Argentina, la
lucha continua....
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�Contra la Maldita Inseguridad, Consejeros de Seguridad se necesitan!
Carlos A. Bozzi
El ortiba
Es sabido que los consejeros de seguridad y sus instituciones proliferan
cuanto mayor aumenta el desconcierto ante el delito, causando severos impactos
emocionales con sus opiniones y diagn�sticos de soluciones m�gicas, lo que
acarrea m�s confusi�n e intranquilidad a una sociedad desconcertada.
Algunos hablan por ignorancia, otros mienten a sabiendas proponiendo "tremendas
soluciones penales", los pol�ticos hacen campa�a con el tema y dentro de este
panorama, las voces sensatas pasan inadvertidas. La polic�a se excusa alegando
que la justicia es "flexible y garantista", los pol�ticos acusan a la polic�a y
al incumplimiento de las leyes por los jueces y los jueces aducen que la
soluci�n del tema est� exclusivamente en manos de los pol�ticos, que obviamente
miran para otro lado. Los unos alegan que la situaci�n actual se debe a las
"pol�ticas garantistas" y los otros sostienen que por no haber seguido sus
consejos, el problema, no solo no se soluciona, sino por el contrario, se
agrava. As� , medios de difusi�n de noticias mediante, sigue la ronda, cada uno
agarra su sortija, gira y gira en la calesita, el problema persiste, nadie saca
el premio y la sociedad mira incr�dula como d�a a d�a despierta con una tragedia
m�s.
Se exponen ejemplos, como el de aquellos pa�ses en donde "el que mata muere",
olvidando quiz�s que en esos lugares, tambi�n al que ofende se le corta la
lengua y al que la roba, se le corta la mano,con lo cual ,muchos de estos "segur�logos"
se ver�an en serios problemas a la hora de querer marcar alg�n n�mero de
tel�fono o tratar de llevarse un bocadillo a la boca, tenedor mediante. Ante
cada hecho luctuoso, se propo nen planes de "guerra", compra de patrulleros,
reclutamiento de efectivos, c�maras de videos, incremento de penas y reformas
procesales que siempre terminan en un leve maquillaje de leyes ya existentes y
rigurosamente incumplidas.
El sensacionalismo se nutre en forma descarada del sentimiento de cada familia
afectada por la delincuencia, construyendo un sistema medi�tico-penal que reduce
el tema de la inseguridad a los delitos contra la vida, cometidos por un oscuro
y oculto ej�rcito de j�venes que no superan los 18 a�os de edad ,contra los
cuales no hay polic�a, juez o pol�tico que pueda. As�, la inseguridad queda
reducida a ese grupo "etario", que abunda en villas miserias y que por alg�n
designio b�blico, hoy irrumpen en el espectro social, ignor�ndose la raz�n de
esta explosi�n delictiva, en un pa�s donde los "ladrones de antes" ten�an
c�digos, que esta nueva gente elude en cada unos de sus hechos. Obviamente,
fuera de este concepto de "seguridad" quedan los "delicuentes de cuello blanco",
los cr�menes en la alta y media clase social ,aquellos que afectan a em
prendedores de negocios turbios, a los que se denomina como "j�venes
empresarios", que alg�n "error" habr�an cometido, los negocios del mercado de
medicamentos, la proliferaci�n de desarmaderos adonde diversos sectores sociales
recurren por repues tos baratos, la conocida venta de drogas en boliches "vip",
el comercio de personas y el lavado de dinero, entre otras actividades. De estos
delitos, no suele haber estad�sti cas, pero igual producen la muerte de
personas, obviamente, no anunciadas en la tele visi�n.
"El miedo es la materia prima de las pr�speras industrias de la seguridad
privada y del control social. Una demanda firme sostiene el negocio. La demanda
crece tanto o m�s que los delitos que la generan, y los expertos aseguran que
as� seguir� siendo. Florece el mercado de las polic�as privadas y las c�rceles
privadas, mientras todos, quien m�s, quien menos, nos vamos volviendo vigilantes
del pr�jimo y prisioneros del miedo", dec�a Eduardo Galeano en un art�culo
escrito para la p�gina web "Rodelu.net",La Jornada de M�xico, el 4 de junio de
2006.
Y conclu�a:"Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo. Los que no
trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo. Quien no tiene miedo al
hambre, tiene miedo a la comida. Los automovilistas tienen miedo de caminar y
los peatones tienen miedo de ser atropellados. La democracia tiene miedo de
recordar y el lenguaje miedo de decir. Los civiles tienen miedo a los militares,
los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la
falta de guerras. Es el tiempo del miedo. Miedo de la mujer a la violencia del
hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo. Miedo a los ladrones, miedo a la
polic�a. Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al ni�o sin
televisi�n, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al d�a sin
pastillas para despertar. Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo
que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir"�
No es ocioso, remarcar que la Seguridad P�blica como bien social es un concep to
que va m�s all� de la inmediata protecci�n contra el delito. Constituye la base
necesaria para el ejercicio de la libertad, se vincula directamente a la
existencia de un estado democr�tico y a la participaci�n de los derechos b�sicos
del bienestar social, actuan do como elemento �nico para garantizar el
desarrollo de una mejor calidad de vida. Pero a su vez, el ciudadano mide la
seguridad como una "sensaci�n " y a diferencia de otras pol�ticas p�blicas, la
seguridad debe dar respuesta a dos niveles distintos: el subjetivo y el
objetivo, la sensaci�n y la amenaza real.
Esta relaci�n entre sensaci�n subjetiva y causas objetivas requiere de una dosis
de serenidad y equilibrio fundamentalmente por de los decisores p�blicos, que ge
neralmente nunca se tiene. La sensaci�n de inseguridad se retroalimenta y
adquiere peligrosas formas de irracionalidad, con notorias oscilaciones y
variantes en plazos muy breves, ante hechos aberrantes de impacto p�blico.Pero
hoy ,todo l�mite te�rico se ha superado: la sensaci�n es la realidad y los
hechos cotidianos asi lo demuestran, todo ello fogoneado por un bombardeo
medi�tico que concluye en : "algo hay que hacer".
Y he aqu� el meollo de la cuesti�n: la definici�n de la "SEGURIDAD" es en
definitiva la batalla que determinara LA POLITICA A SEGUIR, con lo cual esta
fuera de toda duda, que el problema de la SEGURIDAD, es esencialmente un TEMA
POLITICO, nunca abordado de esta manera en nuestro pa�s, por m�ltiples y
diferentes razones, todas ellas m�s afines a esos intereses pol�ticos que a los
deseos de la sociedad, que hoy sufre estas consecuencias.
No se puede tapar el sol con las manos. La inseguridad ha crecido y no existe
dato cierto alguno que indique un futuro descenso de la misma: todo lo
contrario, fundadas sospechas aseguran que ir� en aumento. Ya es un tema que no
se soluciona con excusas o discursos llenos de pretextos y en esta tarea PARA
CONSTRUIR SEGURIDAD ning�n t�pico puede dejarse de abordar, pero siempre
partiendo del compromiso ciudadano comprensivo de la seguridad es una tarea de
todos, basada en un sistema de derechos y garant�as imposible de traspasarse,
bajo el peligro de repetir historias pasadas, pues cuando se proclama que para
combatir el delito se debe disminuir las garant�as del delincuente, debe tenerse
en cuenta que no es que habr� menos garant�as para estos e iguales garant�as
para el resto de la poblaci�n: todos correr�n similares riesgos, unos a manos
del Estado y otros a manos de la delincuencia.
A ello se suma, que desde 1990 en adelante, ha crecido la tendencia a encerrar
m�s y m�s personas, al tiempo que se recortan los presupuestos para mantener las
c�r celes. Con menos dinero, se tienen m�s presos y as� las c�rceles se
convierten en otra usina productora de delincuentes. Obviamente construir e
inaugurar mejores estable -cimientos penales, no est� en la agenda de los
pol�ticos, pues son actos que no "cosechan" votos. Frente a ello, como hongos
surgen los expertos en pol�ticas de seguridad juvenil, de contenci�n de la
ni�ez, de educaci�n del "delincuente", ideando "modernos centros de contenci�n"
construcciones, que por lo proyectadoparecieran que en su interior funcionar�n
universidades, similares a las del primer mundo . No se entiende, de que manera
un pa�s como el de la Rep�blica Argentina,que apenas controla desde hace a�os su
ense�anza p�blica, podr� afrontar un sistema educativo para chicos que han
crecido en la misera,la exclusi�n y la falta total de valores. Toda una
inc�gnita.
Pero es claro, que a medida que el fen�meno crece y que las soluciones no
aparecen,la sociedad descree de toda estad�stica y de toda teor�a. Para ella, no
existe "sen saci�n de inseguridad", lo que realmente percibe a diario es "la
falta de seguridad" y tambi�n, por el contrario y gracias a la exposici�n
p�blica de las m�s crudas doctrinas de la mano dura, va tomando conciencia que
el camino de la soluci�n,pasa por pol�ti cas que el Estado no acierta a aplicar.
La realidad indica que deben dejarse de lado antiguos conceptos que contrapon�an
el llamado "orden p�blico" (originado en la �poca de las dictaduras pasadas) con
los nuevos paradigmas de la "seguridad p�blica comunitaria",que maliciosamente
mu chos comunicadores equiparan a una defensa de "los derechos humanos" de los
"delincuentes". Tanto es un derecho a no ser detenido y golpeado por la polic�a,
como a caminar libremente por las calles, a no vivir entre "rejas", con
desconfianza y miedo y en este contexto tambi�n la v�ctima tiene derecho a ser
reparada integramente. Los derechos de lo habitantes, de todos, deben ser
defendidos sin r�tulo alguno y no es necesario introducir mayor confusi�n a�n,
en un tema donde no solo nos va la vida cotidiana, sino tambi�n la estabilidad
racional que debe primar en la relaci�n de toda sociedad.
Construir Seguridad tambi�n implica invertir en educaci�n, salud y trabajo, que
obviamente redituar� mucho m�s que la inversi�n en armas o en instrumentos de
represi�n. Construir Seguridad, tambi�n implica que la Justicia ,por una vez en
la his toria de este pa�s, tome las cosas con valent�a y explique a la sociedad
el porqu� de cada una de sus decisiones, en vez de que las mismas se transmitan
por los medios de difusi�n de noticias, con la intencionalidad que ello
conlleva. Mientras subsista esta idea de querer ignorar que el tema de la
Seguridad es un problema esencialmente pol�tico y los poderes p�blicos hagan
caso omiso a esto, todos los argentinos seguiremos rehenes de este tira y
afloje, con consecuencias nada alentadoras, porque en esta lucha, no conviene
olvidar que cuando en nombre de la Seguridad se prive a las personas de
Libertad, no habr� ni Seguridad, ni Libertad.
Carlos A. Bozzi es abogado.