Argentina, la
lucha continua....
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Reclamo rural
Néstor Sappietro
APE
Es probable que el título de la nota de lugar a alguna confusión.
De un año a esta parte, uno escucha "reclamo rural", y enseguida se le amontonan
palabras que entraron a su vida sin pedir permiso...
Retenciones, mesa de enlace, la 125, trigo, soja, sequía, crédito, propuesta...
Uno lee "reclamo rural" y presiente palabras que aparecerán otra vez incluidas
en algún discurso. Palabras amenazantes, insistentes, reiteradas...
Entonces, es posible que el lector fastidiado de asistir a la mezquina lucha de
intereses que dejan afuera a las mayorías, haya decidido pasar de largo esta
crónica.
Sin embargo, aunque no ocupe la agenda informativa, aunque no esté instalado
como un tema que decidirá el futuro del país; existe otro reclamo rural.
Un reclamo impostergable que no tiene tiempo para buscar acuerdos.
El informe sobre la desnutrición en las escuelas rurales argentinas dado a
conocer por la Asociación Civil de Padrinos de Alumnos de Escuelas Rurales (APAER)
no admite negociaciones, sencillamente, porque lo que está en juego es la vida
de los pibes.
"Alimentación en las escuelas rurales" es el título del informe que recoge
estudios realizados por la fundación. En él se concluye que el norte de Córdoba
y Santa Fe, Misiones, Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Salta y Jujuy son las
provincias "más comprometidas", con índices de desnutrición de 20 por ciento de
los alumnos de colegios rurales, y además, con un "alto grado de subalimentación".
Los problemas más graves de desnutrición y subalimentación corresponden a las
provincias de Misiones y Chaco, en donde el Estado aporta entre 29 y 50 centavos
por alumno para su alimentación. Mendoza está en "alerta rojo nutricional".
"La gran mayoría de los niños de zonas rurales no están recibiendo la
alimentación adecuada en la etapa del desarrollo y esto llega a producir
trastornos importantes en su evolución, muchos niños discapacitados mentales
tienen su origen en esta desnutrición en la edad temprana", dijo la asociación.
La titular de APAER, Noemí Delellis de Arbetman, reclamó al ombudsman Eduardo
Mondino que inste a las autoridades a ampliar el envío de dinero y alimentos a
alumnos, tal como lo hizo con los gobiernos chaqueño y nacional por la muerte de
veinte personas en Chaco por desnutrición.
Los chicos faltan a la escuela porque se enferman con facilidad.
Los que pueden ir, difícilmente logren alcanzar los conocimientos, porque el
hambre les empuja los ojos. El cansancio y el sueño le ganan la pulseada a la
necesidad de aprender a leer y escribir, a sumar y restar.
El diagnóstico es conocido, la desidia estatal y la indiferencia de quienes solo
aspiran a seguir acumulando riquezas, condenan a nuestros pibes a un retraso en
el crecimiento, a daños que son irreversibles en su desarrollo físico e
intelectual y a contentarse si logran sobrevivir.
Hay otro reclamo rural.
Un reclamo de voces olvidadas.
Un reclamo que transita otras palabras.
Hambre... desnutrición... discapacidad... soledades... futuro...
Palabras que no encuentran espacio en las agendas y, finalmente, terminan
sepultadas en el abandono más feroz.
Hay palabras que reclaman ganancias y otras que reclaman comida...
El problema, como siempre, es la vara que mide las urgencias.