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Argentina, la lucha continua....

"Están poniendo a los jóvenes como victimarios para poder reprimirlos cuando salgan a luchar por el cambio social"

Ernesto Bruna
ACTA

La presidenta de Madres de Plaza Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas y el secretario de Derechos Humanos de la CTA, Ricardo Peidro, visitaron Tucumán para sumarse a "La Carrera de Miguel", la maratón que recuerda a Miguel Sánchez, atleta y militante tucumano secuestrado durante la dictadura militar. Hablaron de la situación actual de los Derechos Humanos, de la necesidad de que se abran los archivos de la represión existentes en oficinas públicas, juzgados y en los archivos de la Iglesia Católica.

Puntualizaron como objetivo principal de los movimientos sociales la lucha contra el hambre. Destacaron la construcción en todo el país de la Constituyente Social y la creciente participación de las mujeres y los jóvenes.

La "Carrera de Miguel" ya se convirtió en un clásico en la provincia de Tucumán. Bajo la inspiración del dirigente de la CTA Tucumán Salvador "Turi" Agliano, y la colaboración del maratonista Juan Pablo Juárez, desde hace cinco años se viene desarrollando esta competencia en memoria del atleta y militante tucumano Miguel Sánchez, quien fuera secuestrado por la última dictadura militar en 1979.

Por cumplirse los 30 años de su desaparición, esta edición de la carrera, realizada el pasado sábado 28 de noviembre, contó con un acto especial, que se desarrollo en el monumento a la memoria de los 30.000 desaparecidos, ubicado en el parque El Provincial de la ciudad de San Miguel de Tucumán.

Para este acto, en el cual se restituyó una placa que recuerda al atleta desaparecido, visitaron Tucumán la presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas y el secretario de Derechos Humanos de la Central de Trabajadores en la Argentina (CTA), Ricardo Peidro, quien durante la dictadura estuvo secuestrado en condición de detenido-desaparecido en el ex Centro Clandestino de Detención "Club Atlético".

¿Qué significa participar de este homenaje a un militante social y deportista como fue Miguel Sánchez, desaparecido por la última dictadura militar?

Nora Cortiñas (NC): Venir a Tucumán para este recuerdo y este homenaje a Miguel es también parte muy importante como ejemplo para la juventud, en el sentido de que hay que seguir luchando; y de que Miguel tendría tantos sueños y cuando se volcó a algún deporte, para competir sanamente, esos sueños se truncaron en ese estado de desaparición, en este crimen de lesa-humanidad, en esta aberración que fue esta mitología. Ya que todos esos jóvenes que hoy no tenemos, estarían forjando un país distinto. Sin soberbia, lo digo, sin la intención de hacerlos héroes, porque ninguno de los que lucharon y hoy no están querían ni monumentos, ni estar en el bronce o en el mármol, de ninguna manera, querían estar en el corazón del pueblo. Y hoy Miguel está en el corazón del pueblo junto a los 30.000 desaparecidos, y con un pueblo que quiere seguir luchando.

Ricardo Peidro (RP): Y más en un evento tan simbólico en una tierra como ésta donde reinó uno de los más grandes genocidas como fue (Antonio) Bussi. Nosotros estuvimos con Norita para el juicio a Bussi en Tucumán, y fue realmente impactante verlo llorando a semejante genocida. Es importante, esto de los sueños porque nosotros rescatamos la lucha de los compañeros para seguir. Porque lo importante es haber atravesado todos estos tiempos siendo militante, haber atravesado el proceso militar ya sea en las cárceles, los campos de concentración, los exilios internos y externos, y seguir siendo militantes. Y ese es el mayor homenaje que le podemos hacer a los compañeros. Una cosa que me impresiona es que en el juicio que se está realizando ahora de Atlético, el Banco y el Olimpo, nos dicen "vos sos un caso" y tengo que ir a declarar como caso para condenar a un genocida. Pero lo que más nos llena de satisfacción, es que además de ser casos, sigamos siendo militantes para cambiar la sociedad y el sistema.

NC: Para mí lo impactante fue que en nuestra lucha, fuimos conociendo la gente que salía de ese calvario, que salvó su vida y que nosotros queríamos hablar para conocer lo que sucedió con nuestros hijos, y ver que son testigos y testimonio vivo permanente. Y que logran condenas como la de (Miguel) Etchecolatz, (Christian) Von Wernich, (Antonio) Bussi y todos estos genocidas que, aunque estén en cárceles privilegiadas, no dejan de ser ante el mundo lo que son. Pasarán a la historia como genocidas, estén donde estén detenidos. Están marcados para siempre, ellos y sus familias. Y sus nietos nunca podrán sentirse orgullosos de ellos y poder decir "mi abuelo…"; como mi nieta podrá decir de su padre desaparecido (Carlos Gustavo Cortiñas). Por eso es importante seguir y terminen los juicios como terminen, porque el próximo 10 de diciembre se va a dar una sentencia que es ofensiva para el pueblo y para la humanidad, por la cual cinco genocidas juzgados por los mismos crímenes, a dos los condenan, que quedarán libres porque tienen más de 70 años, y a tres los dejan en libertad. Pero igual de cualquier manera pasaron por el banquillo de los acusados y ante el mundo están marcados con ese signo del error que fue el terrorismo de Estado.

¿En qué estado se encuentra la cuestión de los Derechos Humanos en la Argentina?

NC: Sobre el pasado hemos tenido avances y logros importantes. Si bien la Justicia no está funcionando como sería necesario, ya que a veces hay un juicio y las condenas no se condicen con los crímenes horrendos que cometieron a través de este genocidio; pero sin embargo, algo se pudo lograr a través de haber volteado las leyes de la impunidad, Punto Final, Obediencia Debida e Indulto. Hay algo que yo quiero señalar, precisamente de estos últimos días; precisamente que aparecieran pantalla 15 personajes, torturadotes, genocidas que ante el mundo fueron mostrados sentados en el banquillo de los acusados, la verdad que eso es una faz positiva de la lucha. Eso se logró con la lucha de 30 años en la calle, movilizaciones, exigencias y no claudicando. Y bueno, los dos últimos gobiernos que escucharon y que decidieron llevar adelante un apoyo que no habíamos tenido de otros gobiernos. Pero lo que es importante es que estos genocidas que creían que iban a vivir en la impunidad total fueron mostrados ante todo el mundo, canosos, viejos, caducos y basuras. Pero es un paso importante. La Justicia todavía falta mucho, todavía falta que se abarquen campos y genocidas, y que no se juzgue a uno, dos o a tres. Este es un paso que vamos dando día por día.

Y muchas veces se da también el alivio de la pena, como Antonio Bussi que está recluido en su casa en un country y no en una cárcel común.

NC: Eso es lo que todavía no logramos, que vayan a cárcel común y con la condena perpetua. Pero lo vamos a lograr con la perseverancia y el trabajar todos juntos. Además hay valores que son para señalar, el testimonio de las víctimas que lograron salvar sus vidas, los ex detenidos desaparecidos, la gente que estuvo presa, ese testimonio, para las Madres que tantos años queríamos imaginarnos qué había pasado con nuestros hijos, es valioso. Porque además de mostrar la solidaridad es un acto de valentía total. Y tenemos una prueba de que eso es tan impactante que desapareció Julio López, como queriendo parar con esta situación que se venía firme. Por eso es importante que, aún con la desaparición de López, los testigos siguen firmes para dar su testimonio. Esto también es un avance en esta Argentina que ha tenido que vivir en el silencio tantos años. Lo que sí falta es que se abran los archivos y que nos digan qué pasó con cada uno de los detenidos desaparecidos; porque hay archivos, hay posibilidad pero no hay voluntad política. Entonces para unas cosas hubo voluntad política y para otras estamos todavía en camino.

Aunque muchos de los militares y funcionarios negaron la existencia de archivos o declaraban que todo había sido quemado, de a poco fueron apareciendo montañas de expedientes de la represión, como fue el caso de Rosario.

NC: Sí en Rosario aparecieron como en otras partes; en Córdoba habían aparecido hace algunos años unos documentos que está manejando en un juicio el doctor Alberto Pedro Ancini, sobre qué hacer con los chicos cuando hacían los secuestros. Estaba escrito en actas. O sea hay pruebas de que archivos hay, así que seguiremos luchando para que aparezcan. Y lo otro también es que se abran las gavetas de los jueces para decir a quién entregaron esos chicos y esos bebés que fueron apropiados, porque eso también está. Y la propia Iglesia Católica tiene archivos y también esperamos que en algún momento los abra, como corresponde. Porque la cúpula eclesial fue partícipe, con la excepción de un puñado de obispos, no fueron sólo cómplices, fueron partícipes. Bueno, hay mucho por hacer, pero los avances son a través de la solidaridad, de recomponer esas redes que la dictadura quiso destruir.

Hay una percepción de que la cuestión y el discurso de los Derechos Humanos ha calado en la sociedad, de que ha sido aceptado. Se ve por lo menos un triunfo cultural en este sentido con la incorporación de la justa causa de los Derechos Humanos en el imaginario colectivo de nuestra sociedad.

NC: La Memoria camina y se alimenta día por día, pero también porque nos dan espacios. Hay que reconocer que empujando todos los días vamos obteniendo espacios.

RP: En la línea de lo que dice Nora; por supuesto que si al día de la fecha, llegamos a lo que llegamos después de 33 años, a que los genocidas estén sentados en el banquillo de los acusados es porque hay una lucha heroica del pueblo argentino, de los organismos de Derechos Humanos, de las Madres de Plaza de Mayo fundamentalmente que nos marcan un camino y que no nos resignamos nunca. Incluso cuando estaban las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que incluso el posibilismo de algunos compañeros progresistas decían "bueno no se puede más, hasta acá llegamos"; y nos invitaban a no avanzar más queriéndonos correr con el terror. Decían "no pidamos que caigan las leyes porque puede provocarse a…" El terror estaba muy afianzado en la sociedad. Era el terror de la dictadura y luego fue el terror en pleno liberalismo a la desocupación. Siempre hay un terror que nos dice hasta acá se puede. Si bien se avanzó mucho sobre esto, hay que tener en cuenta que para cometer un genocidio tiene que estar involucrada una enorme cantidad de gente. Por lo que falta mucha gente todavía. Hay que ponerse de acuerdo, porque hay propuestas de los organismos de Derechos Humanos y de la CTA, para unificar causas para que no caigan los juicios por la muerte natural de los genocidas…

NC: …o porque los suicidan…

RP: …sí o porque los suicidan cómo ocurrió ya. Y fundamentalmente, hay una cosa que está instalada, naturalizada, quizás como en ningún país del mundo: que hay que juzgarlos. Lo que sí se empieza a instalar –y Rodolfo Walsh lo dijo a un año de la dictadura militar- de que no fue un grupo de militares fascistas de que se levantaron un día y dijeron "vamos a desaparecer gente al azar", sino que había un objetivo, de plantar un modelo económico que se afianzó años después en la década del ’90. Pero en ese sentido quedó muy en claro la responsabilidad de los grupos económicos en la dictadura para plantar este modelo en la sociedad. Y eso es una cosa que hay que relacionar e instalar; porque muchas de las causas por las que luchaban aquellos desaparecidos, hoy esas causas están vigentes. Y de ahí que pueden prevalecer cuando aparecen determinados discursos disfrazados de seguridad – no estamos negando que hay que afrontarlo-, pero hay que afrontar este problema no desde el concepto de seguridad que muchas veces se alienta con un supuesto orden relacionado con la represión, y donde se apunta a nuestros jóvenes y también a nuestros niños, que en lugar de mostrarlos como víctimas de este sistema, se los muestra como victimarios. En ese sentido tenemos que estar muy claros que nosotros queremos Justicia, hasta el último genocida preso, pero también que en este país no haya ningún pibe que pase hambre y que nuestros viejos puedan vivir con dignidad. Estos son los dos extremos de nuestra sociedad, en quienes se manifiesta crudamente la realidad de esta sociedad.

NC: Hasta este momento seguimos luchando; tenemos el apoyo de Derechos Humanos en las facultades, de la CTA, de los gremios que están con nosotros y que fueron muy golpeados durante el terrorismo de Estado; y que también mantienen la memoria y la exigencia de verdad y Justicia.

Si bien se nota la naturalización de la necesidad de juzgar a los genocidas pareciera que falta la conexión del Terrorismo de Estado con las luchas de los militantes sociales que hicieron desaparecer…

NC: …con lo social y económico. Es claro, la dictadura dejó además de 30.000 desaparecidos, 10.000 presos políticos que hubo, el exilio para afuera y para adentro, es el hambre que tenemos hoy. Y a través del manejo que hicieron en lo económico, la deuda externa de hoy -que no es del pueblo argentino, es una deuda impagable porque es inmoral e ilegítima y que no tendríamos que seguir pagando porque ya fue pagada con creces- a medida que se paga genera más pobreza en el país. Entonces es consecuencia de esa dictadura. Cuando las Madres nos preguntábamos "¿por qué se los llevaron?" y nos mirábamos en el camino, supimos que fue porque eran militantes políticos, sociales que estaban insertos en la sociedad y que querían un cambio. Cuando nos preguntamos "¿Para qué se los llevaros?" supimos que era para introducir el neoliberalismo a fondo en nuestro país. Y que venía de atrás; que tuvo que ver con la represión en el Cono Sur de América. Cuando vino Henry Kissinger a armar las dictaduras en el Cono Sur, fue a través del Operativo Cóndor, siniestro y maldito, que trajo toda la situación que hoy vivimos. Cuesta mucho, nosotros sabemos que salir del neoliberalismo, se sale con mucha voluntad política, pero en su conjunto, no se sale de este sistema porque los empresarios, los terratenientes está al acecho. Lo vemos todos los días, la derecha en la Argentina quiere ser cada vez más rica, aunque sea a costa de más pobres cada día. Y tomar conciencia de eso también es importante, y creo que esa es la tarea que tenemos, llegar a que haya justicia social, que se termine el hambre en nuestro país y los chicos puedan ir al colegio y no sean estigmatizados y judicializados. Porque todos los proyectos de baja de la imputabilidad es para judicializarlos más, no para protegerlos más. Pobre de nosotros que necesitamos de esta ley para proteger a los niños, porque van a tener derecho a la defensa. Entonces ¿hasta ahora no tenían derecho a la defensa? Quiere decir que estaba muy mal todo.

RP: Aparte, en un país como este, donde en lugar de tener una relación distinta del Estado, con los jóvenes, las jóvenes, los niños y las niñas, de garantizarle las necesidades básicas elementales, ante la falta de garantías de derecho, se lo quiere disfrazar la baja de la imputabilidad como garantía de derecho. Pero de lo único que se está dispuesto a hablar es de derechos penales; ahora ¿y el resto, y los derechos económicos y sociales? Lo más indignante es que uno espera esto de los que claramente desde la derecha plantean estas cuestiones, porque uno conoce su intención de más represión y ven a los chicos como enemigos, pero enemigos de este sistema injusto, porque cada vez más los jóvenes se están organizando y uniendo en propuestas de transformación de la sociedad, y por eso necesitan tener un aparato represivo que frene estas organizaciones; ahora que con un supuesto ropaje progresista, nos quieran convencer que esto es positivo sinceramente no tienen retorno. Porque los que levantan la mano, disfrazados de progresista diciendo que judicializarlos más a los pibes es lo justo… ¿por qué no pusieron el mismo esfuerzo para garantizar otros derechos elementales? En ese sentido, no sólo no se vuelve del ridículo, sino que de estos lugares tampoco se vuelve. Después se justificarán y cambiarán de tribuna, pero nosotros los tenemos que recordar.

NC: Además, como pasa en la provincia de Buenos Aires, son leyes que salen para control social, porque otra vez vuelven con los edictos policiales que nos costó tanto voltearlos después de la dictadura. Normas que le dan a la policía amplio margen para reprimir y para detener a los jóvenes, donde sabemos que el joven que entra a una comisaría es torturado, golpeado y llegan a veces a la muerte y esconden su cuerpo, como es el caso de Luciano Arruga en Buenos Aires; Iván Torres en Comodoro Rivadavia; y hay 3.000 casos de desaparecidos jóvenes en los años de gobierno constitucional. Entonces, volver otra vez al pasado con estas leyes hacen mal a la democracia y efectivamente, los diputados y senadores que votan estas leyes y que no se van a poder volver atrás fácilmente, sabemos que tendremos que dar más lucha. Pero dentro de nuestra lucha esperanzada, nosotras tampoco pensábamos que un momento íbamos a tirar abajo las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y no lo pensaban los genocidas, y sin embargo con la lucha lo logramos. Y ahora volveremos a retomar fuerzas cada día, para voltear esta infamia que se comete, y que sean respetados, porque además esta ley que votaron de baja imputabilidad, ni siquiera están preparados estos espacios para poner a estos chicos. Ni siquiera están preparados para los que queden en libertad tengan un camino de protección del Estado. O sea, es una improvisación que yo lo presiento, y lo digo a título personal, es el reclamo de una sociedad pacata y fascista y el deseo del gobierno de satisfacer a esa sociedad para ganar votos.

Pensando en construcción al futuro hay que analizar qué pasó con el Gobierno que ha dividido incluso al campo popular. ¿Cómo ven este tiempo en que el gobierno da el brazo a torcer en estos temas de seguridad para ganar la clase media y a la vez otorga la asignación por hijo o les brinda un extra de $300 a los jubilados para fin de año, con el objetivo de ganar a los sectores más postergados?

NC: A mí me mortifica eso, porque estamos luchando para el 82% móvil que es lo que dice la Constitución y entonces mucha gente se engaña con este gesto de repartir $200, $300 a los jubilados, y eso es un engaño. Creo que este gobierno va a tener que empezar a abrir sus orejas al pueblo, a tener diálogo con la gente que está reclamando para empezar a resolver en hechos concretos estas reivindicaciones que se están exigiendo. Porque todos los reclamos que están en la calle son factibles de poder ser satisfechos. No se pide nada injusto, sino que se pide vivir en un mundo con necesidades básicas satisfechas, con trabajo, volver al Estado de bienestar, que yo lo viví. Cuando me casé, había un Estado de Bienestar, que era fundamentalmente tener trabajo, obra social, hospitales con elementos. Ahora la gente va a los hospitales y no tienen insumos, está desatendida la salud, la educación, los maestros tiene que estar en la calle todos los días. Y acá hay responsabilidades municipales, provinciales y nacional. No puede el gobierno decir, esto pasa en tal provincia; acá hay una responsabilidad nacional de todos los funcionarios, para escuchar a este pueblo y solucionar estas falencias graves que tenemos.

RP: Aparte, en nuestro análisis el tema prioritario a solucionar en este país es el hambre. Siempre decimos que es tremenda injusto que un país que produce alimento para 300 millones de personas, sufra el hambre. Hay que hacer un esfuerzo muy grande para inventar el hambre en este país. Pero esta claro que el hambre disciplina y ese es el motivo principal. Que haya hambre en este país es una decisión política. Y en todo el país hay organizaciones que estamos luchando contra esto, pero claro, no aparecen en los medios de comunicación hegemónicos, pero experiencias de lucha y de propuestas de organización para encarar el flagelo del hablo hay en todo el país. Lo que hay que hacer es mostrarlas en nuestros propios medios y construir desde ahí la propuesta de cambio de la sociedad y hacernos cargo de esa propuesta. Excusas para decir que no se puede avanzar siempre va a haber, incluso disfrazadas de progresistas. El posibilismo es uno de los enemigos más importantes de los cambios profundos; porque el posibilismo disfrazado de progresista es el que le hace el juego a la derecha. Porque no es que hay una derecha fantasmal que está por venir, sino que la derecha nos gobierna todos los días. Es mayoría en los sectores económicos, en el campo de la comunicación, en la Iglesia, en los gremios… La derecha está, no está por venir. Entonces si la cuestión es no pidamos porque viene la derecha, ¿entonces qué es lo que hay?, ¿qué es lo que está gobernando esta sociedad para que sea tan injusta? Nos causa gracia porque muchos reivindican la revolución bolivariana, la revolución de Evo Morales, pero nos dicen "no hagamos nada acá, porque sino ponemos en peligro el proceso regional". Ahora, la única manera de garantizar la revolución en Venezuela, en Bolivia, en los países sudamericanos es hacer la revolución acá. Es la única manera, sino es una contradicción.

NC: …distribución de la riqueza, porque hasta ahora sólo se distribuyó la pobreza. Entonces es posible lo que se pide, así que seguiremos luchando y buscando reforzarnos para que no nos separen y nos hagan hilachas a los grupos que hemos luchado tantos años.

Y precisamente el contexto regional que se está viviendo con gobiernos de izquierda en Bolivia, Venezuela, Ecuador, Nicaragua nuevamente, tiran por tierra el posibilismo. ¿Qué le falta a la Argentina para ponerse en sintonía real y no de forma reclamativa con este proceso iniciado en el Cono Sur?

RP: Hay experiencias de organizaciones tanto a lo largo de la historia como en la actualidad. Si uno recorre el país hay experiencia de organización, de propuestas que piden desde la resistencia y para sobrevivir como fue en los ’90 hasta propuestas actuales del campo popular que podríamos decir ofensivas, en el sentido de organización hacia adelante. La resistencia sirvió como proceso de lucha desde los organismos de Derechos Humanos, desde las organizaciones sociales, desde lo gremial. Ahora lo que hace falta es construir un nosotros. Y esto es lo que nos proponemos todas las organizaciones que nos convocamos en la Constituyente Social: entrelazar las propuestas y construir una experiencia política de nuevo tipo en la Argentina. Que no significa la oposición de política social con la partidaria. Política hacemos todos los días. Las Madres de Plaza de Mayo hicieron política cuando se enfrentaron a la dictadura; las organizaciones sociales hacen política confrontando con el modelo. Lo que pasa es que generalmente los partidos políticos tradicionales dicen "bueno, la política que se refiere a los cargos estatales la hacemos nosotros, ustedes dedíquense a lo social". Eso para nosotros está terminado. La construcción en su conjunto es todo. Todos los que construimos todos los días hacemos política. Esta construcción política de nuevo tipo es lo que pretendemos que realice la Constituyente Social. Los que estuvimos en Neuquén lo vimos. Esos 4.000 compañeros debatiendo en comisiones en las carpas, expresando opiniones, sin darse concesiones en el debate, pero sabiendo que las diferencias no pueden ser factor de fractura sino al contario ser aportes al objetivo final que perseguimos. Y llegado el momento hacernos cargo, ¿cómo nos hacemos cargo? Hay que tener en cuenta cuando hablamos de los político partidario que en la Constituyente Social de Neuquén estuvieron presentes 17 partidos políticos, o sea que no es que estos van a hacer un partido político, porque excusas para no juntarse va a haber siempre. Hay que buscar los caminos para unirse.

Pensando en el caso Tucumán, hay que reconocer que hay distintas etapas de este proceso hacia la Constituyente Social, y en la construcción de esta experiencia nueva. Y muchas veces lanzar la idea de una pronta competencia electoral asusta a muchas organizaciones sociales. ¿Se van a respetar en esta construcción los tiempos propios de cada distrito?

RP: Las desconfianzas nos atraviesan a todos. Pero creo que es en la práctica concreta donde las desconfianzas se funden en el objetivo común. Si nos vemos las caras, si vemos lo que estamos haciendo, si compartimos todas las experiencias y entrelazamos las miradas, ahí es donde se empiezan a fundir las diferencias, que no significa perder la identidad. La Constituyente Social no es una organización, en el sentido de "la orga" que tenga sus autoridades. La Constituyente no tiene autoridades. En cada lugar donde se abre una Constituyente es una coordinación nacional. Es decir, la coordinación nacional no está en la Ciudad de Buenos Aires, donde está Víctor De Gennaro. Acá en Tucumán se abre un local de la Constituyente y es la coordinación nacional de la Constituyente, en cada región, en cada localidad, en cada provincia. Porque no hay una estructura, creo que ese deliberara en redondo, sin mesa que conduzca, son símbolos importantes, porque esto lo estamos construyendo. ¿Alguien tiene la fórmula, está escrita en algún libro? No la tenemos. Lo mejor que tiene la constituyente es que vamos construyendo el barco a medida que navegamos.

NC: Es un movimiento. A mí me hace recordar también a la formación de Madres de Plaza de Mayo. Lo nuestro fue un movimiento que se fue creando, modificando de acuerdo a las necesidades. La voz la tenía cualquier madre que ingresaba y que traía una propuesta de lucha. Es movimiento, donde un día somos tantas, y al mes somos menos, y después crece porque se van sumando nuevamente. Yo creo que es así, cuando nos dicen una ONG… no, las Madres somos un movimiento social, que hace política por la necesidad, porque todos hacemos política y el reclamo es un reclamo netamente político. Por eso nosotras tenemos el deseo de apoyar esta construcción de la Constituyente Social. En Neuquén hemos escuchado testimonios tan valiosos y también es importante destacar cómo la mujer es protagonista importante de esta construcción y este cambio.

RP: Lo que dice Nora es llamativo. Nunca ví tanta participación de las mujeres y de los jóvenes…

NC: …en el taller en que yo participé pude ver una compañera misionera que estaba amamantando a su bebita, cargándola con un brazo, y en la otra mano con el micrófono peleando por este drama que están viviendo con los proyectos de represa, porque Misiones va a terminar como una isla a causa del convenio que firmó Argentina con Brasil, ya que las represas y las inundaciones que van a haber, van a separar la provincia y están aterrorizados. Después la pobreza, y también la persecución que sufre esta gente en sus tierras, que después serán una isla, pero con algún dueño. Bueno, y yo veía esta persona, una mujer joven, con esa desesperación y defendiendo el futuro de su bebita, fue algo impresionante. Cómo hay que salir a luchar y compartir esa experiencia política y compartiendo mujeres y varones. Cosa que costó mucho, porque las mujeres sufrimos en este país machista, que fue cambiando de a poco. Yo lo ví en mi hijo, que no era machista a pesar de que se crió en un hogar machista y patriarcal. El pudo compartir con su esposa la crianza del bebé, el salir a trabajar los dos pero compartiendo todo. Y yo ví como fueron modificando en la lucha, mostrando el codo a codo de hombre y mujer.

Otro grupo específico que está dando un aporte fundamental para esta cambio es el de los jóvenes. ¿Cómo ven en su experiencia cotidiana este aporte?

NC: Yo tengo mi cátedra (NdelP: Poder Económico y Derechos Humanos) en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y cuando empezamos el cuatrimestre de este año hicimos una pregunta a los jóvenes que antes la hacíamos al final. "¿por qué eligieron cursar esta materia?", y las respuestas fueron maravillosas. Los alumnos que tienen unos veinte años dijeron "que los Derechos Humanos y el Poder Económico están ligados de tal manera que tienen que ir juntos para avanzar y para terminar con un sistema injusto" y a mí me maravilló eso, ver que son chicos y chicas que ya tienen esa conciencia. Y a la vez, había otros que decían "yo tengo curiosidad, ¿qué son los Derechos Humanos y cómo está relacionado con la Economía? Porque en mi casa no se habló nunca de Derechos Humanos". Pero ellos ya van tomando para sí, lo que ven que es parte del futuro para que este país salga de esta postración.

RP: Todos estos pibes que se están organizando en las marchas contra los edictos policiales, en la Constituyente Social, y en tantas otras organizaciones en todo el país, son los hijos del 2001 y es esta generación que empieza a tomar conciencia, e impulso. Es por eso que está tan claro que la vuelta de los edictos y la judicialización de los chicos es una respuesta de control social; que usan las estrategias de mostrar 40 veces al día un asesinato que sucedió a la mañana para crear un estado de angustia. Por supuesto, no estamos negando que la situación social crea determinadas condiciones para que estos hechos se produzcan; ahora también es cierto que se aprovecha esto porque da la casualidad que se produce una participación cada vez importante de los jóvenes nuevamente en la política, va paralelamente un aumento de todas las leyes represivas hacia los jóvenes y hacia los chicos. Ahora, ya a esta altura, ninguno de los que tenemos años militando podemos decir que esto sea una casualidad. Se está poniendo nuevamente a los jóvenes de este país como victimarios, para poder reprimirlos cuando salgan como lo están haciendo para cambiar la realidad de esta sociedad.

Ernesto Bruna es integrante del Equipo de Comunicación de la Constituyente Social de Tucumán.

Fuente: lafogata.org