El tizón no es cualquier fuego... El tizón es dejado encendido por alguien con
el compromiso para que el que venga después lo mantenga prendido. Es una
transmisión que merece respeto, cuidado y cariño por lo anterior. Nosotros en
Misiones, en medio de la cosecha de la yerba, dejamos los tizones para los que
vienen después. Porque ellos conocen a los que encendieron el fuego y entonces
la posta no viene de la noche anterior. Viene del fondo de la memoria.
Eso es lo que hacemos los tareferos, los cosechadores de la yerba... Por esos
tizones, por esa memoria nosotros pedimos que se deje de tomar mate en la
Argentina hasta que termine la explotación en contra nuestra. Nos pagan centavos
y cuando cortamos la ruta no solamente no somos noticia sino que terminamos
presos. Por eso los misioneros hacemos los tizones. Porque sabemos que esto
viene desde hace rato. Acá hay un modelo agro pastero turístico que nos está
matando de a poco a cada uno de los hijos del pueblo. Y eso es lo que hay que
parar. Hasta pedimos la nacionalización del Parque de las Cataratas porque está
privatizado en una UTE que hace grandes negocios a costa de todos los misioneros
y eso no puede ser. Porque si sigue este modelo agro pastero turístico
depredador se van a seguir muriendo los chiquitos guaraníes y los hijos
nuestros, de los tareferos -dijo un tarefero misionero en plena Capital Federal
durante el último sábado de marzo de 2009.
Necesitaba contar que la vida y los sueños de los misioneros depende de un
modelo que explota los recursos naturales y humanos con total impunidad en aras
de la exportación de las bellezas de la geografía provincial.
El relato del tarefero explica la desesperación de las chiquitas y chiquitos
guaraníes.
Y su voz debería encender otros tizones de memoria y dignidad más allá de la
provincia de Misiones.
Si continúan los ejes de la explotación irracional no habrá vida para miles y
miles de misioneros.
Eso explica la continuidad de las noticias en torno a los pueblos originarios de
la tierra roja.
Tres chiquitos mbya están internados por desnutrición en la capital de Misiones,
en Posadas.
Una obscena repetición de víctimas que siempre provienen del mismo lugar.
Dicen las noticias que "el caso de más larga data es el de una niña de dos años
de la aldea Fortín Mbororé, internada hace 22 días al cuidado de su abuela
Rogelia. Según Norma Benítez, directora del nosocomio, la niña fue dada de alta
para ser trasladada a Puerto Iguazú".
Pesaba menos de cuatro kilos cuando fue internada. "Hace una semana esperan que
se efectúe el traslado de la pequeña a un hospital de Puerto Iguazú, pero desde
Salud Pública no han puesto a disposición una ambulancia", indicó Arnulfo Verón,
director de Asuntos Guaraníes. "No podemos llevarla en nuestros vehículos porque
no están equipados para ese tipo de traslado y la niña está muy débil", se
resignó el funcionario.
Los otros casos son el de un niño de la Aldea Katupyry de dos años que está en
el hospital hace diez días y un niño de un año y seis meses de la Aldea Teyú
Cuaré.
"Uno presenta un cuadro de diarrea crónica y el otro de diarrea aguda. El
primero permanecerá internado hasta que se detecte la causa y el otro hasta que
finalice el tratamiento", explicó Benítez.
Como dice el tarefero es hora que vuelvan a encenderse los tizones.
No solamente de la memoria y la dignidad, sino también de la rebeldía.