del beneficio del arresto domiciliario. Nosotros no
vamos a parar hasta lograr la carcel común y efectiva para todos estos
represores.
La profundidad y gravedad de la marginación y explotación de los miles de
trabajadores y trabajadoras ocupados y desocupados hace que nuestros pibes no
solo queden excluidos del sistema de salud, educación, vivienda y toda
contención social sino que sean asesinados por la política del gatillo fácil a
razón de un muerto cada día y medio.
Para justificar estos homicidios se criminaliza a las víctimas poniéndolas en el
banquillo de los culpables. Y a los principales asesinos y delincuentes de este
país los ampara el poder político y judicial. Eso sí, al gobierno no le tiembla
el pulso a la hora de reprimir cualquier intento de organización y resistencia
por parte del pueblo.
La represión policial e institucional es una herraienta que garantiza a este
sistema hacer mas ricos a los ricos y mas pobres a los pobres. Por eso el
Gobierno de los Kirchner centra la represión y la criminalizació n de la
protesta social sobre aquellos reclamos populares que no puede controlar.
Es evidente que a este Gobierno que se autoproclama "defensor de los derechos
humanos", se le cae la careta todo el tiempo. No solo no hizo nada para
encarcelar a los asesinos de la Masacre de Budge, sino que sigue utilizando a la
policía para "meter bala" y defender los intereses de los ricos, usando el
argumento de la "seguridad" para reprimir al pueblo.
Pero seguridad nada tiene que ver con represión. Todos queremos vivir en una
sociedad segura. Para el pueblo seguridad es tener trabajo, salud y educación
pública y gratuita, vivienda digna, derechos laborales.
Por eso no no sorprende que nuevamente se intente instalar el debate sobre la
"pena de muerte". Es que cuandoando hablan de pena de muerte, indefectiblemente
la relacionan a delitos cometidos por los pobres. Siempre se seleccionan con una
lógica de clase los delitos que deberían merecer la pena de muerte,
permanentemente se la relaciona con el "pibe chorro" que se afanó la 4x4, pero
nunca con los grandes crímenes que se cometen en nuestro país. No resulta
curioso, que quienes sostienen ese tipo de discursos no se desgarren las
vestiduras pidiendo pena de muerte para los genocidas, ni para los autores
materiales e intelectuales de la desaparición de Jorge Julio López, de la
masacre del 19 y 20 de Diciembre, del Puente Chaco - Corrientes o de la Estación
Avellaneda, solo por citar algunos ejemplos. Tampoco la piden para los
responsables de la voladura del arsenal de Río Tercero, ni para los responsables
de la muerte de los obreros en las minas de Río Turbio, ni mucho menos para los
empresarios que son responsables de las muertes de cientos de personas en Dock
Sud producto de la contaminación, ni para la "clase dirigente" que -mediante sus
políticas- son responsables de que en nuestro país cotidianamente se mueran
pibes por desnutrición infantil y enfermedades evitables. Jamás pedirán pena de
muerte para los "famosos" que contrabandean autos o arrojan a sus mujeres por la
ventana, y que nadie crea que es por una cuestión de frivolidad. Todos sabemos a
que se refieren cuando hablan de pena de muerte.
Siempre se utilizan este tipo de discursos y movidas políticas para avalar la
intensificació n de las políticas de mano dura, represión y criminalizació n de
la pobreza y de la protesta. Es decir, quienes insertan ese debate, no apuntan a
que se instale la pena de muerte en términos legales, pero mediante ese discurso
se sigue avalando la profundizació n de la criminalizació n de la pobreza y
fundamentalmente la otra pena de muerte, la que se aplica sistémicamente en
nuestro país, que es ni mas ni menos que el gatillo fácil.
Las víctimas del "gatillo fácil"son en su inmensa mayoría pobres, habitantes de
barriadas humildes, de asentamiento, de villas, o luchadores populares como
Victor Choque, Teresa Rodriguez, Anibal Verón, Carlos "Petete" Almiron, Darío
Santillan , Maximiliano Kosteki y Carlos Fuentealba, entre tantos otros.
Por eso en este 22º aniversario de la Masacre de Budge, exigiremos nuevamente
juicio y castigo para todos los asesinos de ayer y de hoy.
La masacre de Budge no fue el primer caso de gatillo fácil sino el primero en
que todo un barrio se organizó para pelear contra la impunidad.
Con este ejemplo de Poder Popular que fuimos creando a lo largo de estos 20
años, con el recuerdo siempre presente de los chicos de Budge, pero también de
los 30.000 desaparecidos y de los pibes asesinados por la represión policial,
con el ejemplo militante de queridos compañeros que fueron artifices de esta
lucha como Agustín Ramirez, Carlos "Petete" Almirón y el Toto Zimerman, nosotros
seguiremos enfrentado la represión y la impunidad con unidad, organización y
lucha, enmarcados en la gran batalla estratégica: la derrota del capitalismo.
Convocan:
CADeP (ex Correpi-sur), Biblioteca Popular 20 de Diciembre, Encuentro de la Resistencia Indígena , Barrial y Campesina, Centro Cultural Los Querandíes, Casa Tucural, ORCOPO y Foro Hídrico de Lomas de Lomas de Zamora.