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Argentina, la lucha continua....

Las armas p�blicas

Miguel A. Sem�n
APE

Donde empiezan los l�os

es a partir de que una mujer dice

que el sexo es una categor�a pol�tica

Roque Dalton

La diputada peronista Inocencia Charole, perteneciente a la etnia toba, denunci� que quienes manejan el plan de ayuda social Paicha, destinado a asistir a poblaciones abor�genes del Impenetrable, obligaron a ni�as wichis de entre 13 y 15 a�os a tener sexo a cambio de comida.

El plan, cuya finalidad era acudir en ayuda de las comunidades en emergencia alimentaria y sanitaria, fue implementado por el actual gobierno chaque�o, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre el problema.

La noticia publicada en el diario Clar�n del 19 de marzo no provoc� reacciones de famosos ni de ciudadanos comunes que reclamaran penas ejemplares para los violadores de ni�as hambrientas. Semejantes omisiones hacen pensar que tal vez estemos construyendo una sociedad donde muchos creen, como en algunos pa�ses africanos, que la violaci�n es el �nico delito cometido por la v�ctima, aunque la v�ctima tenga catorce a�os y los victimarios sean tres hombres adultos, fuertes y criminalmente sanos.

Tal vez entre nosotros existen los corruptos capaces de excitarse con el hambre humana y los corruptos capaces de justificarlos. Al fin y al cabo los violadores, dicen, encuentran el placer en la indefensi�n o la vulnerabilidad de la v�ctima y la desnutrici�n, la pariente m�s dram�tica y despojada de la desnudez, coloca a quien la padece en el extremo de la vulnerabilidad.

Pero las cosas no vienen porque s�. Todo esto pasa en una provincia hist�ricamente hambrienta y violada y en la que hoy, pese a que las autoridades sostengan que ha disminuido el �ndice de mortalidad infantil, ha aumentado la desnutrici�n en la franja de ni�os de 2 a 5 a�os.

Como para afianzar la vulnerabilidad y seguir agregando clientes a los encargados del Paicha, el gobierno redujo el presupuesto de salud para la compra de medicamentos. Tampoco tiene previsto comprar ambulancias en una provincia donde la gente muere en camino a los centros de atenci�n y no se piensa invertir en obras de infraestructura ah� donde los puestos sanitarios, como en el Impenetrable, son devorados por los yuyos.

La desinversi�n en salud p�blica s�lo se traduce en muertes y otras verg�enzas: Mar�a Soledad Medrano, muri� el 5 de febrero de 2009 a los 25 d�as de vida, 4 d�as despu�s de ingresar en el puesto sanitario de Bermejito. La ambulancia estaba fuera de servicio.

Irene Ch�vez, 2 meses de pobreza sin fondo la matan de muerte s�bita en el camino entre La Rotonda y Fort�n Lavalle, a 10 kil�metros del puesto sanitario de Bermejito.

El beb� de Alicia �lvarez, una nena de 14 a�os, muri� despu�s de haber vivido y sufrido 4 meses en el casco urbano de la Villa R�o Bermejito.

En el curso de 7 meses, 10 beb�s tobas murieron en el �rea de cobertura de ese puesto sanitario.

En Chaco las viejas enfermedades vuelven fortalecidas y cada vez m�s gente acude, como puede, a los centros sanitarios sin encontrar respuestas. No existe pol�tica de salud, ni pol�tica en general que sea eficiente, equitativa y solidaria, tal vez porque no somos eficientes, equitativos ni solidarios.

La salud p�blica no s�lo es una variable de ajuste del gasto de estado, ahora tambi�n es un arma p�blica y privada, como la hoja de una navaja apoyada sobre el cuello de los que se acercan a pedir ayuda.

Fuente: lafogata.org

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