Argentina: Trabajadores rurales, entre le explotación y el
olvido. Las vaquitas son ajenas
La Central - Acta
Es uno de los grupos más explotados del movimiento obrero. Sus dirigentes
denuncian que el 90% de sus trabajadores están en negro y aseguran que en la
provincia de Buenos Aires, su área es "el paradigma de la explotación infantil".
Rurales, el sector olvidado.
En nuestro país existen un millón y medio de obreros rurales que se ven
obligados a desarrollar sus labores dentro de un marco de explotación. Maltrato,
hacinamiento, trabajo en negro e infantil son algunas de las problemáticas más
comunes. Los dirigentes sindicales señalan que la raíz de todos estos problemas
está dada porque aún los rige una legislación creada durante la última dictadura
militar.
Victoriano "Tocho" Torres, secretario general del Sindicato de Trabajadores
Rurales, Estibadores y Afines (SITRE-CTA), señaló al respecto: "cada uno de
nosotros pusimos nuestro granito de arena para echar a la dictadura. Ahora hace
ya 25 años que recuperamos la democracia y los trabajadores rurales seguimos
encuadrados dentro de una ley que firmaron Martinez de Hoz, Videla y Arguindegui."
"Queremos volver a la Ley de Contrato de Trabajo -afirmó Torres-. Queremos
recuperar nuestra dignidad. Queremos trabajar 8 horas y no 15, 16 o 17, por 15
pesos. Queremos un salario digno."
Trabajadores apícolas, avícolas y agrícola-ganaderos fueron divididos en 55
ramas cuyas escalas salariales varían según pertenezcan a una de las seis
regiones en que fue fragmentado el país.
Los dirigentes del SITRE denuncian que el trabajo en negro en la provincia de
Buenos Aires es superior al 90%; pero que ésta no es la única manera que
encuentra la patronal para explotar a sus trabajadores.
Ramón Adolfo Borri, apoderado del sindicato en la sexta sección (Partido Bahía
Blanca) señaló que "contratan al trabajador como peón general para pagarle 1.000
pesos; pero luego lo hacen trabajar en otra función, por ejemplo de puestero, en
las que tiene que cumplir muchas más obligaciones y por las que tendrían que
pagarle 1.400. En la ciudad esa diferencia tal vez no sea importante, pero en el
campo 400 pesos es muchísimo".
"Uno de los sectores que más sufre la explotación es el de los llamados
cebolleros -comentó Borri-. Se trata de trabajadores nómades que durante la
época de cosecha son traídos como ganado y se los hace vivir hacinados en
galpones que durante el resto del año son usados como gallineros o depósitos.
Les tiran los colchones sobre el piso de tierra y que se las arreglen."
Luego agregó que "son de los que más se aprovechan, de ellos y de las familias
numerosas. En estos casos se suelen dar muchos casos de trabajo infantil. Por
unos pesos más laburan todos los hijos de la familia".
En nuestro país hay más de un millón de chicos trabajadores y se calcula que, de
estos, 200 mil están vinculados a quehaceres rurales.
En este sentido, el abogado del SITRE, Oscar Espinosa señaló que "en la
provincia de Buenos Aires, el paradigma de la explotación infantil es el sector
rural".
"Existe una cantidad enorme de chicos en edad escolar -agregó Espinosa- que no
pueden asistir a clases porque están cosechando con sus padres, o plantando en
los invernáculos, o en los surcos".
"En el sector rural uno encuentra todos los métodos de presión que se pueda
imaginar. Desde la coacción personal, hasta la sutileza en los mensajes. Incluso
contratan a determinados hombres porque saben que son el jefe de familias
numerosas donde trabajan todos", señaló.
Espinosa concluyó con una sentencia casi lapidaria al afirmar que "en el campo,
lo único que se hereda es la pobreza".