Argentina, la
lucha continua....
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Lucas
Carlos del Frade
APE
La guerra contra los pibes continúa.
No hay consideración alguna contra el enemigo.
No hay cuidados especiales para sus heridos.
Después vendrán las justificaciones ante los grandes medios de comunicación que
deben hacer creer que no existe la guerra contra los pibes.
Uno de los territorios más bombardeados por el hambre inventado es la provincia
del Chaco, cuya naturaleza original era una monumental demostración de
vitalidad.
Siglos atrás, sus pueblos convivían en armonía con la tierra, el agua, la flora
y la fauna. Cada nacimiento era un regalo y no había palabras con las que
nombrar a la pobreza o la riqueza.
Hasta que el capitalismo se hizo entender.
Saqueo de recursos naturales y explotación de recursos humanos, hasta la
extinción de ambos.
Cuando las mayorías de empobrecidos se tornaron molestas por su potencial
indignación y necesidad de cambios, comenzó la guerra contra los pibes.
Y más allá que las grandes cadenas nacionales de televisión suelen saldar su
cuota de complicidad con informes sobre lo que ocurre en la provincia del Chaco,
la idea es naturalizar la ausencia de toda moral en la evolución del exterminio.
Lucas González se llamaba un chico del puebl wichí. Lo llevaron desde El
Sauzalito hasta el Hospital General Güemes, en Castelli, una de las ciudades más
importantes del Chaco. Murió durante el viaje.
-El chico no murió por el problema de salud, si bien era grave, murió por la
asfixia que le produjo la tierra que entraba en la camioneta que lo trasladaba
-sostuvo Mercedes Sánchez, integrante del Movimiento Independiente de Jubilados
y Desocupados.
Lucas tenía meningitis y no hay mayores explicaciones sobre el traslado bajo una
temperatura de cuarenta grados.
-La madre y los demás familiares se dieron cuenta cuando llegó la ambulancia al
hospital que el chico ya había fallecido; en ese momento, el chofer de la
ambulancia lloraba y decía este chico se murió de tanta tierra que tragó... Hay
mucha discriminación en el hospital, ellos dicen que los criollos no les
entienden lo que dicen. Por ahí no hay medicamentos, por ahí no hay médicos. Hay
muchos chicos desnutridos, deshidratados, con fiebre, que necesitan una atención
urgente... Hasta que buscan un médico y lo traen, pasa mucho -agregó Sánchez
que, por otra parte, presentó una denuncia ante la fiscalía de investigación
número dos por la muerte de Lucas.
Así es la guerra contra los pibes.
No hay reparos de ningún tipo: Lucas murió porque lo tiraron en una camioneta
bajo un sol arrasador que levantaba la temperatura hasta los cuarenta grados y
tragó tierra hasta que se asfixió.
¿Qué harán los integrantes de la fiscalía número dos?
¿Iniciarán el necesario juicio por genocidio que merecen los que hace tiempo
llevan adelante la guerra contra los pibes en la provincia del Chaco?
Mientras tanto, en los luminosos pasillos de multinacionales, bolsas de comercio
y edificios de élite, los verdaderos impulsores de la guerra contra los pibes
siguen celebrando su impunidad.